Es así como lo cuento. Muchas veces, atravesé el corazón del Ensanche la Fe para ir a aquel lugar a llevar a mi hija médico a realizar sus labores. Tomaba la calle Mauricio Báez, que es la ruta estratégica para llegar a donde ella prestaba servicio.

 

Durante un largo tiempo fui advirtiendo que la dinámica social había cambiado en ese sector: la gente residente allí se había ido mudando del barrio poco a poco. Los negocios iban sustituyendo a las viviendas.

 

Un día estacioné mi carro, con ese hábito de sociólogo que siempre me persigue, para preguntarle a la gente sobre el destino de los residentes que vivían allí. Me dieron varias razones sobre causas y posibles destinos de los que alguna vezfueron sus más cercanos y mejores vecinos.

 

Esta semana, poniendo a prueba mi irrenunciable vocación de tratar a la gente, formalicé mi soñada entrevista en algunos barrios para escribir este trabajo de hoy.

 

Puedo concluir que, después de caminar varias calles de los barrios en los que realicé la entrevista y censé las casas, la mayoría de ellas están ocupadas por negocios; las pocas viviendas habitadas se ubican en segundo y tercer pisos o niveles; las viviendas de los patios se han reducido significativamente, pues aquellos espacios se han convertido en almacenes.

 

De igual manera, aparecen muy pocas estructuras habitadas de forma contigua, lo que afecta las relaciones sociales y reduce la vecindad, ya que las pocas casas habitadas pueden ubicarse a trescientos y cuatrocientos metros una de otra.

 

La realidad de los barrios populares, tradicionales y populosos está muy clara: la mayoría de sus habitantes se ha mudado y sus humildes y antiguas residencias hoy lucen, al filo de sus aceras, exhibiendo todo tipo de negocios. La gente se mudó de los barrios, y a sus pasados vecinos         los pocos que  existensólo les queda la nostalgia de ayer, de un tiempo imposible de recuperar.

 

El mundo les cambió en los ojos, más que en la piel. En un corto tiempo, la gente de los barrios pobres se fue mudando y sus vecinos se quedaron sin vecindad. En algunos casos, su vecino más cercano queda a medio kilómetro de distancia y el hábito de compartir la taza de café se esfumó como su propio aroma.

 

De estos, Villa Juana, Ensanche La Fe, Villa Consuelo y Villa Francisca pueden ilustrarnos del proceso de comercialización e industrialización de los barrios populares y la expulsión radical de sus viejos residentes. Sin embargo, todos los sectores del país están pasando por ese mismo fenómeno económico, social, cultural y poblacional que está tocando toda la geografía nacional.

 

Es el mismo fenómeno que convirtió las bellas residencias que adornaban la Avenida Venezuela del Ensanche Ozama, en una larga hilera de discotecas.

 

Lo que está ocurriendo es la transformación total de las residencias de los pobres, en negocios. Los propietarios de aquellas viviendas reciben ofertas de un dinero con una alta convocación a invertirse, en ocasiones, a cualquier precio. Entonces, según dice la gente, los viejos residentes abandonaron el barrio y se fueron a otros lugares. La gente no tiene idea de para donde se mudaron sus antiguos vecinos, aunque con frecuencia se dice que fue a la avenida Jacobo Majluta.

 

Me permito presentar los resultados de este breve trabajo, para que podamos forjarnos una idea del proceso migratorio que están viviendo nuestros barrios:

 

Transformación del barrio en zona industrial

Un análisis exploratorio, sobre la base de un levantamiento no probabilístico de datos de ocupación de las viviendas, en los barrios Ensanche La Fe, y Villa Juana, específicamente en las calles Mauricio Báez, y Américo Lugo, ambas calles del barrio Ensanche La Fe, y en la calle María Montez, del barrio Villa Juana, resulta que, en el Ensanche la Fe, solo el 37.2% de las viviendas están habitadas por hogares, en tanto que en el 62.8% existen negocios establecidos (ver cuadro).

 

En el caso del barrio Villa Juana, la calle levantada, una de las que han sufrido la mayor transformación, se encontró que solo el 21.7% de las viviendas están habitadas por familias, el 78.3% están ocupadas por negocios de diversa índole, pero son más frecuentes los negocios de repuestos de vehículos (ver cuadro).

 

Cuadro 1:

Distribución de viviendas por tipo de ocupación según barrios y calles

Barrios y calles Viviendas habitadas Por ciento Vivienda con negocio Por ciento Total
Ensanche la Fe
Calle Mauricio Báez 51 36.2 90 63.8 141 100.0
Américo Lugo 38 38.8 60 61.2 98 100.0
Sub total 89 37.2 150 62.8 239 100.0
Villa Juana
Calle María Montez 50 21.7 180 78.3 230 100.0
Total 228 32.2 480 67.8 708 100.0

 

A nivel de los dos barrios, se observa que el 32.2% de las viviendas están ocupadas por hogares.

 

En términos generales, ambos barrios conforman áreas urbanas dedicadas mayormente al comercio, para lo cual los organismos competentes pudieran estar formulando políticas dirigidas a la reubicación de las familias, dadas las implicaciones de salubridad que pudiera tener habitar en áreas expuestas a sustancias riesgosas para la salud.

Por otra parte, estos resultados sugieren profundizar en el estudio de la problemática, con miras a sustentar la formulación de soluciones para las familias que aún habitan en esos barrios, así como medidas de desarrollo para los negocios ya establecidos en esas zonas.