Es indudable que el factor principal que motiva estos comportamientos es eminentemente educacional, pero ciertamente envuelve muchos otros que sirven de abono y la situación se hace mas y más compleja, a saber,
Fragmentación y no concentración de la responsabilidad del control del transporte urbano en diferentes instituciones, que no permiten en la practica el seguimiento y aplicación de las normas y regulaciones establecidas en las leyes del sector.
Manejo inapropiado de las autoridades que tienen que ver con la planificación y administración del transporte urbano, principalmente manifestado en conductas indiferentes que impiden la aplicación de las leyes y por tanto les permiten a los conductores violar todas las leyes de tránsito sin ningún régimen de consecuencias.
En muchas de las situaciones el desconocimiento de las autoridades de las leyes de tránsito no permite saber cuándo el conductor está o no violando las normas y regulaciones del tránsito.
Lo cierto es que los problemas de congestionamiento atribuibles al mal comportamiento de los conductores y que se incrementan cada día, podría decirse que han excedido la capacidad de las autoridades competentes del sector transporte, esto en toda Latinoamérica, donde se ha demostrado que contribuyen a un deterioro muy por encima de los que se producen en países de Europa y de Norte América.
Ante esta situación, el estado dominicano, debiera contemplar la posibilidad de realizar una reestructuración total del sector transporte, con miras a la mejoría de una movilidad cada día mas eficiente y económica. Aquí incluimos algunas acciones que de seguro van a ir en esa dirección
El inicio en nuestro país de la educación vial, como asignatura obligatoria en la educación primaria es de vital necesidad, ya que, aunque es imposible que se obtengan resultados a corto plazo, sin embargo, habría grandes y buenas expectativas en el futuro de verdaderos cambios hacia conductas que respeten las regulaciones y normas del tránsito. Creemos que la Republica Dominicana debe encabezar el listado de los países donde los conductores tienen la menor educación y peor comportamiento en las vías públicas.
Los programas de educación deben ser extensivos al personal componente de la institución que tendría a su cargo regentear el transporte urbano de todo el país, de tal manera que no volvamos a la situación actual en la que los agentes presentes en las calles y avenidas de las ciudades aparentemente no están bien informados de las leyes y regulaciones de tránsito o no quieren aplicarlas.
Aunque la ley actual que rige el transporte terrestre (63-17), entendemos que es bastante completa, su aplicación es muy cuestionable y aquí es en gran medida donde comienzan los graves problemas que afectan este importante sector. Hay que entender que, aunque las medidas que deben aplicarse resulten rígidas, su no aplicación, ocasiona graves problemas que afectan a la mayoría de los habitantes del país. Los países que han conseguido importantes avances en este sector, en gran medida se debe a la rigurosa aplicación de sus leyes.
Hay que acotar que lamentablemente en nuestro país, tenemos mas leyes que muchas grandes naciones, sin embargo, los problemas son las aplicaciones y en el caso particular de las leyes de tránsito, el asunto es que las regulaciones y normas del buen tránsito, no son graciosas, afectan a una gran mayoría que suelen violarlas y no promueven la captura de votos en los periodos electorales.
La conducción anárquica sin tomar en cuenta a los demás conductores, no solo deterioran las capacidades viales de nuestras calles y avenidas, sino que también aumentan significativamente los accidentes, razones por demás suficientes para crear y aplicar leyes mas rigurosas, que castiguen los accidentes de tránsito de manera puntual, cuando estos se producen por indisciplina del conductor.
Por la complejidad del sector y por las externalidades negativas que se derraman de índole económicas, de contaminación en ruido y a la atmósfera, como a la propia salud mental de todos los habitantes de las ciudades de nuestro país, esperamos que el Estado dominicano valore en su justa dimensión el sector transporte y podamos tener a mediano plazo mejoras significativas en nuestra movilidad urbana.