Al fin, en la tercera década del siglo XXI, 100 años después del surgimiento de Rafael Leónidas Trujillo, se encienden con fuerza las luces para extinguir o al menos equilibrar, el modelo macro-cefálico de desarrollo centralizado trujillista.

Se reduce la fuerza de la estrategia tácita o sobreentendida para que solo Santo Domingo y San Cristóbal fueran los dos centros porteños de atracción de amplia inversión pública y privada directa y de millones de dominicanos residentes. Estas provincias y ciudades colindantes y conurbadas amontonan más de 4.4 millones de habitantes; o sea  el 42.0% de la República Dominicana.

El histórico gasto centralizado y ubicado en la franja sur central de la isla, evacuó la población de diversas provincias fronterizas muy en especial de Pedernales, Independencia y Elías Piña. Las tres acumulan 159,682 habitantes en 5,483.37 kilómetros. Son 29 dominicanos por kilómetro cuadrado, o sea nada. Provincias que debieran fusionarse con otras de mayor magnitud poblacional y que deben dejar de existir como subdivisiones geográficas administrativas en el mapa de la Nación, incentivando a aumentar la población que confíe en vivir en la frontera.

Los cibaeños como sufrimos particularmente el enfoque económico centralizador trujillista, entendemos muy bien, el actual y equitativo modelo de inversión desconcentrada.

En un territorio de 48, 442 mil km2, aglutinar el gasto público para que todo el mundo resida y trabaje en Santo Domingo y otros territorios sureños de la isla, colocó “la isla al revés”, y no “tal como es”, como desveló aquel debate implícito, entre Joaquín Balaguer y Rafael Emilio Yunén, por cierto dos intelectuales del norte de la isla.

La inteligencia capitaleña, todavía no descubre el modelo Abinader para impulsar con efectividad el desarrollo regional sostenible. Siguen, perpetúan y continúan campantes en la formulación de programas de gobierno, planes de desarrollo y proyectos estructurantes de inversión pública y privada, sin el mínimo ordenamiento territorial y la debida focalización en puntos críticos de inversión pública potencialmente exitosa (IPPE) que pueden generar impacto y crear más riquezas, empleos y empresas.

Sin embargo, si revisan los proyectos estructurantes con carácter regional del Plan Estratégico Santiago 2030, la tradición descentralizadora de la Asociación para el Desarrollo Inc. (APEDI) y la línea narrativa de las Ferias Expocibao, descubrirán cientos de razones.

De acuerdo al Ministerio de Economia, Planificación y Desarrollo (MEPyD), mientras Santiago por más 30 años apenas recibía anualmente, 4 mil 900 millones de pesos en inversión directa, pagaba agua, energía, basura e impuestos por miles de millones. Los pobladores de Santo Domingo y otras provincias de la banda sur central de la isla, no pagan tantos impuestos, ni arbitrios, sin embargo, acumulan inversiones anuales por el orden de por 50 mil millones de pesos anuales o más.

La Constitución de la República Dominicana cuando establece mandatos sobre las Regiones y las Provincias en el Artículo 196, indica que la “región es la unidad básica para la articulación y formulación de las políticas públicas en el territorio nacional”. La ley definirá todo lo relativo a sus competencias, composición, organización y funcionamiento y determinará el número de éstas.

El párrafo único de este artículo, impone un mandato categórico a cumplir especialmente por el gobierno y los tomadores de decisión pública de que “Sin perjuicio del principio de solidaridad, el Estado procurará el equilibrio razonable de la inversión pública en las distintas demarcaciones geográficas de manera que sea proporcional a los aportes de aquéllas a la economía nacional”.

El primer criterio del nuevo modelo de inversión que impulsa el presidente Luis Abinader es asegurar una gran distancia razonable de Santo Domingo y los nuevos nichos de inversión del Cibao y el Sur. Así como su capacidad para reducir viajes, carga productiva de exportación e importación.  También reducir el consumo de combustibles  y cargas hacia la capital y los puertos del sur de la isla.

Los puertos atlánticos rehabilitados y robustecidos, con diversas funcionalidades, incluyendo Manzanillo (carga de exportación e importación y producción energética), Luperón (turismo náutico), Maimón (cruceros turísticos), San Felipe de Puerto Plata (carga y turismo), Punta Bergantín, Playa Dorada (turismo, desarrollo inmobiliario y cine) y Arroyo Barril Samaná (turístico), para estimular la movilidad de pasajeros, turistas y carga por la costa norte del Cibao y Santiago.

El sistema de puertos atlánticos de la isla desarrollado robustecerá la exportación, la atractividad turística y la comunicación marítima de la isla, con la costa sur de EUA y Europa. Similar análisis justifica y soporta el desarrollo de Pedernales con respecto al mar Caribe y su potencial vinculación al canal de Panamá y la costa Pacífico de América del Norte y del Sur.

El Plan Estratégico Santiago 2030 aprobado con carácter regional por más de 350 sectores sociales, subraya que tratamos de articular una sostenible y genuina estrategia para relanzar la Costa Atlántica como la ribera marítima de mayor variedad geográfica y oportunidades productivas para la competitividad de las empresas de la región del Cibao en sus 14 provincias y de toda la Nación.

Hacer fructificar las oportunidades de creación de empresas, generación de empleos y negocios de exportación para convertir el territorio de la Costa Atlántica y la frontera noroeste en ejes decisivos de desarrollo regional.

El modelo Abinader ha robustecido la ampliación y modernización del puerto de Manzanillo y el relanzamiento de la red vial para el elevar el acceso a la zona vía la circunvalación del urbano de Navarrete. Estando pendiente la formulación concertada del Plan Maestro “Costa Atlántica Activa” para reestructurar y consolidar los puertos de la costa norte. Asimismo impulsar el desarrollo económico local diseñado por el Ministerio de Economia, Planificación y Desarrollo (MEPyD) para la Región Norte, muy en especial de la agroindustria bananera, piña, café, cacao, tabaco, embutidos, productos avícolas y de las  empresas zona franca del Cibao.

El segundo criterio es que el Cibao y el Suroeste tienen alta capacidad de crear empresas y empleos. Esta circunvalación en Navarrete, la autopista del Ámbar y los puertos del norte activados, multiplican las ventajas competitivas y comparativas del Cibao. Tenemos el microclima apropiado y las clases agrológicas necesarias (tipo I,II y III) aptas para duplicar la producción agropecuaria y crear decenas de empresas transfronterizas con el modelo CODEVI.

CODEVI está localizado en la comunidad haitiana “Ouanaminthe o Wanament” ubicada al noroeste de la isla La Hispaniola. Las naves industriales se ubican en la ribera del río Masacre haciendo frontera con el municipio dominicano de Dajabón. “Wanament” en español se conoce como “Juana Méndez” y se ha dicho con escaso fundamento histórico, “que esta denominación territorial se hizo en honor a la madre haitiana de Buenaventura Báez”, político que en el siglo XIX, fue el primer presidente dominicano de origen mulato-jabao, archirrival de los tabaqueros cibaeños.

CODEVI en la Estrategia Fronteriza impulsada por el MEPyD, definitivamente facilita que se visibilice a “Wanament” (Juana Méndez) y Dajabón como dos ciudades o asentamientos urbanos de centralidad urbanística a desarrollar con un inteligente sentido metropolitano que debieran aprovechar la oferta laboral que surgirá en los próximos 10 años.

La herramienta legislativa norteamericana “Hope-Help” aporta sostenibilidad, y habría que valorar como se ajusta en el contexto de la administración de los Estados Unidos de América (EUA), pues oferta buenas condiciones a países que tienen Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados de Unidos de América (EUA). Todo lo anterior hace de CODEVI un parque industrial innovador y un modelo replicable de desarrollo en toda la frontera. La solución esperada de la crisis de Haití, tendrá en CODEVI una apuesta replicable de desarrollo sostenible.

Igualmente, se impone gestar la articulación del empresariado regional y el gobierno en un Consejo Atlántico de Desarrollo Regional que fomente esta Estrategia. Con un programa de ordenamiento de usos y vocaciones dirigido a la ampliación y rehabilitación de los puertos de la costa norte. Desde Manzanillo hasta Samaná donde se promoverá y construirá el Corredor Atlántico que aporte la conectividad necesaria para el conjunto de puertos de la costa norte.

El desarrollo de instalaciones portuarias de varios puertos del Caribe, tienen indicadores de desempeño monitoreados por el Banco Mundial (BM) y otras entidades internacionales, que sitúan a la región con valores de ejecución por debajo del promedio mundial. Los países caribeños están lejos de estándares de las principales economías mundiales a nivel portuario. Del total de 160 naciones que cubre el índice de desempeño logístico (IDL) del Banco Mundial, la República Dominicana acumula un rango de 2.75 estando apenas en la posición 78.

Un último criterio es que la inversión desconcentrada, aporta complementariedad entre ciudades cibaeñas, sus ecosistemas agros productivos, el agua de consumo humano y de irrigación. Así como para construir el Merca Cibao y desarrollar la región como Hub logístico del Caribe.

Ciudades como Puerto Plata, Esperanza, Mao, Villa Vázquez, San Fernando de Montecristi y Manzanillo, pueden robustecer un Cibao emprendedor, competitivo y de empleos dignos. Como orientación dirigida a estimular la renovación, fortalecimiento y reactivación de la estructura económica de diversas ciudades región norte, y promover un modelo fundamentado en servicios, comercio y producción de vocación exportadora.  Un modelo que se sustente en si mismo y en sus creativos agentes económicos, en recursos territoriales que aseguren la creación y distribución equitativa de la riqueza y el acceso a oportunidades de empleos formales, buenos y dignos.

La Costa Atlántica debe ser estructurada con Estratégica de puertos y conectividades para favorecer áreas de libre comercio y servicios diseñada para generar significativos beneficios sociales, tales como creación de nuevas fuentes de empleo, se han estimado en casi 20 mil los nuevos empleos formales en los primeros cinco años, también el incremento de las exportaciones, la mejora sustancial de la colaboración y la competitividad. Además la promoción de la industria y el comercio tanto de la Región Noroeste como el Cibao en su conjunto.

Los resultados esperados para estas ciudades y el Cibao serían: i) el incremento y dinamismo del comercio exterior de la región y el país;  ii) la armónica gestión de las relaciones comerciales; iii) la mayor visibilidad y accesibilidad de esta isla en relación a otros países del Caribe y Centroamérica; iv) la atracción de nuevas inversiones hacia la región del Cibao;  v) su operación como Centro Logístico entre Europa y el Caribe, tal como lo recomienda la Estrategia Nacional de Desarrollo (END 2030) y diversas propuestas, incluyendo el Informe Attali.

Se ofertarán servicios integrales como sistemas de logística-transporte, sistemas de almacenaje, gestiones de venta, financiamiento y/o seguros de mercancía y las actividades aduanales y de exportación. También el aumento de la capacidad de reacción del país ante cualquier desastre natural, pues la mayoría de huracanes afectan siempre todo los puertos del sur.

El modelo Abinader de impulso del desarrollo regional sostenible debiera incluirse en todos los programas de gobierno 2024-2028 y ser visualizado al detalle por todos.