El historiador de las religiones y del mito es también un viajero que experimenta lo fantástico a través de la literatura y la fascinación desde el viaje mismo situado en los aspectos del mito y la hierofanía. Lo sagrado y lo profano surgen de allí y por lo mismo de un tiempo de los orígenes. La biografía de Mircea Eliade (1907-1986, Bucarest), queda plasmada en sus obras fundamentales publicadas en su Rumania natal y en todo el mundo occidental.
Mircea Eliade fue discípulo del filósofo rumano Nae Ionescu en la Universidad de Bucarest, quien le impartió lógica, gnoseología e historia de la filosofía. Decide entonces viajar a Italia para investigar sobre su tesis de grado que versaba sobre Filosofía del Renacimiento y donde investigó sobre Giovanni Pico Della Mirandola. Al visitar en Roma el seminario del orientalista y arqueólogo Giuseppe Tucci revisó y conformó algunos tópicos y capítulos de la misma. Desde Italia volvió a mirar a la India, pues tenía en mente un estudio vinculado a los orígenes de la mística indiana que publicaría más tarde en francés en 1936.
Decidió escribir su tesis y presentarla para obtener su título de grado y solicitar una beca para estudiar en la India con Dasgupta, una autoridad en sánscrito y filosofía hindú. Admitido por Dasgupta viajó a Calcuta (India) y luego a estudiar en el Himalaya con los más sensibles y eruditos maestros del yoga. Toda esta experiencia iniciática construyó también un mundo fantástico y religioso visible en sus obras de madurez (Tratado de historia de las religiones (1949), Historia de las ideas y creencias religiosas (1976, 1999), (4 vols.); Lo sagrado y lo profano (1957), Aspectos del mito (1963), Herreros y alquimistas (1956), Mitos, sueños y misterios (1961), Técnicas del yoga (1961) y El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis (1951, 1975), entre otras.
La temática del origen, el cosmos sacroprofano, el terror de la historia, la morfología de lo sagrado, el eterno retorno, el poder de lo sagrado y el cosmos viviente son los temas fundamentales abordadas en su investigación y escritura.
La sacralidad, totalidad espacial y temporal que justifica la acción ritual y simbólica de una presencia que se articula en la obra y en su dinámica soteriológica, origina y produce las significaciones cardinales de una cultura (balcánica), y que se particulariza en la palabra como orientación intermediaria en la obra de Mircea Eliade (1). La transposición espacial del decorado-relato mítico intuye una palabra abierta y desnuda de la representación o anti-representación del mundo como poética de lo sagrado. El co-texto y el contexto de esta poética es lo profano.
La obra de Mircea Eliade publicada en rumano desoculta aquella vivacidad profana que integra simultáneamente el espacio mítico y la sacralidad. La espiritualidad rumana es ese texto que se abre y se cierra constantemente solicitando una dialéctica que es la clave para entender el golpe mítico, el asombro,el contacto y el espacio de la hierofanía; ella conduce al espacio que transforma lo real en un ritual: el teatro mítico y la acción simbólica.
Sin embargo, para entender la obra literaria y antropológica de Mircea Eliade es necesario entender también el retorno y el ciclo mítico donde alegoría, imagen y metáfora asimilan un tiempo interior en la dinámica de la hierofanía.
La proyección del acto creador (poeticidad épica de la balada Mioritza y el Maestro Manole), modifica esencialmente el movimiento interno de la visión sagrada engendrando paulatinamente una especie de "deidad" y un "raspamiento" filosófico mostrativos del acto hermenéutico en el sentido de toda poética de lo sagrado.
La fundación mítica, el remedio, las hierbas, la magia, el éxtasis, la droga, el espasmo y el temblor, constituyen una totalidad mitológica y tradicional que en la cultura rumana y eslavo-balcánica cobra cuerpo y sentido en el manuscrito, el documento y la historia como conjunto de transiciones metaculturales. Partiendo de esa conciencia que transpone y difracta lo real en instancias evolutivas de lo sagrado, la revelación del mundo simbólico, reconstruye la temporalidad de un texto-enunciado o conjunto de enunciados históricos que caracterizan una tradición hermenéutica y textual en la llamada Europa oriental.
La interiorización de lo simbólico se constituye por medio de la opacidad del pensar que destituye las marcas reales, semántica y ritual del universo sagrado en la dinámica de la(s) hierofanía(s) y de la proyección sagrada. Esa manifestación instituye históricamente un tiempo repetido de los orígenes y un conocer particularizado del espacio natal. La nostalgia de los orígenes (1969), es, a su vez, una obra de rebelión ante lo desconocido, en el instante en que la historia pierde sus centros y márgenes. El subtítulo de la misma es “Metodología e historia de las religiones”.
Así pues, la antropología de Mircea Eliade es una antropología religiosa y cultural en la medida que el mito moviliza y transforma una estructura atípica y contextual. La prueba de esa antropología es la asimilación e integración de huellas históricas e involuciones de poderes culturales en el espacio profano que individualiza la ”existencialidad” en sus revelaciones contingentes. La reflexión que impone una relevancia de la condición humana, posibilita también un proceso situacional de entidades sagradas en el círculo de la intimidad de conocimientos y de la textualidad sacro-profana.
¿Cuál es el orden de esa textualidad en la obra de Mircea Eliade?
Entender la dinámica poético-filosófica y etno-sagrada, en la obra de Mircea Eliade significa conocer las etapas íntimas y colectivas de saberes y de ideas espirituales en el conjunto de una problemática ontológica de proyección y fundación. Dicha problemática es también el comienzo de una visión escatológica en la que 1) el tiempo de los orígenes produce un tiempo de la destrucción o visión apocalíptica; 2) el tiempo de la salvación es una soteriología implícita que produce un tiempo de la trascendencia y de la visión escondida; 3) el tiempo de esta visión es la convergencia entre la intimidad del nacimiento mítico y las presiones de la historia. Este proceso se abre y se cierra cuando las marcas existenciales y las potencias arquetípicas prolongan la acción ritual en una prueba iniciática que reconstruye la creación y se desprende (antropológicamente) de la polisemia simbólica del acto originario. Ese desprendimiento produce su crítica en el campo epistémico por medio del "raspamiento" interior producido por la intención ritual.
En efecto, la intención ritual es el segundo momento de la acción ceremonial. El primero es el de la substancialidad mítica. El temblor existencial que produce la ética (Kierkegaard), motiva el proceso sagrado y su contrapartida: el proceso de constitución de lo profano. En la obra de Mircea Eliade este proceso hermenéutico tensional (y en otras instancias seminal), engendra una mirada que para el historiador de las religiones no es más que un estilo de síntesis orientada en una temporalidad que se complementa en sus textos. La filosofía declarada de sus primeros textos: Soliloquios (1932); Alquimia asiática (1934) Bucurest; Cosmología y alquimia babilónica (1937); Oceanografía (1935); Contribuciones a la psicología del yoga (1931); El mito de la reintegración (1942); Fragmentarium (1939), se inscriben en un trabajo plural que reúne críticamente sectores de espiritualidades diversas (védica, griega, bizantina, tibetana, sumero-akkádica), donde la espiritualidad de la letra genera una visión mítica de mentalidades en un momento constitutivo: la oralidad mítica. Es el momento de asimilación fundamental que actualiza apariciones laicas y canónicas (Fusiologus, Cazania, Varlaan y Josafat, Alejandría). La tradición oral reflejada en los grandes momentos de la historia de las religiones decide el nivel de integración espiritual, el rumbo de los elementos complementarios de una prosa que se va a originar con el conocimiento de esa oralidad evolucionada. Es entonces cuando aparecen sus producciones literarias en prosa: Isabel y las aguas del diablo (1930); En un monasterio del Himalaya (1932); Maitreya (1933); La vuelta del paraíso (1934); India (1934); La luz que se apaga (1934); La señorita Cristina (1934); Boda en el cielo (1938); El secreto del doctor Honigberger (1940); Noches en Seranpore (1985). La particularidad de estas producciones es el límite de lo humano en el acontecer mítico y místico, ambos articulados de forma trascendente por lo fantástico.
De esta manera la condición de lo fantástico en estas producciones es: 1) el trastocamiento; 2) la ruptura mente-cuerpo; 3) la visión existencia-muerte; 4) el contrato entre lo imponderable y el desencuentro; 5) el acto de aparición y desaparición de lo divino; necesario; 6) el terror de lo mágico; 7) revelación y transformación de espacios exteriores; 8) presencia-ausencia del personaje como fórmula de lo sagrado y lo profano; 10) vuelta al paraíso-vuelta del paraíso. Estas constantes originan la posición del fenómeno cultural desde el hecho antropológico y la estructura hierofánica. La estructura fenomenológica de ese discurso (discurso de la narración ejemplar) conduce a la integración de segmentos interiores y exteriores de una visión impulsiva. El rito es la lengua y el lenguaje teatral del acto sacrificial que penetra en la substancia del signo. La invención filosófica es el mecanismo lingüístico-literario y antropológico por donde penetra lo "imaginario" de la proyección fantasmática. El universo novelesco de Mircea Eliade penetra en la escritura etnosimbólica que actualiza el arquetipo y la repetición, así como los ciclos cósmicos de origen y tiempo.