El Ministerio de Salud de la República Dominicana se encuentra en la mejor coyuntura para lograr una renovación y transformación sostenible. No es momento para retoques menores, cambios cosméticos, “teoría líquida conceptuosa” o publicidad presumida. Es tiempo de actuar con planificación y certeza. Cranear hoy los cambios que deben hacerse mañana.

El ministro de Salud, Daniel Rivera Reyes, en una conferencia magistral en la asociación de egresados de la PUCMM, presentó el “qué hacer” adaptado al mundo pos-COVID-19. Son sus grandes líneas de trabajo, las derivadas del decreto 284-21 sobre la reforma y organización de la estructura de este Ministerio para reducir los indicadores de daño a la salud.

Este Ministerio funcionará mejor con los Viceministerios de Garantía de la Calidad de Servicios de Salud; Viceministerio de Salud Colectiva; Viceministerio de Fortalecimiento y Desarrollo del Sector Salud; Viceministerio de Garantía de la Calidad de Producto de Consumo Humano; Viceministerio de Gestión Desconcentrada (actual OCGDR); y Viceministerio de Economía de la Salud.

También poner en operación la disposición ministerial 010-2021 para garantizar la conclusión del Plan Estratégico de Salud 2030.

Igualmente, incentivar con fuerza los programas de tecnología de control a distancia de casos. Con una aplicación APP, se puede monitorear en desde los centros de salud en la comunidad las 20 enfermedades más prevenibles, es decir se reforzaría la estrategia de atención primaria y las más de 1,600 unidades que debieran ser renovadas. Con la garantía de recursos humanos de calidad para los servicios. También, reforzar la preparatoria ante desastres y pandemias.

A la pandemia de COVID-19 le llegó su hora de meseta y completa reducción de casos reportados. Ningún estratega recomendaría que, en el éxito, se baje la guardia de la vacunación ni del uso de mascarillas. Sin embargo, se espera una significativa declinación de infecciones diarias, llegando casi a “cero” para abril y mayo de este año 2022.

 

El Ministerio de Salud Pública, con el apoyo de la Vicepresidencia, logró que República Dominicana fuera sostenible en la reducción de casos. Mantuvo a la nación como uno de los países de mayor abastecimiento de vacunas y menor letalidad del mundo. Con buen volumen de pruebas y manejo efectivo de casos a nivel intrahospitalario.

Como bono adicional, la Dirección de Epidemiología recuperó la confianza pública en la certeza de sus datos. Así lo evidencia el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de Población Washington, Seattle USA. También el Tablero de Mandos del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins y la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS).

Es momento de reenfocar los recursos humanos hacia residencias de medicina familiar, de emergencias, cuidados intensivos, maestrías en epidemiología y gestión. De organizar y habilitar todos los promotores de salud. De fortalecer los sistemas de información, de vigilancia y rastreo de contactos con niveles de atención articulados con datos digitales.

El ministro subraya que es coyuntura para crear la red de atención y control de accidentes de tránsito. Robustecer la red materno-infantil para reducir las muertes prevenibles y la red costo-efectiva de atención al cáncer.

El mundo pos-COVID-19 es de la investigación. Este Ministerio debiera ser fortalecido en la formulación de la investigación para la correcta toma de decisiones, un órgano que se fundamente y base en evidencias.

La Atención Primaria de Salud debiera volver al puerto de origen. La Resolución Final de la Conferencia Mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de Naciones Unidas la definió en 1978 y la establece como una estrategia fundamentada en “la asistencia sanitaria esencial, basada en métodos científicos y aceptados socialmente, puestos al alcance de todas las comunidades, con activa participación social y a un costo que la comunidad, los pueblos y los países puedan sostener”.

Esta Conferencia Mundial, realizada en la ciudad de Alma Ata y que contó con el aval de los ministros y presidentes de todos los países miembros de Naciones Unidas, ordenó que todos los gobiernos deban formular políticas, estrategias y planes de acción nacionales, con objeto de iniciar y mantener la Atención Primaria de Salud (APS).

Este es el período de la Atención Primaria de Salud (APS). Un momento también propicio para concluir las ciudades sanitarias, los nodos hemocentros y las unidades cardiometabólicas. El Ministerio está en su mejor momento para lograr una transformación que ponga “primero la gente”.