Hace unos días que el Dr. José Miguel Vásquez, un erudito en temas políticos y electorales y otras especialidades, por demás, de los miembros fundadores, junto con el suscrito, de la Academia Dominicana de Estudios Políticos y Electorales, Adepe abordó juiciosamente, en un artículo de opinión publicado en el Listín Diario, bajo el titulo ¨la indiferencia del poder del mundo ante la miseria y la violencia haitiana¨. En el cual, entre otras cosas connotaba que la Organización de Estados Americanos, de la es que signataria tanto la Republica Dominicana y Haití, la OEA, había planteado, y prácticamente declarado en una carta pública que (…), en Haití no hay ningún sistema de balance, ni en el sistema político, ni en la dimensión social, por el contrario se encontraba la prevalencia de la violencia, del mal uso de la fuerza interna, de la lógica criminal en la actuación , instituciones fallidas y falta de capacidades de la sociedad civil¨.
Lo que se resume, según el comunicado, que se trata de la mayor catástrofe política y social de Latinoamérica, donde no existen interlocutores válidos para el dialogo, ni confianza en medio de la guerra entre bandas criminales y ausencia de figuras o grupos creíbles de control interno. Pero de fondo, el comunicado de referencia, después de todos esos calificativos y epítetos, siendo el ente que aglutina todos los países de la región, se declaraba impotente para intentar, tan siquiera una ¨solución¨, mientras, por el contrario, ¨siendo así, sigue diciendo, tenemos que entender que en estos momentos no es posible dar inicio a una apertura democrática en medio de un caos total, lo que resultaría en un fracaso previsible.
Decía, o dijo, además, ¨tenemos que dejarnos de fantasear y comprender que cualquier solución tiene su base, en una imposición que traiga como resultado el sometimiento a la obediencia y al orden. Y establecía, a manera de resumen del comunicado, que la OEA estaba consciente de que cualquier iniciativa, traerá consigo una agresiva respuesta de parte de los protagonistas del drama, en procura de defender sus intereses malignos al precio que sea (…) Y nosotros preguntamos, ¿y cuáles son esos protagonistas del drama y cuáles serían los que protagonizan esos intereses malignos? ¿Serían los insurrectos internos los únicos, o son instrumentos de ese caos? ¡Bueno, hasta ahí no me alcanza la razón.!
En el comunicado en cuestión, la OEA, al margen de sus funciones, que se sintetiza, entre otros asuntos y responsabilidades, afianzar la paz y la seguridad del Continente; prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar la solución pacifica de las controversias que surjan entre los Estados Miembros; organizar la acción solidaria de éstos en caso de ser necesario (…), plantea algo que no puede ser visto así tan simple. Ahí como que al ajedrez les faltan piezas.
A propósito, en este sencillo soliloquio, admito, y valoro como un clamor de alto sentido de sensibilidad y humanismo, el contenido del artículo del doctor José Miguel Vásquez, en el cual deploraba que las naciones ricas del mundo, habían hecho caso omiso a los llamados de asumir al país haitiano. Y agregaba que es penoso como se dejaba morir una nación de hambre, miseria y sumida en un caos político y de ingobernabilidad, etc. Y sinceramente, cogí dos penas. Una porque es la realidad que ese país fallido, está totalmente desamparado. Y la segunda pena es que nuestro contertulio de este artículo, el Dr. José Miguel Vásquez, se quiera sentar a esperar que los países, ricos, en especial Francia y España y otros que han explotado su riqueza, escuchen su clamor, ya que esto jamás iría a pasar-juzgo yo-, en razón de que las soluciones, aunque las tengan, el plan no es ese, o sea, cargar o echarse a la espalda esa negritud solución, porque sencillamente, el destino que está construido, hasta donde alcanza mi olfato, es eliminar la frontera y que se oficialice la fusión. Y lo planteado, mi amigo José Miguel, a mi humilde alcance y alcance,-esa declaración de impotencia, para mi tiene varias lecturas que más adelante las referiré- pero, en lo inmediato, haciendo un examen simple, tipo patología forense a un cuerpo hallado muerto, la vida soberana de la Republica Dominicana, está prácticamente asfixiada por tranque de tráquea inducida, y como se plantea en derecho, nadie más sospechoso del crimen que aquel que le interesaba esa muerte o que pudiéndola evitar, no lo haga, no lo intente o no lo hizo.
Para tener una idea mi amigo interlocutor, el comunicado publicado por la OEA, referido por usted muy bien recogido y puesto como marco de su artículo, me resulta un arma silenciosa para guerra tranquila según plantea Noam Chomsky, de ir poco a poco acondicionando la psiquis de la gente para que también poco a poco el tejido social vaya asumiendo como algo natural una conspiración, en este caso, de la magnitud de la fusión. Y hacia allá me permito ir como me dijo el amigo, honra para mí, en una misión académica que compartimos juntos, filósofo, refriéndose a mi persona-cuanto honor-, deme una opinión sobre(…), él a modo de chanza quería oírme filosofar sobre un tema, no este, sino otro que debatíamos, y ahora, yo le tomo la palabra a ese amigo, para tratar de buscar un gato prieto en una obscuridad, sin ser filósofo, pero, asumiendo ese rol en este particular, y plantear que lo hago atientas, sin verse nada y ni siquiera con luciérnagas, pero sé, sin tirar el grito del creyente-que sin verlo dijo que lo vió-, ni encendiendo la luz del científico, que sin hablar una palabra, al encender la luz, lo vió todo claro, pero, yo modestamente, filosofando un poco, sé que en esa obscuridad busco un gato prieto. Y lo mejor, trataré de explicar, su tamaño y hasta la intensidad de sus ojos relucientes. Así es que, Dr. José Miguel, al pedirle excusa por montarme en su artículo, me permito referir lo siguiente.
Lo de la OEA, a mí no me gusta. Luce un lavado de manos. Y que me perdone. Me luce como hizo Pilato, consciente que el Sanedrín Romano,-Concejo Supremo y religioso de los Judíos desde el siglo III a.c-, ordenó la crucifixión de Cristo, aunque se inventó-Pilatos-, todos los subterfugios para no cumplir esa ordenanza y "cuando no pudo conseguir su plan, hubo de proceder y no teniendo otra salida se lavó sus manos", (¡ayyy, Jesús!), pero ejecutó la muerte dentro del más bajo y cruel método de martirio. Y a esto, me permito buscarle una explicación, quizás en el método filosófico del socialismo dialéctico de Karl Marx y Engels, por lo tanto, avizoro en esos enunciados del memorándum referido, y las posibles causas profundas y verdaderas de ese abandono que alude mi amigo Vásquez de parte de los países ricos. En efecto, puntualizamos que ese cuadro de violencia, grupos criminales organizados, muy bien podrían ser los instrumentos internos que impulsan los pros fusión para generar ese caos social, inseguridad, inestabilidad política, etc, para influir varias cosas.
1) El terror social y las amenazas constantes para forzar la inmigración, muera quien muera. Y más, producir un éxodo masivo de vecino para su tierra perdida que es esta, dominicana, asumiendo todo tipo de anclaje de corrupción en la frontera para que los militares den la espalda, cuando no se cobra peajes para el trasiego de haitianos. Y más, el Estado, o con las manos atadas, o no pudiendo hacer nada o llorando su impotencia o dejar la bola pasar. No sé, pero algo grande está pasando.
2) La carta de la ONU, la que el Magister Vásquez bien narra o transcribe de este organismo, luce como un zigzagueo de parte del organismo, -como me decía un sindicalista cuando la empresa le rebotaba la solución-. Podría ser una carta de dos caras o juego de ajedrez. Una es la que muestra la excusa porque pinta tétrica la solución y, -realmente cierto-, la otra que a pesar del grito de alarma es tapar-porque también podría haber un plan que la OEA, no conozca y no sepa que esa falta de acción es una jugada oculta del plan de la fusión. Pero, esa parte no me cuadra, por más que se diga, la OEA, debería saber, o si no averiguarlo, que en la realidad no es que se le haya escapado de la mano a ese poder del mundo que sea indiferente a la miseria y la violencia, es a mi juicio, que lo que se haya planificado estuviera consumado, y se le estuviera dando larga-para cuando lleguen las noches de los cuchillos largos, luego, solo se diga, yo lo advertía, y si es así, no tiene otra escapatoria de que desde ahora habría que enviar la señal que fue imposible detener lo que hecho, hecho está. ¡Zafa!