Desde hace más de una década me he dedicado a investigar y documentarme sobre los estudios que aportan las técnicas más efectivas para realizar pronósticos electorales. En esta búsqueda he constatado que las más usadas son: el sondeo de opinión, el análisis de los indicadores económicos del gobierno de turno y la revisión de la historia electoral.

El pronóstico electoral sirve para propósitos públicos y académicos, proporciona información a lideres y seguidores sobre un resultado probable, ayudan a evaluar las campañas y a la toma de decisiones como mantener o cambiar las estrategias. A la comunicación ofrece puntos de referencia que nos permiten interpretar el proceso electoral y a los votantes les da información para evaluar a cuáles candidatos apostarán su simpatía y le premiarán con su voto.

Pero igual he aprendido que las previsiones para una elección futura siempre son inciertas, por lo que las variables empleadas representan comportamientos estimados, lo que los modelos de pronóstico en esta materia dependen del contexto electoral particular en el que se desarrollan. Por tanto, no existe un modelo único para realizar todas las predicciones. Vamos, que no hay tal bola de cristal.

Hay una pregunta que me hacen todos los días, inclusive mi propia mente: quién ganará las elecciones el próximo 19 de mayo. Y suelo responder de manera jocosa, que no tengo una bola de cristal. Ante una narrativa montada sobre métodos de opinión o encuestas, el país vive una guerra de estudios de este tipo que buscan, más que adelantarse a posibles resultados, crear percepción de lo que se quiere como desenlace electoral. Y aunque no he medido su efectividad, lo cierto es que los sondeos de opinión aportan información que permite a los electores y analistas valorar la intención de voto para cada candidato.

En esta oportunidad quiero utilizar el modelo de análisis de la historia electoral, bajo la premisa de que históricamente, en la República Dominicana ha existido un patrón en las predicciones electorales. Para ello hicimos un cálculo de probabilidad, tomando los resultados de la participación en las elecciones presidenciales en el primer cuarto de este siglo, desde el año 2000 hasta el 2024:

2000 = 76.14%

2004 = 72.84%

2008 = 71.36%

2012 = 70.23%

2016 = 69.60%

2020 = 55.29%

Promedio = 69.24%

Estadísticamente es imposible una definición en primera vuelta. Para el PRM ganar en primera vuelta, como se ha querido vender, debe votar el 55% o menos del padrón electoral, algo que solo ocurrió una vez en la historia, y fue en el 2020 por el efecto de la pandemia, cuando el 55.29% de los votantes acudió a las urnas, lo cual equivale a 545,441 personas menos que en el 2016.

Aun con este nivel de abstención en el 2020, la tasa de participación media desde el 2000 al 2020 fue de 69.24%. En la actualidad no hay un fenómeno pandémico, por lo que las probabilidades deben ajustarse.

En el 2020, con pandemia y protestas nacionales contra el gobernante PLD, el PRM con sus aliados obtuvo 2,154,866 votos, mientras que en las elecciones municipales de 2024 el PRM y aliados se quedó con 44,832 votos menos que en el 2020, pues sumó 2,110,034 votos. Este comportamiento de los electores nos muestra una tendencia a la estaticidad, porque es el techo de votación. La tendencia no apunta a un salto al alza, que sería la clave para ganar en primera vuelta.

Si bien es cierto que las predicciones electorales siempre llevan consigo un grado de incertidumbre, ya que dependen de resultados estimados y del contexto electoral específico. Basada en el historial de participación electoral, mi pronóstico para este próximo domingo 19 es de 68.48%.

Esta estimación se realizó con un rigor técnico, en este sentido, el intervalo de confianza para la tasa esperada de participación electoral calculada se trabajó con un nivel de confianza del 95% el cual nos arrojó que la variación estaría en el rango de 5.44%.

Esto significa que podemos estar razonablemente seguros de que la tasa de participación electoral del próximo domingo puede oscilar entre 63.04% al 73.92%. Es decir, que la votación nacional estará en el rango de 5,192,787 – 6,079,837 personas, por lo que pronostico una segunda vuelta.

La votación esperada de un padrón de 8,145,548 electores, es de 5,578,071 votos, un 68.48%. La mitad más uno es igual a 2,789.037 votos y esa cifra no la ha alcanzado nadie en este país, nunca. El PRM tendría que romper su techo electoral, algo que no ha podido hacer ni estando en el poder, con el uso de todos los recursos del estado, ha podido hacer en las elecciones municipales de febrero.

Y hablo de la mitad más uno de los votos válidos, porque hablar o pensar en obtener un 60% o 70%, como ellos dicen, sobrepasa el umbral de los 3.3 millones de sufragios. Impensable, inalcanzable para cualquier partido en las condiciones actuales.

Lo que busca el PRM a toda costa es forzar un alza en la abstención y, como no hay un evento de fuerza mayor como la pandemia que le benefició hace 4 años, que le ayude a que esto suceda, procurarán una contener a los votantes como la lograda en febrero. Pero en ese momento era más fácil porque solo tuvieron que limitar los liderazgos locales, lo que hasta por rencillas internas muchos hicieron, por ofertas de dinero y participaciones en el tren gubernamental. Sin embargo, esta no es la realidad que se vive cuando se trata del nivel presidencial.

Desde la caída de la dictadura, periodo 1962 hasta el 2020, la tasa de participación electoral promedio a nivel presidencial ha sido 70.88% y solo en 5 ocasiones ha estado por debajo del 70% que fue en los años 1962, 1970, 1990 y 2016 con un 64.73%, 63.57%, 60.54% y 69.60% respectivamente, y un 55.29% en el 2020 convirtiéndose en la participación más baja de toda la historia de nuestro país, como efecto de la pandemia COVID-19.

En resumen, si el próximo domingo 19 de mayo la participación electoral supera el 65% habrá una segunda vuelta.

Quiero dejar algunas preguntas plasmadas, a modo de reflexión a los lectores, considerando que el PRM no logró aumentar su base de votantes en las elecciones municipales comparando esos resultados con el 2020, ¿Cómo se justifica el triunfalismo reinante de una victoria en primera vuelta? ¿Qué tanto más hará el PRM en las elecciones presidenciales que no hicieran ya en las elecciones municipales? ¿sabes el valor que tiene tu voto?