El Método Montessori ha demostrado ser una filosofía educativa eficaz que se ha extendido más allá de las escuelas privadas y ha despertado el interés de implementación en el sistema público de enseñanza.

En este ensayo, se explorará las prácticas auténticas Montessori dentro del sistema público de enseñanza, las necesidades del desarrollo de los niños y adolescentes y cómo el método las cubre, así como la importancia de la armonía entre el desarrollo y el liderazgo en una escuela Montessori.

También se abordará cómo el desarrollo y el liderazgo de una escuela Montessori deben estar en consonancia con los valores y principios de la educación Montessori, y cómo responden a las necesidades de las familias y las comunidades. Finalmente, se presentarán argumentos para proteger y promover las prácticas genuinas Montessori dentro del sistema público de enseñanza.

“Si bien hay muchos componentes que son integrales para la implementación de Montessori de calidad, la Sociedad Americana Montessori reconoce cinco componentes centrales como esenciales en las escuelas Montessori: maestros Montessori debidamente capacitados, aulas para edades múltiples, uso de materiales Montessori, trabajo dirigido por niños y períodos de trabajo ininterrumpidos. Integrar los completamente debería ser un objetivo para todas las escuelas Montessori” (RIGA, 2019)

La implementación de prácticas Montessori dentro del sistema público de enseñanza es una propuesta que busca aprovechar los beneficios de este enfoque educativo reconocido a nivel mundial. El método, busca fomentar el desarrollo integral del niño a través de un ambiente preparado y materiales educativos específicos. Aunque el método se ha asociado tradicionalmente con escuelas privadas, existe un movimiento creciente para incorporar estas prácticas en el sistema público de enseñanza. La implementación en escuelas públicas requiere un enfoque integral y una adaptación cuidadosa a las necesidades y características de cada contexto.

Los educadores deben recibir una formación adecuada en el método Montessori para comprender sus principios fundamentales y aprender a utilizar los materiales y estrategias educativas específicas. La capacitación de docentes en el método Montessori es esencial para garantizar una implementación auténtica y efectiva.

El entorno de aprendizaje juega un papel crucial en el método Montessori. Las aulas Montessori suelen estar diseñadas de manera cuidadosa y ordenada, con materiales educativos accesibles y adaptados a las necesidades de los estudiantes. En el contexto de las escuelas públicas, puede ser necesario adaptar los espacios existentes para crear ambientes preparados que fomenten la independencia y el autodescubrimiento de los niños.

Los materiales Montessori son considerados esenciales para el aprendizaje autónomo y tangible. Estos materiales están diseñados para permitir a los niños explorar conceptos y habilidades de manera práctica y sensorial. La incorporación de estos materiales en las escuelas públicas requeriría una inversión y planificación adecuadas para garantizar su disponibilidad y uso adecuado.

El método Montessori se caracteriza por un enfoque individualizado y flexible. Los estudiantes tienen la libertad de elegir actividades y trabajar a su propio ritmo. Dentro del sistema público de enseñanza, es importante encontrar formas de adaptar los currículos y las prácticas pedagógicas existentes para permitir la flexibilidad y la personalización del aprendizaje.

La colaboración entre la escuela y la comunidad es esencial para el éxito de cualquier iniciativa educativa. En el caso de la implementación de prácticas Montessori en escuelas públicas, es importante involucrar a los padres, madres y tutores en el proceso y fomentar la participación de la comunidad en el apoyo y enriquecimiento de la educación de los niños.

La implementación de prácticas Montessori dentro del sistema público de enseñanza puede ser un desafío, pero también una oportunidad para enriquecer la educación y promover un enfoque centrado en el estudiante. Requiere una planificación cuidadosa, inversión y compromiso por parte de los actores educativos. Sin embargo, los beneficios potenciales, como el fomento de la autonomía, la creatividad y el amor por el aprendizaje, hacen que valga la pena explorar y considerar esta posibilidad en la búsqueda de una educación de calidad para todos los estudiantes.

El Método Montessori se centra en el desarrollo integral de los niños y adolescentes, abordando sus necesidades físicas, intelectuales, emocionales y sociales. A través de un entorno preparado y materiales adecuados, los estudiantes tienen la oportunidad de aprender a través de la experiencia práctica, fomentando su curiosidad, creatividad y desarrollo cognitivo. Además, se promueve la autonomía y la responsabilidad, lo que contribuye a la formación de individuos autónomos, se enfoca en cubrir las necesidades del desarrollo de los niños y adolescentes a través de una serie de principios y prácticas fundamentales, desarrolla la autonomía y la libertad de los niños y adolescentes. Proporciona un ambiente preparado donde los estudiantes tienen la libertad de elegir sus actividades y trabajar a su propio ritmo. Esto les permite desarrollar habilidades de toma de decisiones, independencia y autorregulación.

“Preparar al Adulto, a través de la observación científica, para que comprenda el significado de educación como ayuda a la vida del niño y del adolescente. El adulto se convierte en un lazo dinámico entre el niño y el material. Protege y promueve la independencia y la libertad con límites” (Montessori, 1986)

Se basa en el aprendizaje práctico y sensorial, los estudiantes manipulan materiales concretos y participan en actividades prácticas que les permiten explorar y comprender conceptos abstractos. Esto facilita el desarrollo cognitivo, la concentración y la comprensión profunda de los temas, reconoce que cada niño y adolescente tiene un ritmo de aprendizaje único. Los educadores Montessori observan y evalúan continuamente las necesidades individuales de cada estudiante, brindando apoyo y materiales adecuados para su desarrollo óptimo. Esto asegura que cada estudiante progrese a su propio ritmo y se sienta valorado en su proceso de aprendizaje.

Las aulas Montessori están diseñadas cuidadosamente para satisfacer las necesidades físicas, emocionales e intelectuales de los estudiantes. Los materiales están dispuestos de manera ordenada y accesible, lo que permite a los niños y adolescentes explorar y aprender de forma independiente. Además, se promueve un ambiente de respeto, paz y colaboración, lo que favorece el desarrollo socioemocional y las habilidades sociales.

El ambiente preparado también debe extenderse al aire libre. Un jardín, ya sea en el suelo o en contenedores, le permite al niño un contacto cercano con las plantas, las características botánicas y el ciclo de crecimiento. Montessori nos dice que se prefiere un jardín pequeño a un parque grande porque los niños deben permanecer bajo estrecha supervisión en el parque, pero teniendo la libertad de explorar un pequeño jardín libremente. (Montessori, "The Children’s Environment", AMI Communications, 1999/4) Los niños sienten una fascinación natural por las plantas y los animales y les encanta cuidarlos. Algunos niños ya han aprendido los prejuicios y miedos de los adultos hacia los animales, pero poner a los niños pequeños en contacto con los animales ayuda a disminuir estos miedos, y ayuda a los niños a comprender la vida de estas criaturas con las que comparten en la Tierra. Mario Montessori escribe: los niños "comienzan a observar el ambiente exterior y el mundo se amplía para ellos". Mario cuenta sobre las escuelas en el país de la India donde los niños atraparon lagartijas y serpientes, y cómo los lagartos aprendieron a venir cuando los niños silbaron por ellos.

El Método se preocupa por el desarrollo integral de los niños y adolescentes, abordando no solo su desarrollo intelectual, sino también su desarrollo físico, emocional y social. Las actividades prácticas, artísticas y deportivas se integran en el currículo para promover un crecimiento equilibrado en todas estas áreas; pone un fuerte énfasis en el desarrollo emocional y social de los estudiantes. A través del trabajo en comunidad, los niños aprenden a respetar y valorar las diferencias, a resolver conflictos de manera pacífica y a colaborar con otros. También se les enseña a reconocer y regular sus propias emociones, fomentando así su bienestar emocional y social.

“El hogar y la escuela son los dos mundos mas importantes de los niños pequeños y ellos deben tender puentes entres estos dos mundos diariamente. Si el hogar y la escuela se conectan en formas positivas y respetuosas los niños se sienten seguros” (Maria Lujan González Tornaria, Adriana Wagner, Lisiane A. Saraiva Junges, 2015)

Para que lo antes citado se logre es importante enfatizar que el método cubre las necesidades del desarrollo de los niños y adolescentes al ofrecerles un ambiente que promueve la autonomía, el aprendizaje experiencial, la individualización, el respeto por el ritmo de aprendizaje, el desarrollo integral y el crecimiento emocional y social. Al abordar estas necesidades, el método facilita el desarrollo de estudiantes autónomos, seguros de sí mismos y con una base sólida para enfrentar los desafíos de la vida y seguros de sí mismos.

La participación de las familias y la comunidad en la educación de los niños es un elemento preponderante que el metodo reconoce. Se promueve una relación de cooperación y colaboración entre padres, educadores y la comunidad en general. Las familias son invitadas a participar en el proceso educativo y se les brinda orientación sobre cómo apoyar el desarrollo de sus hijos en el hogar. Además, se fomenta el respeto y el cuidado del entorno comunitario, promoviendo una conciencia social y ambiental.

Entender y abordar las necesidades de la familia y la comunidad es esencial para crear un entorno de apoyo y colaboración en el que los estudiantes puedan prosperar. Los contactos iniciales con las familias donde se establecen canales de comunicación abiertos y regulares para compartir información sobre el progreso académico y socioemocional de los estudiantes, además crear un entorno de bienvenida donde los padres son invitados a participar en reuniones, conferencias y actividades escolares, lo que les permite estar informados y contribuir activamente al desarrollo de sus hijos,

Presentar el programa a las familias que reciben orientación y apoyo por parte de los educadores Montessori. Se les ofrece información sobre los principios y prácticas del Método Montessori, así como pautas sobre cómo pueden apoyar el aprendizaje y el desarrollo de sus hijos en el hogar. Esto fortalece la conexión entre la educación en la escuela y en el hogar, proporcionando un ambiente coherente y enriquecedor para padres y estudiantes.

Inspirar confianza en las familias que son alentadas a participar en la creación y mantenimiento de los ambientes preparados en las aulas Montessori. Pueden contribuir donando materiales, ofreciendo su tiempo como voluntarios en el aula o brindando apoyo en actividades específicas. Esta participación fortalece la relación entre la escuela, las familias y la comunidad, y crea un sentido de pertenencia compartido. Además, se ofrecen otras formas de participación, como son: organizar eventos y actividades que involucran a la comunidad más amplia, etas incluyen ferias educativas, presentaciones artísticas, proyectos de servicio comunitario y colaboraciones con organizaciones locales. Las actividades organizadas de esta manera fomentan el sentido de comunidad y permiten a los estudiantes conectarse con el mundo que les rodea, desarrollando una conciencia social y una comprensión de su papel como ciudadanos responsables.

Con el Método se valora y respeta la diversidad cultural y social, las familias y la comunidad son reconocidas como fuentes de conocimiento y experiencias diversas que enriquecen el entorno educativo. Se fomenta la inclusión y se promueve el respeto y la valoración de las diferencias, lo que crea un ambiente acogedor y enriquecedor para todos los estudiantes, propiciar y reconocer que una participación significativa de las familias y la comunidad es esencial para el desarrollo integral de los niños y adolescentes,  al fomentar la colaboración, la comunicación, la participación en el ambiente preparado, la organización de eventos comunitarios y el respeto por la diversidad, el método crea un entorno educativo en el que se valora y se involucra a todos los miembros de la comunidad en el proceso de aprendizaje y desarrollo de los estudiantes.

Una escuela Montessori requiere un liderazgo que esté en armonía con el desarrollo de los estudiantes y los principios de la educación Montessori, los líderes escolares deben tener una comprensión profunda de la filosofía Montessori y apoyar la implementación del método, además, deben fomentar un ambiente de colaboración y respeto entre los educadores, los estudiantes y las familias, y promover la formación continua del personal docente. Pero, esto se hace cuesta arriba implementar o dar un giro a la educación cuando no se cuenta con políticas y legislaciones que apoyen los nuevos paradigmas y la necesidad que hay de una nueva visión. Esto lo explica de manera genial el Doctor en educación Henry Giroux cuando dice:

“La educación es siempre política y el tipo de pedagogía que se usa tiene mucho que ver con la cultura, la autoridad y el poder. La historia que contamos o el futuro que imaginamos se refleja en los contenidos que enseñamos. La pedagogía tal y como está planteada ataca en lugar de educar. Es un sistema opresivo basado en el castigo y en la memorización, que persigue el conformismo, Hay que desarrollar otros métodos que formen alumnos capaces de desafiar las prácticas antidemocráticas en el futuro” (Giroux, s.f.)

Por lo que una escuela Montessori requiere un liderazgo que esté en armonía con el desarrollo de los estudiantes y los principios de la educación Montessori. El liderazgo en una escuela Montessori desempeña un papel fundamental en la creación de un ambiente educativo que respalde y promueva los principios y prácticas del Método.

Un líder Montessori debe tener un conocimiento sólido y una comprensión profunda de los principios y las teorías detrás del Método. Esto les permite guiar y apoyar a los educadores en la implementación efectiva del enfoque Montessori, convertir el metodo en una cultura institucional, ya que la cultura es el conjunto de conductas de una organización, estas son los que van a producir los resultados que se esperan. Peter Drucker dijo: “La cultura se come como desayuno a la estrategia”, ya que la cultura es la que convierte la estrategia en acciones y comportamientos que producen los resultados. Por tanto, educar a las familias y a la comunidad sobre los beneficios y la filosofía de este método, son elementos esenciales para fomentar esta cultura.

Según el especialista en cultura organizacional Edward Schein (Schein & Schein, 2016) hay tres elementos que componen la cultura en una institución:

Los artefactos (es todo lo que se puede ver, oír y sentir en una organización), Los valores (son el conjunto de valores organizacionales que se trasmiten a la organización y que establecen lo que es importante para todos los integrantes) y Los supuestos (Son las creencias que se tienen dentro de la institución sobre cómo se interpreta la realidad. Son el sistema de creencia que configura la manera en que la institución enfrenta el contexto que le rodea, muchas veces sin ser conscientes de ello, pero definitivamente determinan cómo se percibe dicha realidad).

El liderazgo Montessori debe proporcionar un apoyo continuo y un desarrollo profesional a los educadores de la escuela. Esto implica brindar oportunidades de capacitación, observación y retroalimentación, así como fomentar una cultura de aprendizaje y crecimiento. Un líder Montessori también se asegura de que los educadores tengan los recursos y materiales necesarios para implementar eficazmente el método en el aula,  desempeña un papel importante en la creación y el mantenimiento de un ambiente preparado adecuado, asegurarse de que las aulas estén equipadas con los materiales y recursos necesarios, así como diseñadas de manera que promuevan la autonomía, la concentración y el desarrollo integral de los estudiantes, así como también supervisar el orden y la limpieza del entorno, asegurando que sea un espacio acogedor y armonioso; trabaja en estrecha colaboración con las familias, fomentando una relación de colaboración y participación, esto comprende la obligación de mantener una comunicación abierta y regular con las familias, organizar reuniones, talleres y eventos que involucren a las familias, y brindar orientación y apoyo para que puedan apoyar el aprendizaje y el desarrollo de sus hijos en el hogar. El liderazgo Montessori también reconoce la importancia de involucrar a la comunidad más amplia en el entorno educativo.

Defender y dar ejemplo de los valores y principios Montessori es el rumbo de quien dirige, esto implica promover la autonomía, la libertad, el aprendizaje basado en la experiencia, el respeto por el ritmo de aprendizaje de cada estudiante y el desarrollo integral de los niños y adolescentes. También debe fomentar un ambiente de respeto, paz y colaboración en la escuela, y estar comprometido con la igualdad, la inclusión y la diversidad. Los directores escolares pueden utilizar varios argumentos para proteger y promover las prácticas auténticas Montessori dentro del sistema público de enseñanza. Estos argumentos pueden incluir el éxito demostrado de la metodología en la promoción del desarrollo integral de los niños, su enfoque en el aprendizaje experiencial y práctico, la evidencia de mejores resultados académicos y socioemocionales, y la capacidad de adaptarse a las necesidades individuales de los estudiantes. Además, se puede resaltar la demanda creciente de familias interesadas en una educación Montessori y la importancia de ofrecer opciones educativas diversas y de calidad dentro del sistema público.

El artículo de la revista American Montessori Society, “Montessori en Carolina del Sur: ¿auténtica o no?” (RIGA, 2019) muestra una investigación publicada en el 2019 de un estudio en más de 315 aulas de escuelas públicas de Carolina del Sur (aproximadamente con 7500 estudiantes), el cual arrojo una alta fidelidad de la aplicación del método en el entorno investigado, con la conclusión de que: “un programa Montessori de escuela pública, si satisface los cinco “componentes básicos de la educación Montessori”… “ descubrimos que la mayoría de los programas de las escuelas públicas Montessori en Carolina del Sur estaban implementando Montessori con autenticidad de nivel alto o medio.”

La protección y promoción de prácticas auténticas Montessori dentro del sistema público de enseñanza puede ser un desafío, pero hay varias estrategias que pueden ayudar a lograr este objetivo y la investigación citada lo avala. Es importante proporcionar formación y capacitación adecuada a los docentes y directores del sistema público de enseñanza sobre los principios y las prácticas Montessori. Esto puede incluir programas de desarrollo profesional, talleres, cursos y mentorías impartidos por educadores y expertos Montessori. La capacitación debe abordar tanto los aspectos teóricos como prácticos de la metodología Montessori, y brindar a los docentes y directores las herramientas y los recursos necesarios para implementar eficazmente el enfoque en sus aulas.

Si bien puede ser difícil implementar el currículo completo de Montessori en el sistema público de enseñanza, se pueden adaptar ciertos aspectos y principios clave. Esto implica identificar elementos del currículo Montessori que puedan integrarse en el currículo existente, como el enfoque en el aprendizaje basado en la experiencia, la autonomía del estudiante y la promoción del trabajo individualizado. Aunque puede ser desafiante replicar completamente los ambientes Montessori en el sistema público de enseñanza, es posible crear espacios que reflejen algunos de los elementos clave de las aulas Montessori. Esto incluye proporcionar materiales y recursos Montessori, organizar el espacio para permitir la libertad de movimiento y la autonomía, y promover la autodirección y la concentración en el trabajo.

Es significativo establecer colaboraciones y alianzas con escuelas y organizaciones Montessori establecidas en la comunidad. Estas instituciones pueden proporcionar orientación, recursos y apoyo para la implementación de prácticas auténticas de Montessori en el sistema público de enseñanza. También pueden servir como modelos y ejemplos de buenas prácticas Montessori. La defensa y la sensibilización son componentes críticos para proteger y promover prácticas auténticas Montessori en el sistema público de enseñanza. Esto implica educar a los responsables de la toma de decisiones, a los padres y a la comunidad en general sobre los beneficios y los principios de la educación Montessori. Se pueden organizar eventos, conferencias y presentaciones para difundir información y generar apoyo para la implementación de prácticas Montessori en el sistema público de enseñanza.

Finalmente es importante resalta que el Método Montessori ofrece un enfoque educativo integral y efectivo que puede adaptarse e implementarse dentro del sistema público de enseñanza. Al cubrir las necesidades del desarrollo de los niños y adolescentes, fomentar la participación de las familias y la comunidad, y promover la armonía entre el desarrollo y el liderazgo en las escuelas Montessori, se crea un entorno propicio para el crecimiento y el aprendizaje de los estudiantes. Es fundamental que los líderes escolares protejan y promuevan las prácticas auténticas Montessori, asegurando que se respeten los valores y principios fundamentales de esta filosofía educativa. Al hacerlo, se brinda a los estudiantes la oportunidad de desarrollar su potencial máximo y se sientan las bases para una educación inclusiva, centrada en el desarrollo integral de cada individuo.

Referencias

Giroux, H. (s.f.). Web del Maestro cmf. Recuperado el 18 de noviembre de 2023, de WMCMF: https://webdelmaestrocmf.com/portal/henry-giroux-los-docentes-son-un-bien-comun-y-merecen-mas-respeto-que-un-banquero-o-un-ejecutivo/

Maria Lujan González Tornaria, Adriana Wagner, Lisiane A. Saraiva Junges. (2015). La colaboración entre familias y escuelas. Una guía para docentes. Montevideo: Grupo MAGROS.

Montessori, M. (1986). La mente absorbente del niño. Mexico DF: Biblioteca Editorial Diana.

RIGA, B. C. (2019). Montessori en Carolina del Sur: ¿auténtica o no? AMERICAN MONTESSORI SOCIETY.

Sarah Werner Andrews. (2013). El ambiente preparado. Montessori Northwest Primary Course. Portland, OR: Montessori Northwest.

Schein, E., & Schein, P. (2016). Organizational Culture and Leadership (5th Edition ed.). (Wiley, Ed.) NY: The Jossey-Bass Business & Management Series.