Hemos expresado a menudo que debemos aprender a pensar y posiblemente algunas personas podrían considerar que es una expresión exagerada, porque se supone que los animales racionales, todos pensamos, y que lo hemos aprendido de forma automática, sin esfuerzos. Admitimos que debemos conocer cómo funcionan nuestros autos, computadoras y celulares, pero curiosamente podría no parecernos importante conocer cómo funciona nuestra mente.
Anthony Bateman, uno de los principales exponentes de la teoría de la Mentalización, la define como: «verme a mí mismo desde fuera y ver al otro desde dentro». Eso te permite comprender la objetividad de tus pensamientos y la subjetividad en la conducta de los demás.
Hay cosas que suceden en nuestras vidas de manera inconsciente, algunos ejemplos: nuestras fobias, descontrol cuando no nos tratan bien, mantenernos pasivos cuando sabemos que debemos hacer algo, huir de una relación estable satisfactoria para evitar compromisos, no recuperarse después de fallecer alguien muy querido, no poder evitar maltratar a los demás, etc., todos son ejemplos de actitudes o conductas que no nos agradan y seguramente no nos convienen, pero que tal vez no podemos evitar aunque limiten nuestras vidas. Conocer por qué nos afectan, puede ser suficiente para rehacer nuestras vidas.
La comunicación permite que compartamos con otros nuestro mundo interior, de esa forma, si quiero comunicar algo, lo analizo, escojo las palabras que mejor representan mis ideas, las expreso en una forma en que mi interlocutor pueda comprender, éste recibe las palabras, las analiza, las relaciona con su base de datos, interpreta lo que le dije, por qué se lo dije o qué quería decirle realmente. Tenemos formas personales de interpretar los acontecimientos y a menudo somos poco objetivos, por lo que en las relaciones humanas la comunicación es importante, ya que podemos cometer graves errores cuando pretendemos adivinar lo que piensan los demás.
Dice un proverbio indio: “Antes de juzgar a una persona camina tres lunas sobre sus zapatos”. Si no puedes ver las cosas como la ve quien habla contigo, no habrá verdadera comunicación.
El nuevo rico que ostenta su riqueza, lo hace porque le avergüenza su pobreza pasada, necesitando convencerse y convencerte, de que ya no es pobre. Estas personas cuando critican todo lo relacionado a la pobreza, intentan crear distancia con esas realidades que vivieron. Así, quien manifiesta un complejo de superioridad, realmente está ocultando un complejo de inferioridad que le atormenta.
Un nuevo estudiante en la escuela se siente muy atraído por una compañera de curso, pero la turbación que le produce el verla, le hace evitarla y mostrarle indiferencia, además nota que ella tiene más trato con otros chicos, lo que lo desalienta. Sin embargo, la joven que ve a este chico tan distante e ignorándola, interpreta que ella no es de su agrado y pese a que él también le atrae, considera que debe resignarse a no tratarlo. Este es un ejemplo de una situación común entre jóvenes, pero que muestra como la mentalización inadecuada puede impedir que nos relacionemos con los demás. Tal vez creas que en tu vecindario te odian, pero si analizas como te muestras ante tus vecinos, posiblemente entenderás cómo ellos te ven.
Cuando alguien te habla, podría decirte: lo que piensa, lo que cree que puedes comprender, lo que supone que quieres oír o lo que considera prudente compartir, en cambio mientras escuchamos, si creemos que lo que escuchamos no es cierto, podríamos reconocer que no está diciendo lo que realmente piensa, o que simplemente está confundido, o incluso, con un poco más de mentalización, podríamos descubrir lo que hubiera querido decirnos. Solemos aparentar lo que no somos en nuestro trato con los demás, porque se requiere madurez y valor para mostrar nuestro verdadero rostro, pero las comunicaciones que valen la pena provienen desde tu Yo Real.
Cuando nos tratan mal, el impacto en nosotros puede verse aumentado por traumas antiguos que pudiéramos tener, pero si somos capaces de amarnos y aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, esos misiles podrían seguir de largo sin destruirnos.
Nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y conductas tienen explicaciones desde nuestra mentalidad y el que dediquemos algo de esfuerzo a conocernos, nos permite vivir con sabiduría.
Si tienes fuertes prejuicios con el color de mi piel, mi nacionalidad, ocupación, sexo, situación económica o mi religión, antes de que pueda hablarte ya sabrías lo que me responderás. Yo tendría una puerta cerrada, que me obligaría a buscar otras puertas, pero tú tendrías una puerta cerrada, que te impediría salir de la obscuridad.
Actualmente que respondemos de forma digital con un simple emoji, debemos recordar la comunicación mirando a los ojos, observando los gestos corporales, escuchando con atención, captando la entonación de voz y el deseo de terminar o seguir una conversación.
Todo lo que crees conocer es mental, siendo la espiritualidad lo que condiciona la mente. Debes aprender a relacionarte de mente a mente, porque realmente, somos mente.