Bernardo Vega es probablemente el autor más polifacético y prolífico de nuestra generación. Acaba de publicar el tercer libro de sus memorias, titulado Intimidades en la Era Global, en la Cúspide de la Ola. Esta obra cubre el período de su vida que abarca desde 1971 hasta 1994. Bernardo es un renacentista dominicano; reconocido economista de trayectoria muy exitosa, historiador consagrado e inagotable, disciplinado investigador y autor de 78 libros, dedicado arqueólogo, director de periódico, diplomático embajador, ex gobernador del Banco Central y ex miembro de la Junta Monetaria, novelista, catedrático universitario, articulista en la prensa y viajero curioso y consumado.
En la introducción de la obra, Bernardo explica porqué a este Tomo III le agregó la frase En la Cúspide de la Ola, escribe; “pues durante esos 23 años publiqué 27 libros y edité otros 25 de diferentes autores nacionales y extranjeros. También publiqué más de cien artículos y conferencias”. Cada capítulo del libro contiene una narración sobre los cargos que en el sector público y privado ha ejercido o sobre temas económicos, políticos e internacionales. Esta memoria se lee con mucha fluidez en un idioma sencillo, que nos trae recuerdos y vivencias personales y eventos de interés público de su larga carrera profesional.
El libro narra los principales eventos e hitos en la vida de Bernardo. Empieza en 1971, recordando su salida del Banco Central del cargo de asesor económico en ese año, en otro capítulo narra sus vivencias como miembro de la Junta Monetaria y luego director del Museo del Hombre Dominicano, y también explica los artículos y conferencias de esos años reseñando la situación y problemas económicos del país.
Presenta un capítulo sobre su participación en el área económica durante la transición al gobierno de Salvador Jorge Blanco y después dedica varios capítulos a la política económica durante el período presidencial de 1982 al 1986. Ese gobierno ocurrió en el medio de la mayor crisis y turbulencia monetaria y de la deuda externa, en la llamada la “Década Perdida” que explotó en todo el continente en el mismo 1982.
Los capítulos que más me gustaron son los que narran con mucha información y estadísticas económicas su período de gobernador del Banco Central desde agosto 1982 a mayo de 1984 y seguido de interesantes pormenores de la política económica y cambiaria de 1984 hasta el 1986. En la presidencia de Jorge Blanco fui asesor bancario del presidente de la República y director ejecutivo del Centro Dominicano de Promoción de las Exportaciones (CEDOPEX), hoy el CEI-RD, y como tal fui testigo y participé dentro del equipo económico en el proceso de reformas de esos cuatro años del primer y mayor ajuste económico vivido del país. Como tal, recuerdo muy bien los hechos que narra Bernardo en esos traumáticos años de reformas.
El cuatrienio de Jorge Blanco fue de los más difíciles y críticos, un ciclo de transformaciones económicas y devaluaciones paulatinas, que muy pocos políticos, empresarios y profesionales comprendieron. En esa época se le tenía terror a la palabra devaluación. El país quería seguir con la imposible figura de mantener la paridad de un peso por un dólar. A Bernardo y al equipo económico le tocó la amarga tarea de ejecutar gradualmente el primer ajuste de la moneda, en el medio de la época más intransigente y doctrinaria de FMI. Cuando el Fondo exigía a los países a tomar medidas y ajustes draconianos y antipopulares.
Bernardo describe los dos acuerdos de Stand-by que el gobierno firmó con esta institución, que fueron insostenibles y provocaron rechazo y repudio popular. No obstante, se tomaron medidas de ajustes de precios y de unificación de las tasas de cambio. No fue hasta enero de 1985 con Hugo Guiliani como gobernador y un nuevo equipo económico cuando la Junta Monetaria logró unificar las tasas de cambio, y completar la devaluación.
El economista e historiador escribe con detalles y con muy buenas descripciones los problemas económicos y monetarios, el trauma del pago de la deuda externa y las medidas encaminadas a corregir los déficits fiscales del gobierno. Jorge Blanco cargó con el altísimo costo político y la intolerancia de la sociedad, que no entendían el grave desequilibrio macroeconómico que sufría la nación. Pero el gobierno si realizó lo correcto y lo necesario. La moderna economía de servicios pudo surgir por la devaluación de la moneda y los ajustes de precios de esos años.
Bernardo narra y describe los graves problemas que surgieron en ese cuatrienio de la “Década Perdida” latinoamericana. A pesar de la falta de comprensión y realismo económico de la sociedad dominicana, como gobernador hizo lo único que se podía hacer, para enderezar la economía y sincerar el sistema monetario y cambiario del país. A mi juicio como gobernador actuó correctamente y tomó con el equipo económico las políticas de ajustes que necesitaba el país. En esta memoria, Bernardo hace una defensa y explicación de este período de gobernador del Banco Central y efectivo estratega de la mayor reforma estructural realizada.
La hoja de ruta de los cambios económicos, la trazó el equipo económico formado durante la transición de Jorge Blanco, del cual Bernardo Vega fue el principal guía y arquitecto, junto a un valioso grupo de los mejores economistas de la época que luego entraron a formar parte del gobierno. Después estas políticas de ajustes se implementaron durante los cuatro años de gobierno. Vale destacar el papel y apoyo que Salvador Jorge Blanco responsablemente les dio a los tecnócratas reformistas durante su presidencia.
Finalmente, recomiendo la lectura de esta memoria, pues además de ser parte de la interesante y prolífica biografía profesional del autor, también es una excelente contribución a la historia política y económica de la nación del período 1971-1994.