Y es que resulta muy costoso, y generalmente deficitario, ser propietario de un periódico escrito, una canal de televisión o una frecuencia de radio. Por eso nadie debe extrañarse de que solo los grupos de poder puedan ser propietarios de esos medios.

Sin embargo, lo importante no es quienes son los propietarios de esos medios sino como lo usen. La ética periodística está reglamentada por las normas que rigen la organización que los agrupa. Tenemos el caso de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) cuya misión histórica establece lo siguiente, citamos:

¨La SIP tiene la convicción –tal como se indica en la Declaración de Chapultepec– que sin las libertades de prensa y expresión la vida individual y social se atrofia, la interacción entre personas se cercena, el progreso se distorsiona, la posibilidad de cambio se detiene, la justicia se desvirtúa y el desarrollo humano se convierte en mera ficción¨

 

¨La SIP está comprometida a defender y promover las libertades de prensa y expresión mediante la investigación y la denuncia de actos de represión y amenazas contra periodistas y medios de comunicación. La SIP también defiende contra las leyes que atentan contra la privacidad, limitan el acceso a la información pública, controlan el internet y que castigan a los periodistas a través de normas de desacato¨.

Es la línea que hoy siguen nuestros medios de comunicación y que se ha consolidado con el tiempo. Muchos años atrás había medios que se inclinaban hacia determinados partidos políticos, periodistas eran perseguidos y asesinados por sus ideas y la libertad de prensa fue puesta en peligros durante ciertos momentos críticos donde estuvo en juego la gobernabilidad.

Hoy eso se ha superado con creces y es difícil identificar a un medio con una clara inclinación hacia un partido político o que un periodista sea asesinado o perseguido. Pero los propietarios de canales de TV o estaciones de radio les dan cabida a todos porque para ellos es un negocio y tienen que vender sus espacios a quien pueda pagarlo. Así nos encontramos con programas donde todo es criticar al gobierno de turno y otros que lo defienden. Obviamente no faltan los que son más neutrales y entrevistan a diversos personajes, independientemente de sus ideas políticas. Pasa en todo el mundo.

Hay cientos de articulistas de todas las ideas políticas (yo soy uno de ellos) que escriben en los medios escritos y digitales expresando libremente sus ideas. Jamás un artículo mío ha sido mutilado o rechazado y colaboré por años con el Periódico Hoy y el digital 7 Días y actualmente lo hago con el Listín Diario y con los periódicos digitales Acento y Financiero Digital.

Lo importante es que los dueños de medios permitan que sus directores ejerzan con libertad un periodismo responsable, donde prevalezca la libre expresión dándole cabida a todas las corrientes de pensamiento.

Finalmente, felicitamos al Grupo Punta Cana por la adquisición del periódico Diario Libre, medio gratuito de amplia circulación en el país. Igualmente, a su nuevo presidente Aníbal de Castro, periodista y profesional de larga data.

Y hablando del dueño anterior del Diario Libre, Arturo Pellerano, reconocerle el mérito de que mantuvo por muchos años como director al reconocido y premiado periodista Adriano Miguel Tejada, EPD, quien manejó ese medio con mucha ética y profesionalismo, compartiendo esa labor con la cátedra universitaria. Convirtió al Diario Libre en un periódico gratis, pero rentable.