Mayo es digno de aprovecharse con sus flores, lluvias y la dignidad de las madres.

Lluvias y flores con brisas poéticas.

Transcurre mayo y viene junio siguiendo la primavera.

Se registra entonces una triple combinación: junio está pegado a mayo.

Las flores a las lluvias y la poesía a la primavera.

En el mismo orden y la misma inspiración, pueden verse el libro y la lectura: como también la lectura y el conocimiento.

Es inimaginable progresar al margen del conocimiento como es imposible conocer sin la lectura.

Dicen que, respecto a los libros, no estamos en el tercer mundo, sino en el séptimo.

Culpa del mismísimo subdesarrollo y de su gemelo, el analfabetismo.

Con el sector educación relegado al séptimo cielo, si acaso.

Un mal milenario pese a la cotorra de que Quisqueya aprende contigo.

"Suerte a Dios" que la tecnología hace las veces de tema musical.

"Ojalá que llueva café en el campo", traducida a través de la internet, libros digitales y la más vasta gama de información, aunque riesgosa en contaminación, aberración y desinformación, y\o manipulación, incluso mediática.

No vale reconocer al mayo de las flores y las lluvias, omitiendo el de las madres.

Sin "muelas", ni superficialidad o empalague.

Peor cuando aflora la comercialización vulgar.

Mil deseos para la continuación y final exitoso de un mayo sin desmayo.