La industria del cine –por lo menos el que nos llega desde Hollywood– para esta temporada pascual nos inunda de las superproducciones pensadas en el público “infantil”, como Encanto, y, a veces, alguna superproducción para “adultos”, como Matrix. En estas navidades nos presentan una secuela de la trilogía que subvirtió la concepción misma de la realidad con Keanu Reeves como Neo y Carrie-Ann Moss como Trinity, y ahora como nueva co-heroína, la nueva «elegida», según el final, ya que tiene “cocorícamo”.
Pero, me parece que Matrix es una buena excusa para ver si es motivo suficiente el escapismo para la frustración vivida con esta segunda navidad con pandemia. De todas maneras, aprovecho para desear un 2022 no tan lúgubre como la historia de Neo y Trinity, enredados entre realidades virtuales y ¿la realidad… “real”?

El 22 de diciembre se estrenó Matrix 4 en el mundo (incluyendo República Dominicana) e inmediatamente me programé para verla en el “tedio” post-cena de Navidad en una versión servida por una plataforma de Internet. Luego, acudí a los críticos más avezados que yo para entender la nueva versión que me parece un resumen de las tres-en-una de la anterior. Por eso llegué al análisis de Rafael Sánchez Casademont: «’Matrix 4: Resurrections': Final explicado ¿Qué pasa con el psicólogo? ¿Es Trinity la nueva elegida?» Disponible en el siguiente enlace: https://www.esquire.com/es/actualidad/cine/a38590258/matrix-4-resurrections-final-explicado-psicologo-trinity-elegida/
Encontramos porqué los circunloquios para explicar el final alternativo de la trilogía hace unas dos décadas. Así logramos entender una realidad 60 años más tarde: el triunfo de Sion no fue definitivo porque conseguida la victoria sobre las máquinas se dio una extraña alianza entre unas máquinas que para desarrollarse necesitan de los humanos; mientras que otros humanos mantuvieron el mundo de matrix para seguir “hibernando” humanos para generar energía para las máquinas. Es decir, el ciclo de la “paz de Sion” se vio subvertida por una guerra civil que se encontraba latente y que amenazaba recomenzar.

Este temor hace que un comando, insisto, 60 años más tarde, que bajo órdenes de la lideresa de quien fuera la Capitana Niobe, ahora la Generala Niobe, presidenta del Consejo sustituyendo al legendario Morfeo, que rescate a Neo de un limbo ̶ o purgatorio no especificado bajo teología alguna ̶ , para que él recupere esa paz ante la amenaza del “nuevo” controlador de la superviviente “matrix”. En la Trilogía el controlador fue un arquitecto; en la actualidad de Matrix 4 se le identifica como psiquiatra del mismísimo Neo. ¿Qué ruptura conceptual hay entre la “racional” explicativa de la trilogía y la “racional” pretendida como emocional en la secuela?
Volver a la clave que resolvió el dilema de la trilogía: aunque la matrix fuere una programación de raíces racional-matemáticas, tenía fallas –preanunciadas por la presencia de un gato negro y que señalan un “deja vu”–, y éstos terminan en el amor que profesa Trinity por Neo, pero no lo explica y lo hace definitivo. Triunfa lo colectivo.
En la versión que nos presenta Lana Wachowski (acuérdense de que los Hermanos Wachowski, primero Larry (Lana) en 2008 y luego Andy (Lilly) en 2021, se convirtieron en las Hermanas Wachowski) parece que el final es una consecuencia de “asignación de sexo” para hacer que Trinity sea la “elegida”. Se reafirma la individualidad.
¿Keanu Reeves pasará a un segundo plano? ¿Tendremos una nueva súper heroína encarnada por Carrie-Ann Moss? Como todo en Hollywood, si el interés de los cinéfilos reditúan su éxito económico, entonces tendremos secuela.
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Y, ¿cómo la realidad dominicana se refleja en esta realidad distorsionada por un machismo para corregirla con una super heroína femenina? Tratemos de ver la realidad en el mundo de la ficción.
Si tomamos 1961, el periodo hasta 2021 es de sesenta años, por lo que hacer el paralelo entre la Trilogía y su lucha contra la “tiranía de las máquinas” podría representarse por la larga noche del “trujillato” y la sociedad civil entre los “pretendientes” a sucederlo, provocando una “guerra civil” entre ellos. Ni hubo destrujillización ni tampoco institucionalidad democrática absoluta. Algo como la “paz armada” explicada a Neo por la Generala Niobe. Luego de nuestra “guerra civil abrileña”, los dominicanos hemos mantenido una especie de “dictablanda” hasta degradarse a un patrimonio de corporaciones partidiarias en diverso grado de vocación autoritaria.
Hemos conocido destellos de “buenas intenciones”, pero que han sido ahogadas por “falacias” y “falsos argumentos” en el teatro político-electoral que se ha parecido tanto al mundo sombrío de la sub-cultura mafiosa que se representa en el expolio de los humanos para producir energía que alimente a unas máquinas parásitas. Es decir, nuestro “Arquitecto” de la trilogía o el “Psicoanalista” serían los masters detrás de estas maquinarias en las sombras, solamente soñadas por teorías conspirativas de los Protocolos de Sion, o como el nacional-catolicismo pretendía achacarla a una conspiración masónica, mientras los escindidos protestantes se lo achacaban a los arcanos secretos de los templarios.
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Vista con esta clave, la Trilogía y ahora Matrix 4 no me resultan tan fantasiosos. Porque he señalado mis sospechas, que el giro argumental de cambiar de Neo como «el elegido» a Trinity como «la elegida», es un argumento del extremismo feminista, sea fascitoide o anarquista. Al fin y al cabo: ¡fake news ideologizadas!
Todas las terquedades de los nihilistas ̶ aquellos que viven según su capricho oponiéndose a todo gobierno ̶ han llevado a la ingobernabilidad frente a una pandemia de un patógeno que evoluciona ante nuestro ojos eludiendo nuestra capacidad de investigación y de generación de vacunas. Nuestros enemigos son esos humanos aliados a la “seudorealidad” de que ¡viva la pepa! Porque seguimos inmersos en una seudorealidad que nos esconde la verdad del “titiritero, sea arquitecto o psicoanalista.