A principios del año 2012 conocí a Ramiro André Matos Matos, un supuesto ingeniero civil que desarrollaba un proyecto de construcción de condominio de apartamentos familiares en el Distrito Nacional, a través de su constructora Inversiones Matos Feliz -INVERMATFE. De acuerdo a los registros en Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo de entonces -y los cuales persisten hasta ahora-, INVERMATFE es una sociedad comercial organizada y existente de acuerdo a las leyes de la República Dominicana, que se dedica a la construcción y venta de bienes inmuebles; sus socios lo constituyen él, Ramiro André Matos Matos, en calidad de socio gerente, y su madre, la señora Ana Otimia Matos Feliz.

Luego de que me realizaran la presentación del proyecto de construcción, quedé encantada con el mismo, motivo por el cual decido dar el paso para comprar ¡es el apartamento ideal para mi familia!

En el proceso de aproximarnos a la negociación, Ramiro André Matos Matos me indica que es militar, sus padres también, y justamente todos viven en ese momento frente al proyecto de construcción. Con verificación del estatus jurídico del inmueble que emite Registro de Títulos del Distrito Nacional a nombre de INVERMATFE, libre de carga y gravamen, con los desarrolladores viviendo frente al proyecto de construcción y quienes, a la vez, pertenecen a la respetada y distinguida institución de las Fuerzas Armadas del país, ¿qué mal podría salir?

Así, en febrero de 2012, luego de efectuar los pagos que correspondían, firmé la promesa de venta de lo que constituye ser uno de los sueños más anhelado de cualquier ser humano: tener su techo propio. Quién me diría que ese sueño, el que con tanta ilusión materializaba a la realidad, se convertiría rápidamente en la peor pesadilla que he tenido que vivir y enfrentar jamás en mi vida, aún hasta ahora, 12 años después.

Habiendo transcurrido 3 años posteriores a la fecha de finalización de la obra sin que la misma concluya, y tras innumerables excusas de parte de INVERMATFE y Ramiro André Matos Matos, procedo a realizar una nueva investigación sobre el estado jurídico del inmueble, y es así como descubro que la totalidad de los apartamentos del condominio estaban siendo embargados por una entidad bancaria por un monto ascendente a 25 millones de pesos dominicanos, debido a una deuda contraída por INVERMATFE. Wow, qué sorpresa: ni la constructora ni sus socios, ni su gerente nos habían puesto en conocimiento de este pequeño percance.

Ante ese descubrimiento procedo a informarles a los demás adquirientes de apartamentos, y de manera inmediata confrontamos a Ramiro André Matos Matos, quien divaga en su explicación; su solución fue hipotecarlo ahora con una financiera, y desde entonces todos los adquirientes unimos fuerzas en una lucha social, mediática y legal que al día de hoy no ha tenido respuesta.

Para septiembre de 2015 presentamos la querella por estafa. La primera Orden Judicial de Arresto en su contra fue emitida por la Coordinación de los Juzgados de la Instrucción del Distrito Nacional en fecha 3 de octubre de 2016, No. 0006-Octubre-2016, en la cual se autorizaba a la Fiscalía proceder con el arresto del ciudadano Ramiro André Matos Matos.

Posteriormente, en el año 2019, el Tercer Juzgado de la Instrucción del D. N. declaró la rebeldía en contra de Ramiro André Matos Matos, mediante la Resolución No. 059-2019-SRES-00018/R de fecha 19 de febrero de 2019, ordenando en consecuencia su arresto, impedimento de salida del país y la publicación de sus datos personales en los medios de comunicación.

La última orden de arresto data de fecha 5 de noviembre del año 2019, esta vez por el Séptimo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, quien por igual declaró la rebeldía en contra de Ramiro André Matos Matos por violación al artículo 405 del código penal dominicano, mediante Resolución No. 063-2019-SRES-00529, ordenando su arresto, impedimento de salida del país y la publicación de sus datos personales en los medios de comunicación.

Evidentemente que ninguna de esas órdenes de arresto se ha ejecutado ¿Qué importan esas órdenes judiciales en el mundo donde pudiera parecer que los militares dominan el sistema de justicia y el poder? Al final aquí aplicaría lo que una vez se dijo: “es un simple pedazo de papel”.

Ramiro André Matos Matos es militar, nieto de un gran general de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana, hijo de una general y sobrino también de otro general.

Ramiro André Matos Matos ha sido visto circulando por las calles de la ciudad del gran Santo Domingo y Distrito Nacional con plena normalidad, sin temor, sin esconderse. De hecho, se encuentra asignado a la compañía Sanidad Militar con el rango de Segundo Teniente Médico del Ejército Nacional, (porque por supuesto no es ingeniero, es médico de profesión mediante Decreto No. 208-13) y sorpresiva y contradictoriamente, se registra con su foto y datos personales como inactivo por tener 35 años perteneciendo a la institución. ¡Vaya! me perdí en la matemática de un ciudadano que nació el 6 de septiembre de 1986, que actualmente tenga 38 años recién cumplidos y pueda pertenecer a una institución militar desde hace 35 años…

INVERMATFE registra una asamblea recién celebrada en el mes de julio 2024 en la cual su socia, su madre, Ana Otimia Matos Feliz, otorga poder a Ramiro André Matos Matos para continuar comprando terrenos, y por supuesto esta asamblea depositada y firmada en Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo la firman ella y su hijo, el prófugo, Ramiro André Matos Matos. Significa que alguien que es buscado por la justicia, tiene y desarrolla su vida normal en sociedad.

No sé qué pensar en este momento del sistema de justicia por el cual tanto abogo; no sé que pensar de las autoridades que quieren hacer su trabajo, pero por alguna razón, no lo hacen, o no “dejan” que lo hagan, como pasó recientemente en esta misma semana que intentaron apresarlo, pero su misma gente “lo impidió”.

Cuánta impotencia para el acceso de justicia, cuánta impotencia ver que avanzamos y retrocedemos al mismo tiempo, mayor mi impotencia verme envuelta en lo que he trabajado durante toda mi vida, defender a otros, y verme entonces ahí, en ese grupo “de otros”. RD, ¿de verdad?

El Ejército de República Dominicana (ERD) es una de las tres ramas del Ministerio de Defensa de la República Dominicana, conjuntamente con la Armada y la Fuerza Aérea. Su objetivo principal es defender la integridad, soberanía e independencia de la Nación, así como defender la Constitución, las leyes y las instituciones de la República (art. 8 Misión Institucional del Ejército de República Dominicana). Sus valores lo constituyen la lealtad, el honor, el deber, la pulcritud, la integridad, la honestidad, el respeto, la vocación de justicia…

Quiero pensar que el honorable Ejército de la República Dominicana desconoce que dos de sus miembros enfrentan procesos penales, Ana Otimia Matos Feliz quien al menos asiste a enfrentar sus audiencias y Ramiro André Matos Matos, prófugo, cuya actuación burla el sistema de justicia y su propia institución.

Un total de 8 familias hemos sido afectados por ellos: por INVERMATFE, por Ana Otimia Matos Feliz y por Ramiro André Matos Matos desde 2012, hasta hoy 2024 y ya no sabemos hasta cuándo.

Con amor, esmero y dedicación he forjado mi carrera como abogada en esta desafiante y apasionante profesión, y me mantengo firme en la lucha de creer que alcanzaremos un sistema de justicia que sí responde para todos de manera justa, apegada a la ley, sin distinción de persona. No tiraré la toalla por esto, sigo y seguiré en pie de lucha por mis derechos, los que me corresponden, tal como lo he hecho toda mi vida por otro y que ahora me toca hacerlo por mí, hasta que algún día vea el fin y la solución de mi caso; pero de por Dios funcionarios e instituciones gubernamentales de RD, ¡reaccionen!

¿Habrá siempre que hacerles un llamado para que hagan lo que tengan que hacer? ¿habrá siempre que “valerse de relaciones” para que el sistema de justicia reaccione o no actúe? ¿mover cielo y tierra para que logren hacer algo? Es decepcionante y desgastante…

Apliquen la ley, impartan justicia, defiendan a sus ciudadanos, depuren bien y de manera constante los miembros de sus instituciones, especialmente aquellas instituciones gubernamentales llamadas al orden público y aplicación de la ley como lo es el Ejército Nacional, porque esos miembros que no cumplen con su deber y actúan contrario a su mandato, las leyes y la constitución, son y hacen, como es bien dicho, una traición a la patria.