La comunidad de Jima Abajo está rebosante de alegría, hoy se celebra la primera junta de gobierno con la presencia de autoridades municipales, congresistas, lideres comunitarios y técnicos del gobierno quienes tienen el firme propósito de conocer a fondo los problemas comunitarios.

Desde temprano toda la comunidad acudió al llamado, los jimanenses se sienten con ánimo de participar en una iniciativa diferente a las anteriores y que promete mucho, mediante un encuentro diverso y aterrizado de varios días, en donde cada uno tiene mucho que aportar a través de una real intención de solucionar gradualmente los principales desafíos de este municipio del Cibao.

Las diferentes organizaciones comunitarias se han organizado en subgrupos para identificar los principales problemas del área en múltiples temas que abarcan desde la parte agrícola, la económica, cultural, seguridad e infraestructura (vial, viviendas y zonas de esparcimiento).

En el pasado se hacían visitas improvisadas poco integradas a los problemas reales de la comunidad, eran poses políticas buscando prosélitos, sin bases firmes, ni intenciones reales de escuchar e impulsar los cambios necesarios de la localidad.

Las autoridades gubernamentales organizadoras del encuentro han estructurado un enfoque abierto en donde se comparte los temas y problemáticas a tratar en la agenda del día. las diferentes comisiones comunitarias.

La narrativa anterior es un escenario hipotético ideal de como deberían funcionar la municipalidad y los estamentos del Estado en cada provincia y comunidad, con un enfoque pluralista e inclusivo, integrando, escuchando e implementando políticas públicas de la mano con las comunidades y las autoridades locales.

Desafortunadamente esto dista mucho de la realidad actual en la República Dominicana, los hechos están ahí, la forma como históricamente se han gestionado los proyectos y programas, hacia las regiones y municipios ha sido bajo un enfoque coyuntural, en donde lo necesario e importante se supedita a “lo conveniente”, creando una sensación de bienestar y transformación momentánea en las comunidades, sin sustentabilidad en el tiempo.

En nuestro país cada provincia tiene características y condiciones únicas en términos de desafíos y potencial de desarrollo, asimismo las organizaciones comunitarias conocen en detalle las prioridades y temas centrales de cada localidad y sus habitantes cada día sienten y padecen las distintas problemáticas sin avizorar soluciones integrales,

Bajo ese escenario resulta vital el acercamiento y seguimiento continuo por parte de las autoridades (alcaldes, gobernadores, congresistas) a las provincias y distintas comunidades. A continuación, presentamos tres pilares que desde nuestra opinión resultan fundamentales en el fortalecimiento de los vínculos sociales entre los gestores y la ciudadanía de las provincias, municipios y comunidades:

1ero.- Promoción de una cultura de la participación: La creación de espacios de dialogo y deliberación de autoridades y ciudadanos como requisito “sine qua non” en la aprobación y realización de los principales proyectos, bajo un enfoque de prioridad.

Poner en práctica iniciativas de consulta y participación ciudadana crea un arraigo importante en los ciudadanos interesados, quienes a través de su voz y voto se convierten en protagonistas de las políticas públicas que sustentan el desarrollo local.

Resulta imprescindible fortalecer las capacidades ciudadanas para participar en los grandes problemas del ámbito público en las comunidades; para esto se requiere de forma ininterrumpida la capacitación teórica y los entrenamientos prácticos “In situ” con miras a afianzar el conocimiento necesario y la concienciación que les permitan involucrarse de forma activa en todo el proceso.

Esto implica el diseño y articulación de programas formativos dirigido a los comunitarios otorgándoles conocer sus derechos y deberes, y aprender sobre los procesos de toma de decisiones en el ámbito local y la gestión pública en general. Estos cursos y entrenamientos deben estar disponibles de forma gratuita con diferentes modalidades de enseñanza (presencial, on line, mixto) ajustado a las características de las comunidades y los perfiles de los participantes.

2do.- Fortalecer los niveles de transparencia y el acceso a la información: Otro elemento fundamental en todo este proceso es el logro de consensos para lograr que la rendición de cuentas se convierta en una buena una práctica bien establecida que garantiza la veeduría y monitoreo de los comunitarios del uso adecuado de los recursos locales.

Es imprescindible otorgar a la ciudadanía acceso a información actualizada, clara y oportuna de cada programa, proyecto e iniciativa realizada, para esto el mejor aliado es la tecnología como instrumento que facilita la rendición de cuentas y la transparencia. Los sitios web y las redes sociales juegan un papel fundamental a la hora de informar detalladamente el presupuesto destinado, el estatus de cada iniciativa y el gasto de las distintas partidas.

3ero.- Seguimiento y evaluación ciudadana: Durante la ejecución y luego de realizada cada obra, programa o proyecto, es fundamental que los ciudadanos puedan monitorear y evaluar la gestión pública, para lo cual se pueden implementar mecanismos de seguimiento y evaluación ciudadana. Estos mecanismos permiten a la ciudadanía evaluar el impacto de las políticas públicas y hacer recomendaciones para mejorarlas.

La importancia de que las distintas iniciativas pasen por el “tamiz ciudadano” es que se legitima y se logra en fondo y forma, un consenso automático entre la comunidad y las autoridades sobre la gestión, uso y prácticas realizadas en cada proyecto.

Si bien con la Ley 200-04 a través de la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG) se han logrado avances en esa dirección, todavía se requiere un mayor impulso para otorgar empoderamiento ciudadano en donde se haga evidente un accionar por parte de las autoridades para que se integre la participación ciudadana activa en cada etapa de las políticas públicas y con acceso 24/7 a todas las informaciones de uso de los recursos y sus ejecutorias.

El relato de “Jima Abajo”, puede pasar de lo aspiracional a la realidad y diseminarse en el resto de los municipios y comunidades de nuestro país. Las herramientas están ahí, tenemos las leyes y un cierto avance, nos falta la disposición de transformar la cultura, las prácticas y la mentalidad de las autoridades y gestores, en pos de un futuro con estructuras sociales más horizontales y solidarias, en donde prime la soberanía y el poder ciudadano de forma permanente.

Tal vez sea un soñador, pero se puede hacer realidad si lo visionamos y tenemos la voluntad de hacerlo posible.