Mariposas  de vuelo liviano sin escala hacia el cielo,

desafiando la altura para alumbrar los sueños,

vientres quebrados espaciados en el suelo,

como la suave fragancia del riachuelo.

 

Rojos colores de crisálidas encantadas,

por besar la mar, por besar erguida,

confunde tú vuelo y  sin querer besar el suelo,

con sorprendente gemido.

¡Ay cuanto dolor¡

se aposenta en tú alma,

Mariposas de sueños.

 

Mariposas de Sol,

fulgurante destello de cristalinas aguas,

pupilas  de amor hermanadas en soledad,

con amor interminable,

para la más joven flor,

tú eres Minerva,

la Anacaona de mi amor.

 

Peregrinas sin regresos,

de raza inmortal que trasciende el tiempo,

ojos lúcidos,

de  azabache pelo,

cómo si tú hermoso pelo aguantara tanta historia,

para hacer un puente de sueños,

para tejer  libertad,

tanto peso, solo por ti mariposas de sol,

para enjuagar la sangre,

en ojos de aguas,

donde solo cuerpos sin expresiones

adocenado en su interior dolor.

 

Hoy me he levantado temprano,

y desde mi balcón miro el reverberante  sol,

echo mano a mi corazón,

lo pongo a latir con pulsos de mi amor,

y es que solo con este sentimiento,

he podido unir algunas algunos versos,

intento un  poema para las mariposas de Sol.