En su libro “Mission Economy” (2021), Mazzucato expone sus ideas sobre cómo el estado y el sector privado pueden trabajar juntos para crear valor y lograr propósitos públicos. “Los estados deben plantear y definir objetivos públicos, ambiciosos e inspiradores, y catalizar la inversión, la colaboración y la innovación de múltiples sectores y actores de la economía y la sociedad. Imaginar un mejor futuro y organizar la inversión pública y privada, con las empresas y la ciudadanía”. Debemos, dice, “preguntarnos cual tipo de mercado queremos como sociedad, más que cuales son los problemas del mercado, que necesitan reparación”.
Estas ideas de una economía orientada a la misión, y de un estado emprendedor, que orienta los agentes económicos privados y la sociedad hacia dicha misión, redefinen el concepto tradicional de alianza público-privada, que Mazzucato califica como “bland” (soso o inconsistente), en el cual el estado asume los riesgos y el sector privado los beneficios. Propone que, a partir de objetivos y prioridades socialmente definidas, la economía en su conjunto debe ser alineada para conseguirlos. La planificación, la definición de costos, indicadores de seguimiento y de resultados con métricas precisas, tendrían que ser transparentes y participativas. Los beneficios deberían estar atados a resultados en los objetivos públicos definidos. Se trata de crear “ecosistemas simbióticos”: todos los sectores se comprometen con los resultados, invierten, asumen riesgos y obtienen beneficios, económicos y/o sociales.
Expone como ejemplo, el programa APOLO (“poner un hombre en la luna y traerlo de regreso sano y salvo, antes que concluya el decenio”), delineado por el Presidente Kennedy, en su conocido discurso en septiembre 1962, en Rice University. Objetivo logrado en 1969.
Lo que la autora destaca es como prácticamente la totalidad de la economía y la sociedad norteamericana fueron alineadas con este propósito. La magnitud de las inversiones en el programa Apolo, tanto públicas como privadas, se ha estimado alrededor de US$ 28,000 millones que, ajustados a 2020, serían US$ 283,000 millones. La NASA llegó a tener 400,000 trabajadores en sus sedes, en universidades y contratistas.
Este programa, señala la autora, superó el falso supuesto que si invertimos más en un área sacrificamos las otras. La ambiciosa misión planteada conllevó a un intenso movimiento de innovaciones, a tener resiliencia ante los numerosos fracasos antes de lograr el objetivo final, al desarrollo exponencial de capacidades para lo que hoy conocemos como “software”, en comunicaciones, nuevos métodos de gestión que desagregaron grandes y complejos problemas en pequeños componentes cuya resolución fue asumida por diferentes entes públicos o privados (método utilizado posteriormente en la fabricación del Jumbo 747); trabajar coordinadamente, en cadenas de valor, entre numerosas empresas pequeñas, medianas y grandes; una explosión de investigación y desarrollo, novedosas capacidades gerenciales, estudios académicos, fortalecimiento del autoestima colectivo y muchos otros aspectos que impactaron positivamente diversas ramas de la economía norteamericana. Los beneficios generados por el programa APOLO, fueron mucho más allá del programa y su resultado final; y estos empujes perduraron y contribuyeron a consolidar la superioridad mundial de la economía de USA, hasta que el Presidente Reagan introdujo, en los años 80’, cambios que conllevaron al predominio del sector financiero, y desembocaron en 2008 en una crisis (Gran Recesión) originada por malos manejos en dicho sector.
La Dra. Mazzucato ejemplifica también la importancia de un estado con capacidad de liderar los agentes de la economía y la sociedad, con los casos de Viet Nam y del estado de Kerala (India), ante la pandemia de la COVID 19. Viet Nam, país cuyo PIB per cápita ajustado por el poder adquisitivo (PPP) es menos de la mitad de la República Dominicana, al inicio de la pandemia habría concitado una amplia movilización nacional de sectores públicos y privados, académicos y sociales, con el propósito de trabajar en tres frentes: Garantizar la disponibilidad de equipos de ventilación asistida y de protección para personal de salud y la población, garantizar la disponibilidad de reactivos para pruebas diagnósticas para toda la población y garantizar que los sectores más vulnerables, incluidos migrantes, fueran adecuadamente protegidos mediante programas integrales, con base en una amplia participación comunitaria y apoyo público y privado. Con este esfuerzo conjunto del estado y de todos los sectores de la sociedad, cada uno con metas específicas de resultados, y un liderazgo efectivo del estado, Viet Nam no solo habría logrado uno de los mejores resultados mundiales en control de la epidemia, también producir excedente de reactivos y equipos que han exportado a Europa.
El estado de Kerala, India, según la autora, con recursos económicos menores que otros estados, logró una estrategia exitosa de control de la epidemia, a diferencia del resto del país, sobre la base de la movilización de toda la sociedad en un programa común de educación, detección temprana y seguimiento de personas contagiadas y su atención integral. Esto habría sido posible por la confianza y valoración positiva del sistema público de salud por la ciudadanía, construida y fortalecida por varias décadas de inversión y desarrollo de capacidades.
El mensaje, y sus propuestas operativas, se centran en redefinir el papel de los estados en los procesos que producen valor en las sociedades, así como el rol y la gestión de las empresas privadas, reorientándolas hacia el cumplimiento de propósitos de interés público. Redefinir el modelo de capitalismo y de estado de bienestar, en tiempo presente. No es solo un planteamiento de redistribuir el producto nacional en forma más justa; es también y, sobre todo, una propuesta de producción de valor. Se necesita “dejar de imaginar al estado como una maquinaria burocrática, incapaz de generar valor, cuyo único rol en la economía es actuar para remendar las deficiencias del mercado” y que, en muchos casos, se busca controlar y aprovechar para intereses particulares. Seguiremos compartiendo sobre las ideas de la Dra. Mazzucato.