Doctor Manuel Tejada Florentino.

Cada 21 de enero, se conmemora esa fecha en la que fue develado en 1960 el Movimiento clandestino 14 de Junio, y apresada gran parte de su dirigencia por la dictadura de Trujillo. En el país se celebran diversos actos en recordación de aquel momento que significó para muchos la cárcel, torturas y hasta la muerte. El Dr. Manuel Tejada Florentino fue uno de los dirigentes del 1J4 que murió durante las torturas que recibió en el centro de detención denominado La 40. A través de los años, el 21 de enero se constituyó en una efeméride de gran importancia para Raúl Pérez Peña (Bacho) y su misión por la memoria histórica. Bacho era fijo en la asistencia y organización de los actos solemnes que se solían celebrar en la parroquia de Cristo Rey, justo en el lugar donde estuvo el centro de tortura. Para Bacho, la figura del doctor Tejada Florentino representaba uno de los puntos más luminosos de esa generación de la raza inmortal que ofrendó sus vidas por la causa de libertad del pueblo dominicano. Basándose en relatos que les fueron comunicados por el Dr. Antonio Zaglul, el Dr. José Fernández Camine­ro, Sofía Tabar Josefa vda. Tejada Florentino, y Josefa Tejada Florentina, hermana, en el siguiente texto Bacho rinde homenaje a la vida del insigne médico catorcista. Publicado originalmente en la sección La Peña Semanal, Listín Diario, el 22 de enero de 1995, hemos querido ponerlo nuevamente a la disposición del pueblo dominicano, en tributo a la memoria de los presos políticos que murieron en las cárceles de la dictadura.  

Proyecto por la memoria histórica Raúl Pérez Peña (Bacho), auspiciado por sus hijos Juan Miguel, Amaury y Amín Pérez Vargas.

En 1995, a 35 años del 21 de enero de 1960, se realizó un acto para rememorar el apresa­miento masivo de buena parte de los integrantes del movi­miento clandestino 14 de Junio que encarnaba la resistencia contra la tiranía trujillista en sus momentos culminantes.

Como se ha hecho tradición, decenas de antiguos activistas del antirujillismo se en­contraron en el templo católico edificado en los terrenos donde operó la tenebrosa cárcel de La 40 para conmemorar este nuevo aniversario.

Como sucede cada año, hizo presencia el balance de lo sucedido en este país a partir de la muerte del tirano el 30 de mayo de 1961, aflorando en muchos la conclusión del limitado avance en términos de las conquistas sociales enarboladas por grupos como los expediciona­rios del 14 de junio de 1959.

El terreno ganado en la lucha democrática y la institucionalización del país, justo a costa de tanto sacrificio y de la sangre mártir, se ve em­pedrado por la acción en la que han manipu­lado el proceso algunos sectores e individuos.

A esto se suma el trabajo sostenido de mayor proyección con los vastos recursos de la comunicación masiva en el empeño de mantener o imponer la vigencia de valores extraños al desarrollo sano de la sociedad, con la secuela que hoy padece la ju­ventud dominicana.

Resulta virtualmente abismal el espacio entre lo que piensa y busca la juventud del presente y lo que hacía y se proponía buena parte de nuestros jóvenes de tres décadas atrás. 

El Dr. Manuel Te­jada Florentino

Precisamente en el interés de que las presentes generaciones conozcan y aquilaten esos exponentes del pueblo durante la resistencia anti trujillista, se convocó esta Peña alrededor de la figura del Dr. Manuel Tejada Florentino, quien murió tras ser apresado por el Ser­vicio de Inteligencia Militar, SIM, instrumento de represión político de la tiranía trujillista.

Los testimonios concuerdan en que Tejada Florentino expiró mientras era sometido a la tortura de la "silla eléctrica".

Pero lo cierto es que este hijo ejemplar de Salcedo corrió la misma suerte trágica de decenas de dominicanos lle­vados a las cárceles de la dictadura.

¿Quién fue realmente el Dr. Manuel Tejada Florentino?

La semblanza fue re­cogida en personas que le trataron muy de cer­ca, en distintos planos, como el intelectual Antonio Zaglul, el Dr. José Fernández Camine­ro, la señora Sofía Tabar Vda. Tejada Florentino y la señora Josefa Tejada Florentino, her­mana del mártir.

Para el doctor Zaglul, Tejada Florentino era sencillamente de cuali­dades excepcionales.

Hijo "natural" y con una niñez matizada por las más terribles condi­ciones, que le hizo ape­lar al oficio de limpiar zapatos. Tejada Floren­tino fue ebanista y músico.

Caracterizado por la humildad en su trato con todos, Tejada Flo­rentino no quiso que su entrañable amigo y co­lega cardiólogo, el doc­tor José A. Fernández Caminero, quedara bajo su jerarquía en el hospital Gautier, tras regresar de sus estudios de post grado en México.

Dice Zaglul que Teja­da Florentino gestionó que a Fernández Caminero lo nombraran en un cargo colateral al suyo en el centro hospitalario.

El doctor Zaglul cuenta distintas anéc­dotas que testimonian cualidades de Tejada Florentino como su dig­nidad personal, empeño por la formación inte­lectual, vocación artísti­ca y su irreconciliable rechazo al régimen trujillista en sus distintas facetas.

Por ejemplo, a Zaglul no se le olvida como un buen día Tejada Floren­tino hizo un repentino viaje a La Vega, al sepe­lio de una persona a quien le agradecía mu­cho, desde que le lim­piaba los zapatos y lue­go, como ebanista, le hizo los muebles del matrimonio.

Recuerda Zaglul, asi­mismo, el trato cariño­so en grado sumo de Tejada Florentino hacia su propio padre cuando sufría una grave enfer­medad que le postró en cama hasta su muerte.

En términos similares a los expresados por el doctor Zaglul, habló so­bre Tejada Florentino su viuda Sofía Tabar.

"Supo darle a todo el que trató mucho cariño y confianza, fue siem­pre un gran consejero y un gran padre, que qui­so dejar una sólida for­mación a sus hijos".

Evoca la señora Sofía Tabar que el mismo sentimiento mostraba Tejada Florentino para con su pueblo Tenares.

Al recordar la labor de Tejada Florentino como director de la Banda de Música Municipal de Salcedo, la señora Sofía dice que él se hubiera sentido feliz de ver en el presente a su hijo Manuel formado en la música con un amplio reconocimiento de su trabajo artístico como pianista, arreglista y compositor.

Cuenta que el 19 de enero de 1960, a tem­pranas horas recibió una llamada telefónica en la que se preguntaba si esa era la residencia del doctor Tejada Flo­rentino. Al comunicarle la llamada, que calificó como muy rara, la reac­ción del médico fue la de restar importancia. Horas más tarde fue lla­mada a la clínica, don­de era esperado por los calieses del SIM para llevarlo preso al centro de tortura, del cual no regresaría jamás.

Manuel Tejada Flo­rentino fue un perenne aficionado a la lectura, según lo describe su viuda Sofía Tabar.

Aunque fue muy dis­creto en la manifesta­ción de sus sentimien­tos antitrujillista, al referirse a una inquie­tud de su esposa ante los riesgos de la resis­tencia, el doctor Tejada Florentino lo admi­tió, agregando que, no obstante, había que lu­char "para ver si en este país se acaba el hambre, la desnudez y la caren­cia de medicinas".

En su vida cotidiana, Tejada Florentino siempre trató de soco­rrer al más necesitado, dice la señora Tabar.

Por su parte, la seño­ra Josefa Tejada Flo­rentino, hermana de Manuel, cuenta las advertencias que siempre le hizo respecto a "los enemigos", entendidos como tales a los que servían a Trujillo.

Recuerda que pese que Manuel recibió ofertas de regresar a México para trabajar como médico, las desesti­mó ante su interés de mantenerse en el país.

Evoca que una vez Manuel fue apresado por los esbirros de la ti­ranía, estuvo visitan­do distintas cárceles en compañía de su madre, y ante la pregunta de qué buscaban, hecha por un jefe policial, le -res­pondió: "usted tiene hi­jos, usted tiene herma­nos, pues usted sabrá lo que yo busco. Usted sa­brá lo que estoy pasan­do cuando sepa lo que es arrancarle un hijo a una madre".

Apunta que la desa­parición de un hermano, llamado Rafael, a principios de la tiranía, dejó una huella en Ma­nuel que resultó deter­minante en su actitud frente a la dictadura.

Por lo demás, Salce­do fue siempre un huer­to del sentimiento antitrujillista, lo que hace suponer los vínculos del doctor Tejada Florentino con muchos compueblanos que por igual resistieron a compartir con la dictadura.  

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Dr. Antonio Zaglul, Sofía Tabar Josefa vda. Tejada Florentino, Josefa Tejada Florentina, hermana, y el Dr. José Fernández Camine­ro.

Con Neruda en México

El doctor José A. Fer­nández Caminero no tiene como describir a su colega cardiólogo, Tejada Florentino.

Recuerda que el viaje a México para estudios el de post grado, Tejada Florentino lo hizo con recursos propios que obtuvo ejerciendo la medicina en condiciones muy precarias en Tenares.

Evoca un encuentro con estudiantes de medicina que un día asistieron a la habitación de Tejada Florentino y se encontraron nada menos que con Pablo Neruda leyendo poemas.

Un año de compañía en México y varios años de labor compartida en el ejercicio de la medi­cina en el país, forjaron una entrañable amistad entre Tejada Florentino y Fernández Caminero.

"Era un hombre su­mamente noble, con una constante dedica­ción a la lectura", dice Fernández Caminero.

En México estudió bajo la condición de "ayudante voluntario a tiempo completo", lo que suponía que debía cubrir sus propios estu­dios en el Instituto de Cardiología.

Tejada Florentino era el Jefe de Cardiología del Hospital Gautier al momento de ser apresa­do por su integración al Movimiento Clandes­tino 14 de Junio.

Recuerda Fernández Caminero que el día del apresamiento, el 19 de enero de 1960, al entrar al hospital se encontró con un "Cepillo", (un carro Volkswagen del SIM) "que traía a Ma­nuel apresado en medio de dos calieses". Al día siguiente fue apresado Fernández Caminero.

Dice el entrevistado que la única vez que vio en La 40 a su inolvida­ble amigo fue a la me­dia noche del día "en que yo fui apresado por el calié Rodríguez Villeta".

Cuenta que Tejada Florentino estaba es­cribiendo lo que serían sus declaraciones a sus verdugos. "En ese mo­mento pasó el general Tunti Sánchez y le propinó un duro golpe, ante lo cual reci­bió esta respuesta del cardiólogo: Aquí, sincerándome".

Estas y otras anécdo­tas de Fernández Cami­nero describen a Dr. Tejada Florentino como un hombre senci­llo, noble, íntegro y fir­me en sus principios. En fin, un labrador de esperanzas.