Manolo ¿Museo o llama?

(Publicado originalmente el 21 de diciembre de 2002, en la columna Pancarta del Listín Diario)

Hoy 21 de diciembre, al cumplirse el 39 aniversario de la muerte en Las Manaclas de Manolo Tavárez y sus compañeros del frente Enrique Jiménez Moya, emerge una pregunta que parte de la Raza Inmortal, pasa por Caamaño y los héroes de abril, hasta incluir en alto relieve el nombre de Aniana Vargas.

¿Cómo honrar a Manolo y a todos los que consagraron su existencia a la lucha por un mejor destino para el pueblo dominicano? ¿Debe ser Manolo una pieza de museo, o una llama ‘‘augusta de la libertad’’, como la gesta del 14 de Junio?

Lejos de ser un ejercicio de nostalgia, esta pregunta entraña un deber y el compromiso de cómo enfocar el valor de los caídos en función de la actualidad dominicana, cubierta por una mugre política que mancha todo lo que toca.

Yo me ubico entre los que piensan que en vez de un recuerdo inerte, Manolo Tavárez merece ser enarbolado como llama de principios y de ideas apuntadas a extirpar la tuberculosis de valores que malogra el presente dominicano.

Los defensores ingenuos e intencionales de las trabas políticas dominantes le asignan un carácter inamovible, de pirámide egipcia, al control del país por las siglas partidarias (PRSC, PRD, PLD) que desde hace décadas han corrompido el país hasta el tuétano y lo han amarrado con los cables de la impunidad.

Se critican de palabras, pero se protegen los unos a los otros. ‘‘Gallina’’, ‘‘animal’’ y otros términos, matizan el lenguaje del espectáculo político dominicano. Se trata del maquillaje del maridaje. Denunciar esta claque política y comparar la ética mugrienta de su práctica con la dimensión de Manolo es determinante.

Apelar a la memoria histórica y denunciar sin rodeos las bellaquerías de los politiqueros que afectan directamente la vida material, la moral social y los valores patrimoniales del pueblo dominicano, es una forma concreta de honrar, 39 años después, la figura de Manolo Tavárez y los compañeros caídos en los distintos frentes del alzamiento insurreccional de 1963.

Si el 14 de Junio significó el principio del final de la tiranía trujillista, evocar la figura de Manolo Tavárez, constituye un manantial inagotable capaz de agrupar nuestros mejores valores humanos, sociales y políticos, para reemprender las más sentidas luchas por la democracia social que necesita el pueblo dominicano.

*[Esta publicación es parte del Proyecto por la Memoria Histórica Raúl Pérez Peña (Bacho), auspiciado por sus hijos Juan Miguel, Amaury y Amín Pérez Vargas].