Makandal es un fascinante personaje de la historia haitiana , que parece estar tomando vigencia en estos tiempos de crisis haitiana y surgimiento de nuevas religiones en el escenario de Haití, con su Estado fallido, controlado por bandas criminales, mientras surge y se concretiza , el adoctrinamiento de la población hacia el Islam. Con un indeterminado número de seguidores asistidos por diversas ONG de capital islámico.
La leyenda de Makandal pertenece a una larga tradición de cimarronaje en la colonia. Y al desarrollo de los hilos de resistencia a través de la plantación. Cuenta la historia que Makandal fue un esclavo traído a la colonia en pleno apogeo del esplendor colonial. Nacido en Africa y de origen islámico, como todos los esclavos originarios de las etnias Wolof, mandinga, Fulas, Congo,-tenía, un fuerte instinto libertario, como lo muestran las tempranas sublevaciones (1501) en la Española. Por lo que se prohibió la importación de africanos de estos orígenes o descendencias. Tras los funcionarios de la Corona, expresar el rechazo a su llegada, “no queremos berebere, ni moriscos”. Estigmatizando orígenes y prácticas religiosas de dichos esclavos.
Mediante una cédula de 1532, se aplicó una resolución que, prohibía la llegada de esclavos de origen musulmán. Que siempre llegaban ya que había un tráfico clandestino de esclavos que no permitía identificarles. Creyendo la corona que:
“El alzamiento de negros y muertes de cristianos han sucedido a causa de los negros Gelofes (…) que son soberbios e inobedientes, y re revolvedores e incorregibles, (…) son los que ha intentado alzarse, tengáis cuidado que persona alguna pase a nuestras Indias, Islas y territorio firme del Mar y Océano” [i]
Makandal trabajo en una plantación de azúcar hacia el Norte de Saint Domingue, donde perdió un brazo, siendo relegado al cuidado de animales, terminando de huir hacia las montañas. Creando una banda de cimarrones que atacaban las plantaciones. Sembrando el terror por décadas, a través de sus conocimientos de la fabricación del veneno, extraídos de las plantas: “El sabia como fabricar veneno con plantas y coordinaba su empleo contra los “animales, los esclavos enemigos y los amos“ señala Laurent Dubois.[ii]
Para los dueños de plantación atemorizados, Makandal simbolizaba el peligro de la sublevación. El surgimiento de las bandas en aquella época era una forma de sobrevivir a la persecución de los amos, los cimarrones llegaron a conformar poblaciones y cofradías mediante estos mecanismos de las bandas que acogían a los escapados del sistema esclavista.
Como esclavo en fuga, Makandal fue capturado y en enero de 1758 fue llevado a una plaza, donde se le prendió fuego de los pies a la cabeza, atado a un poste con un letrero que decía “seductor, profador y envenenador”. Cuenta la crónica que cuando el fuego alcanzo la mitad de su cuerpo, el hizo un esfuerzo para liberarse del poste “El esclavo solía vanagloriarse de tener el poder de cambiar de forma y antes de su ejecución él había declarado que, “se transformaría en mosca para escapar a las llamas” [iii]
Muchos vieron morir al héroe esclavo, pero muchos fueron los que creyeron que Makandal había escapado hacia las colinas para preparar una nueva rebelión. Haciendo del personaje un ser de condiciones sobrenaturales. La vida de Makandal y la leyenda que se le adjudica después de su muerte son el producto del reencuentro entre las tradiciones africanas y el mundo de la esclavitud. Autores como David Geggus [iv], dicen que el esclavo mezclaba las cosas santas en la composición y uso de supuestos paquetes mágicos,” Uno de esos paquetes contenia un crucifijo y Makandal invocaba Allah, Jesucrito y Dios cuando los fabricaba” [v]. Practicas que se mantiene vivas de una forma u otra en la sociedad haitiana, a través de la miseria, y corrupción desde un Estado incapaz de tener un proposito para la ciudadanía dándole lo básico para vivir, ya que no existe un proyecto para la vida.
Para las bandas criminales y la expansión del movimiento religioso musulmán en la sociedad haitiana de hoy, Makandal podría convertirse en un elemento de motivación, una especie de paradigma, para justificar lo injustificable, ya que el personaje tiene arraigo en la historia popular haitiana, y es enseñado en las escuelas como el primer esclavo que hablo de libertad, es considerado uno de los héroes de la liberación de la esclavitud, aun que murió antes de la revolución haitiana, pertenece a una de las primeras poblaciones de origen islámico que fueron trasplantadas y estigmatizadas en el Nuevo Mundo.
Hoy en pleno siglo XXI, el Islam volvió a Haití, no por el mar sino en avión, gracias a la MINUSTAH, fuerza de paz de la ONU creada en el año 2004, Permaneciendo en Haití hasta el 6 de Oct de 2017, en un intento de pacificar la sociedad, a raíz de la elección de Bertrand Aristy. Esta fuerza estaba constituida por diversos países entre ellos Jordania y Pakistan países mayoritariamente islámicos. Lo que sin dudas ha facilitado desde 2009 hasta la fecha la instalación de 40 mezquitas, la conversión de cientos de haitianos y, la presencia de un iman de nacionalidad haitiana.
A lo que se suma la conformación de bandas criminales vinculadas a las clases políticas e independientes. Controlando el 80% del territorio, no teniendo el Estado la capacidad de enfrentar ni de eliminar las bandas como tampoco el Ministerio de culto, de dar seguimiento a la expansión religiosa.
Observándose como dos elementos centrales, creación de bandas y presencia islámica, se repiten en la historia haitiana, desde la época colonial, a la historia contemporánea. Elementos comunes que muestran lo que está sucediendo en Haití, después de 6 siglos de lucha contra la esclavitud y 3 siglos de la presencia de Makandal en la sociedad haitiana, que después del 1791 tras haber destruido todo en la colonia más rica que jamás existió, se intenta reconstruir desde entonces y hasta ahora. Cuando en 2018, surgen las primeras bandas incentivadas por los políticos, que trabajan ostentosamente en la desconstrucción de lo poco que quedaba del Estado y la sociedad Haitiana.
El fenómeno de composición de bandas, tiene fines, muy diferentes a los de la colonia, estas, solo se basan en la criminalidad para controlar el territorio y atemorizar la ciudadania eliminando la población, sin resistencia, desarmada, famélica, enfrentada a grupos violentos con diversas formas de operatividad, extorsión, secuestro, violaciones, tráfico de droga, armas, mercancía, alimentos, y enfrentamientos entre las bandas por el control del territorio.
Aunque con otros fines las bandas de cimarrones orientadas a la liberación no excluían ciertos actos de violencia, jamás igualados con lo que sucede hoy día, cuando se ataca a mujeres y niños indefensos. De igual manera las condiciones sobrenaturales que se le atribuyen a Makandal, hoy pueden ser percibidas como un elemento a integrar, cuando se pretende adoctrinar para llegar a ser musulmán. Llegar a ser como Makandal. O con la creación de bandas criminales donde sus líderes no se asumen como delincuentes, sino como héroes populares salidos del pueblo.
Para la intelectualidad y ciertos cientistas sociales haitianos, la presencia de las bandas está relacionado con la miseria y la falta de compromiso del Estado haitiano de asumir las necesidades del pueblo, de ofertarles un proyecto, que integre el Estado con las élites, permitiendo a la población orientase hacia los caminos del desarrollo. De igual manera se cree que la presencia musulmana a través de ONG´s y organización caritativas, se han aprovechado el terreno fértil de miseria y hambre, para que muchos se integren a estas prácticas religiosas desconociendo las implicaciones ideológicas, inspirados solo por la necesidad de aplacar el hambre, ya que Haití tiene el índice más alto de la población en condiciones de pobreza extrema del continente (5 millones de haitianos necesitan ayuda humanitaria) y ahora con la crisis y el control del territorio fragmentado por las bandas, lo que , ha generado un proceso de desplazamiento poblacional masivo, donde miles de individuos deambulan sin rumbo, algunos intentan llegar a República Dominicana, amenazados por una crisis alimentaria de dimensiones desconocidas en la región.
Desde el asesinato del presidente Moisés Juvenal, el 13 de diciembre del 2021, el país se encuentra en un limbo político enmarcado en la violencia. Las bandas son y están para socavar el Estado, incapaz de garantizar las condiciones mínimas de sobrevivencia y servicios. El pueblo haitiano, que apenas lucha por sobrevivir, no está en capacidad de enfrentarse con esta esclavitud moderna, de injusticia y la explotación de las élites, el capitalismo y, la corrupción de su clase política.
Estas bandas de diversos orígenes están diseñadas para evitar que el Estado y el pueblo se organicen, están al servicio del crimen, el contrabando y la droga, pero sobre todo, están orientadas a la auto eliminación del haitiano.
Este siglo, tras 228 años de la muerte de Makandal su espíritu flota, sobre los barrios de miseria de Port Prince y otras ciudades, cual mosca, observando que después de todos esos años de lucha y, liberación los haitianos están más esclavizados que nunca, por ellos mismos.
[i] Acosta Saigne, Miguel La vida de los esclavos negros en Venezuela, Edit Hesperides 1967
[ii] Dubois, Laurent Les Vengeurs du Nouveau Monde, Edit.Universite de L´Etat d´Haiti 2009
[iii] Ibídem Dubois pp 47
[iv] Geggus,David Marronage, Voodoo and Saint Domingue 1992,Meeting of the French Historical colonial society
[v] Ibídem, Dubois pp75