Dentro de todo el bombardeo de noticias negativas, como un soplo de esperanza nos llega la designación por la UNESCO, de una importante zona protegida del país como “reserva de biosfera Madre de las Aguas”.

Esta designación, según palabras del ministro de Ambiente, compromete al país a prestar una atención especial a las áreas de montañas, que son fundamentales para la conservación de las fuentes acuíferas.

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La_Compartición, Pico Duarte.

Es el fruto del esfuerzo de una coalición de personas e instituciones comprometidas con el desarrollo sostenible de nuestro país, representado en Madagascar por nuestra Yvonne Arias.

Bien, pero antes que nada, ¿Qué son reservas de Biosfera?

Las reservas de biosfera son espacios del planeta reconocidos internacionalmente, pero con absoluta soberanía del país, seleccionados en virtud del interés científico tanto en lo ecológico, lo biológico como en lo cultural. En estas se intentan aplicar enfoques interdisciplinarios que permitan entender y gestionar los cambios y las interacciones que se producen entre los sistemas sociales y ecológicos. Se promueven soluciones locales innovadoras de desarrollo sostenible, protege la biodiversidad y hace frente a la alteración del clima. Se da apoyo logístico a las comunidades locales a través de de la investigación, el seguimiento, la educación y la formación para una adecuada gestión del agua y la generación de ingresos ecológicos.

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Presa Jiguey.

Estas reservas se dividen en 3 zonas:

Área núcleo o central: Cuenta con un área de protección estricta que contribuye a la conservación de los paisajes, los ecosistemas, las especies y la variación genética. La zona de amortiguamiento: Contiguas a la(s) zona(s) núcleo, y en ella(s) se desarrollan actividades compatibles con prácticas ecológicas que refuerzan la investigación científica, la vigilancia, la formación y la educación. Y la zona de transición: En esta área, se promueven diferentes actividades económicas y humanas de carácter sostenible a nivel sociocultural y ecológico.

Nos unimos y festejamos este logro con un llamado a la conciencia de todo dominicano para  convertirnos en entes de cambio, así, sentar las bases de una cultura de sostenibilidad que no enfatice lo comercial sobre la integridad de nuestros ecosistemas.  No podemos sustentar el desarrollo socioeconómico en el cortoplacismo ni la destrucción de nuestros recursos naturales.

Valle del Bao.

Ante el ya politizado y poco comprendido cambio climático, que no es más que la variación acelerada de los patrones climáticos del planeta -como consecuencia del uso y abuso de los combustibles fósiles. entre otras variables-, el cual impacta negativamente por la formación de fenómenos climáticos cada vez más frecuentes e intensos.

Al mundo como a nuestro país le llega como un tren descarrilado, que desde hace décadas toca bocinas de alarma e ignoramos, pero hoy lo sentimos arriba.

El Caribe, por ser una de las regiones más propensas a ser impactada por los efectos del cambio climático y una de las más vulnerables, dada la desigualdad socioeconómica y la dependencia económica de nuestros tesoros y encantos naturales, debe tomar acciones proactivas para poder mitigar el impacto inminente de este tren.

Debemos asumir posturas claras con el cumplimiento de las leyes ambientales y su respectivo régimen de consecuencias, medidas urgentes de prevención y restauración de Madre de las Aguas, y así asegurar el futuro de la biodiversidad y la seguridad hídrica, antes que sea demasiado tarde.

Puente. Río La Guacara.

Aun destruyamos el planeta, la naturaleza continuará su inexorable ritmo de recuperación, llevándose del medio a todos sus visitantes temporales incluyendo la humanidad.

Golondrina Verde.