1.- Por el quebranto que desde hace años padecía el licenciado Luis Gerónimo Veras Lozano, sabía que su fallecimiento estaba a punto de suceder. Pero, a pesar de esta presunción, al conocer de su muerte me impactó, a la vez que en mí causó consternación.

 

2.- En situación de desasosiego, por la noticia de la partida de Luis, atiné a escribir algunas líneas respecto a las cualidades que adornaron su historial, definiéndole como virtuoso.

 

3.- Ciertamente, sin duda alguna, Luis fue un ser humano lleno de pureza; obró con virtud; honestidad, integridad, cabal moralidad y entera próvida. Fue bueno por entero.

 

4.- De Luis, puedo dar testimonio de que pasó por el mundo terrenal para serle útil a la sociedad humana; conveniente en todo lo que incidió para que sus connacionales gozaran de bienestar, y sus conciudadanos disfrutaran de plenos derechos y libertades.

 

5.- Luis, llevó a cabo lo que debe hacer la mujer o el hombre formado para ser de muchos quilates, por el comportamiento decente que hizo de él un dominicano sumamente valioso, apreciado por su accionar cívico y ciudadano, familiar y en la cátedra; como abogado y por unirse en la sana amistad.

 

6.- La personalidad de Luis, fue tallada en el hogar orientado por su padre, el licenciado Francisco Porfirio Veras, Don Lilo, y su madre doña María Elena Lozano. Luis, a sus progenitores no les falló.

 

7.- La sociedad de ayer, en la cual Luis adquirió el conjunto de sus cualidades excepcionales como hombre de bien, ya no es la de hoy, pero los vicios de la actual no le hicieron modificar su ejemplar conducta.

 

8.- Luis, el hijo de don Lilo y doña María Elena, permaneció coherente, como fiel continuador de las normas que aprendió, que también fueron asimiladas por sus hermanas Lali, Elena y Olga, y por sus hermanos Virgilio y Bolívar.

 

9.- La juventud dominicana de hoy, moralmente desorientada, le conviene conocer lo que fue la manera de Luis comportarse.

 

10.- Nuestros jóvenes merecen contar con ciudadanas y ciudadanos que, como Luis, sirvan de ejemplo, de viva estampa, de quien hizo de su existencia la ilustración, el conjunto de atributos que en el medio donde vivió le hicieron ilustre.

 

11.- Porque la actitud ante la vida define al ser humano, portarse bien, de manera correcta, lleva a un ente social a sobresalir, merecer que su nombre tenga realce, llame la atención y descollar como persona diferenciada con los distintivos de Luis.

 

12.- Luis se manejó con humildad, absoluta moderación. De él hoy hablan sus hechos, sus acciones, las realizaciones que le llevaron a ser digno, prototipo de honorabilidad.

 

13.- Tener conocimiento de quién fue Luis Gerónimo Veras Lozano, y su quehacer, hace posible saber las responsabilidades de las cuales se hizo cargo y honró en el orden familiar, público, profesional y como catedrático.

 

14.- Por muy deteriorado que está el ambiente dominicano, la gente buena toma en cuenta, exalta a quienes han tenido una trayectoria de conducta acrisolada, como fue todo el curso de la vida de Luis.

 

15.- Precisamente hoy, los restos de Luis, serán sepultados y su tumba los acogerá para siempre, aunque enterrar y tapar su caja no entrañan olvidarlo. Él va a permanecer en la conciencia de lo mejor de nuestro pueblo, como un hijo insigne.

 

16.- Cómo olvidar a Luis, si su nombre y obra están en el corazón de quienes no echan en el olvido a los que aportan a su patria con su esfuerzo físico y espiritual, Luis Gerónimo Veras Lozano, merece ser recordado porque fue un dominicano de superior calidad humana.