Yo considero que todos los dominicanos amantes de la libertad le debemos una gratitud imperecedera a Venezuela, que ha sabido demostrar a través de la historia que ha sido un pueblo sumamente solidario con el pueblo dominicano.

Comenzó esa saga histórica con la acogida que le dispensó a Juan Pablo Duarte, fundador de nuestra nacionalidad, donde estuvo exiliado y donde murió. Luego siguió con la acogida que tuvieron los disidentes de la dictadura trujillista.

Los primeros asilados en embajadas acreditadas en Santo Domingo, en el período 1959-1960,  fueron el teniente Antonio (Toñín) Rojas Mieses y su hermano Bienvenido (Bebé) González Mieses. Ambos fueron llevados junto a sus familias por mi padre Rafael Augusto Sánchez Sanlley y entregados al embajador de Venezuela. Posteriormente viajaron a ese país después que el dictador ordenara cerrar las zanjas que había ordenado cavar alrededor de la embajada para que murieran todos por inanición. Por presión de Rómulo Betancourt, Presidente de Venezuela, de la OEA y otros presidentes de América y Europa, Trujillo ordenó tapar de nuevo las zanjas y autorizó la salida del país de ambos.

La actitud valiente y solidaria de Betancourt en repudio a la dictadura dominicana y el apoyo a nuestros congéneres le costó un atentado a su vida, ordenado por el mal llamado “Benefactor de la Patria”, en el que salió herido y sus manos completamente quemadas. Su edecán militar murió al instante.

Por estas razones, todo lo que pase en Venezuela nos afecta o nos debería afectar  a nosotros los dominicanos de múltiples maneras.

Este domingo 28 de julio de 2024 la historia de Venezuela quedará escrita y sellada para los próximos 50 años. O sigue el régimen tiránico de Maduro o comienza el florecer de una democracia auténtica, respetuosa de todas las libertades y de los derechos humanos, algo, que desde que empezó el chavismo no ha tenido lugar.

La Cuba de hoy no es la Cuba de Máximo Gómez y José Martí. La de hoy, simplemente es una dictadura que algunos llaman socialista, que no respeta ni en la forma más mínima los derechos humanos, principalmente el derecho a la vida, el libre tránsito y el derecho a disentir.

Cuando Fidel Castro hablaba desde la Sierra Maestra por Radio Rebelde en 1958, mi padre me llamaba para escucharlo junto a él  en su habitación. Él fue, al igual que yo, un enamorado de Fidel.

El 1ro. De enero de 1959, cuando Fidel entró triunfante a la Habana, mi padre expresó con alegría y vehemencia:-¡Hoy es el día más feliz de mi vida! – ¡Fidel les va a enseñar a los cubanos lo que es la democracia!

Mi pobre padre murió sin haber visto un ápice de democracia en Cuba…. Murió viendo el comienzo de una dictadura, que aún, después de sesenta años, perdura y coloca a ese bello hermano país, sumido en la miseria, en un limbo dentro del marco mundial.

Todas las instancias de poder político, militar y económico de Venezuela, están penetradas, sin precedente alguno en la historia de Venezuela, con el permiso de Maduro, sobre las instituciones del estado venezolano, ejercida diariamente por miles de agentes cubanos, principalmente en el sector de inteligencia y en el estamento militar. Al día de hoy, no se sabe el número de agentes y militares cubanos que operan en Venezuela. Actualmente  se ha disminuido por el impacto de la crisis económica. En la actualidad, uno de los pilares, es su influencia dentro de la comunidad digital.

Incluso, la seguridad personal del dictador venezolano, está compuesta por militares cubanos, porque ni el mismo Maduro confía en los militares venezolanos, y mucho menos confían  los que dirigen en La Habana.

Los cubanos no solamente han chupado miles de millones de dólares del tesoro venezolano durante muchos años, sino que han montado una estructura de control sin precedentes con el permiso de Hugo Chávez primero y de maduro después,

En la actualidad otro de los pilares del sostenimiento de Nicolás maduro para el control, sobre todo para frenar potenciales alzamiento militares, es coordinado por un grupo cubano llamado el grupo de cooperación “Enlace”. Este organismo funciona como una estructura que enlaza todos los mandos y todas las bases militares del país y aunque muchos no lo crean, oficiales cubanos asisten regularmente a las reuniones del alto mando militar de Venezuela y con frecuencia le dan órdenes a los generales, incluyendo a Vladimir Padrino, ministro de Defensa, sobre cómo debe actuar para defender la dictadura. Es una central de vigilancia informática para controlar política y socialmente a los venezolanos a través de diversos organismos. Es una estructura de mando. Es un aparato de seguridad con alcance represivo a todos los sectores, principalmente el militar. Manejan los sistemas de escucha e intervención de las comunicaciones y ordenan acciones represivas para frenar con violencia los descontentos militares y las posibilidades de un alzamiento.

Un ejemplo de la conducta dictatorial y loca que ha tomado  este individuo fue  la orden que dio a la línea aérea Copa para que bajara del avión a cinco expresidentes latinoamericanos, impidiendo su entrada a Venezuela, porque ellos iban a observar las elecciones y dar su apoyo a Edmundo González, candidato presidencial. La líder natural era María Corina Machado, pero Maduro la inhabilitó, con sus artimañas como candidata presidencial.

Por estas repudiables causas, las elecciones de mañana podrían peligrar y estar expuestas a muchos inconvenientes. Sin embargo, el general Vladimir Padrino, quizás sabiendo o imaginando lo que podría pasar por la tozudez de Maduro queriendo mantenerse en el poder y  ganar las elecciones a base de fraude y represión, ya ha dicho que las fuerzas armadas bolivarianas no van a apoyarlo. Textualmente dijo: “-El que pierda que se vaya para su casa y entregue el poder”

Las elecciones venezolanas de mañana me recuerdan las de nuestro país en 1978, cuando Balaguer, al igual que en todas las elecciones anteriores, quería ganar las mismas a base de fraude y represión. Yo, personalmente, tomé fotos a soldados con la bandera roja en la punta de sus fusiles y también tomé fotos, con un poco de miedo, frente a la residencia del general Beauchamps, a la sazón, ministro de las Fuerzas Armadas, donde ondeaban varias banderas rojas del Partido Reformista. Sin embargo, el apoyo del  Pueblo dominicano al cambio protagonizado por Antonio Guzmán, fue tan grande que no hubo manera de que el mañoso presidente retuviera el poder. Aun así, le robó la senaduría a tres candidatos a senador por el PRD. Y esa es mi gran esperanza, de que mañana, los venezolanos no se dejen amedrentar y saquen de una vez por todas, al dictador del mal llamado socialismo del siglo 21.