Probablemente uno de los retos más grandes para el economista es la concepción y aplicación de la teoría y modelos a la realidad. Por definición, los modelos, al ser abstracciones de la realidad, tienden a necesitar fuertes supuestos para mantener la precisión de sus resultados, y/o suficiente abarque, para que tenga validez en diversos países. Sin embargo, la economía no cuenta con la robustez y poder explicativo de la física, ni con la subjetividad y apertura de la psicología; en un punto medio, nuestra ciencia tiende a poder explicar grandes rasgos del funcionamiento económico, pero se queda corta en cómo funcionan esos detalles. Es por esto que, tanto el público en general como los estudiantes de carrera, podemos confundirnos al momento de entender cómo las políticas de los entes regulatorios y el accionar de los agentes económicos se congenian con lo establecido en los libros de texto.
Christophe Lorenzo Castillo Lora Estudiante de Economía Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
Uno de estos ejemplos es la política monetaria, los procesos por el cual el Banco Central controla la oferta de liquidez y crédito dentro de la economía, la circulación de dinero dentro de un país. Si usáramos la metáfora de Friedman, el dinero es ese aceite que mantiene el vehículo económico moviéndose, la política monetaria la palanca que cambia el flujo de este. Mishkin (1995) identifica 4 canales principales por lo que se transmite las decisiones de política monetaria a la economía: i) Las tasas de interés, ii) el tipo de cambio, iii) los precios de los activos, y iv) el crédito. En rasgos generales, estas hablan de que una política monetaria contractiva generara una disminución significativa del producto por menores niveles de inversión o consumo y mayores niveles de importaciones.
La diferencia es que en la realidad se asemeja más a un tubo obstruido que un simple conducto. La transmisión de la política mediante la TPM tiende a ser medida dependiendo de su efectividad, completitud, velocidad, asimetría y otros factores (Andujar, 2021), los cuales no tienden a cumplir al 100% estos indicadores (Cottarelli y Kourellis, 1994). Esto se tiende a deber a factores estructurales, políticos y hasta sesgos o preferencias sociales, las cuales tienen una incidencia negativa en el comportamiento de estas variables. En el caso dominicano, se ha estudiado la existencia de asimetrías entre la reacción del mercado a subidas y bajadas de la TPM, posiblemente explicadas por falta de competitividad en el mercado financiero (Grigoli & Mota, 2015). También existen diferencias esenciales cuando el mercado aún está desarrollándose, y cuando es avanzado, desde la inmovilidad o baja volatilidad del tipo de cambio, incluso bajo esquemas flotantes (Calvo & Reinhart, 2000), la necesidad de la población de usar moneda extranjera en sus activos y pasivos, llevando a una reducción del poder de la política monetaria (Levi-Yeyati, 2006; Ormaechea & Fernandez, 2011), o el tipo de productos ofrecidos al extranjero (Checo, Grigoli & Sandri, 2024). Estos problemas tienden a provenir de una falta de credibilidad por parte de las instituciones del sector público, tanto financieras como no financieras, especialmente cuando existe historial de defaults, creación monetaria sin respaldo, o alta desigualdad. Se ha investigado también que dependiendo del ciclo económico en que se tome la decisión puede afectar negativamente a los canales de transmisión de crédito (Choi, Willems & Yoo, 2022).
Se debe tomar en consideración que, a diferencia de un motor, este vehículo toma tiempo en registrar los efectos de la política monetaria. Paredes et al. (2013) demuestra que, ante un shock contractivo de la oferta monetaria, variables como inflación, PIB real, y los agregados monetarios reaccionan a partir del cuarto mes, mientras que los mayores efectos se perciben al año de establecida la política. El tipo de cambio real si muestra mayor resiliencia a cambios en la TPM, solo apreciándose los primeros tres meses, mientras que las tasas de interés aumentan casi de inmediato. Estos resultados son consistentes con la teoría internacional, especialmente el del TCR según lo visto en el paper de Calvo & Reinhart (2000).
En su discurso de 1967, Friedman menciono que aún no tenía suficiente información como para saber que tanto afectaría exactamente los cambios en los agregados monetarios (la herramienta que recomendaba para controlar la inflación) en la economía. Bueno, ya la tenemos. Considero de vital importancia recordar que el mundo no se mueve a la par que nuestros lápices y hojas con teoría; contamos con suficiente poder e información para poder tomar decisiones más acertadas a las condiciones específicas de nuestra nación. Aun existen factores que nuestra teoría no puede explicar, y es esta pequeña razón que el vehículo económico no funciona tal vual como su manual de instrucciones, ya que en palabras de Akerlof (2009): “(…) el actuar humano esta más influenciado por factores psicológicos que por una decisión racional.”
Referencias
- Andújar (2021). El efecto traspaso de las tasas de interés en
Repúbica Dominicana, BCRD, Series de Estudios Económicos - Akerlof, G. A., & Shiller, R. J. (2009). Animal spirits: How human psychology drives the economy, and why it matters for global capitalism. Princeton University Press.
- Calvo, G., & Reinhart, C. M. (2000). Fear of Floating. Quarterly Journal of Economics, 117(2), 379-408.
- Checo, A., Grigoli, F., & Sandri, D. (2024). Monetary policy transmission in emerging markets: proverbial concerns, novel evidence. Bank for International Settlements, Monetary and Economic Department.
- Choi, S., Willems, T., & Yong Yoo, S. (2022). Revisiting the Monetary Transmission Mechanism Through an Industry-Level Differential Approach. IMF Working Papers, 2022(017), A001. https://doi.org/10.5089/9798400201028.001.A001
- Cottarelli, C., & Kourellis, A. (1994). Financial Structure, Bank Lending Rates, and the Transmission Mechanism of Monetary Policy. IMF Staff Papers, 41(4), 587-623. https://doi.org/10.2307/3867571
- Friedman, M. (1967). The Role of Monetary Policy. American Economic Review, 58(1), 1-17.
- Grigoli, F., & Mota, J. M. (2017). Interest rate pass-through in the Dominican Republic. Latin American Economic Review, 26(1), 4.
- Mishkin, F. S. (1995). Symposium on the monetary transmission mechanism. Journal of Economic perspectives, 9(4), 3-10.
- Ormaechea, M. S. A., & Fernandez, M. D. C. (2011). The monetary transmission in dollarized and non-dollarized economies: the cases of Chile, New Zealand, Peru and Uruguay. International Monetary Fund.
- Paredes, et al (2013). Efectos de la Política Monetaria sobre la
actividad económica y los precios: Evidencia a partir de un VAR - Yeyati, E. L. (2006). Financial dollarization: evaluating the consequences. economic Policy, 21(45), 62-118.