Hay consenso entre los cientistas políticos a nivel de América Latina, de que los partidos políticos están en crisis,  –más bien yo diría que los partidos políticos están en una transición,  que tiene como fondo los cambios de la sociedades y su reconexión con estas, para generar propuestas y soluciones a los nuevos proyectos sociales-, a los nuevos y complejos retos de la democracia en una nueva  dimensión de su contendido.

Por lo tanto, una parte importante de este análisis nos lleva a visualizar lo que es el futuro de los partidos políticos y de la democracia, porque no hay democracia sin partidos. La democracia  está signada por su capacidad de generar soluciones a los problemas estructurales de nuestros países, respetando los principios y  valores democráticos; así como también ser más inclusivo reconociendo  los derechos de las minorías nacionales.

Es importante para los partidos políticos relacionarse con el poder, como ente estratégico de su existencia, también la necesidad de articular un discurso armonioso con los sectores fáctico;  los sectores de poder,  que operan en  las sociedades latinoamericanas  armonizando los disensos para avanzar  socialmente.

Hoy en día los partidos políticos están llamados jugar un importante rol en las transiciones hacia la democracia y  la construcción   democrática. El otro elemento importante de la democracia en este tiempo, es ver como sus sistemas electorales se van consolidado, ante los retos y desafíos de gobiernos que pretenden reducir y controlar los   sistemas electorales que son altamente técnicos e independientes.

Un aspecto no resuelto en la mayoría de los Sistemas Políticos Electorales de América Latina es el tema del financiamiento, el financiamiento visto como una oportunidad de consolidar la calidad de la democracia, evitando la infestación viral del sistema político.

La democracia en estos momentos está  llamada a eficientizar  su regulación con el Estado es aspecto normativo. Es necesario  plantear una nueva  relación jurídica institucional generando su   modernización;  esas regulaciones que impliquen posteriormente una construcción de mayor apertura democrática y  el financiamiento transparente.

En América latina  otro reto de la democracia, es cómo la democracia va a propiciar la posibilidad de reducir la actual situación inequitativa que sufren las personas; recordemos pues, que América latina es de la sociedad más excluyente a nivel general;  es también  la sociedad  que tiene los mayores niveles de pobreza regionales como es el caso de  Honduras y Haití.

Es importante para un sistema democrático la participación democrática, en la democracia electoral; hay que limitar  los recursos públicos que llegan a los partidos políticos sin fiscalización ; evitando posteriormente ser reos de inversionistas políticos rentistas, que posteriormente querrán que las políticas públicas no sean en el resultado del interés colectivo signo del interés particular.

Es evidente que estos temas trascendentes en la democracia latinoamericana, estarán conjugado primero con un nivel de alta estabilidad económica y política, con desarrollar políticas macroeconómicas que estabilicen la economía y posteriormente, sean agentes de estabilización de la democracia. La democracia está retada a seguir llenando los vacíos, a reducir la desigualdad,  explicar cómo ser parcialmente un modelo de éxito político, pero no económico; y esto solamente será posible a partir de una visión estratégica del Estado,  que necesariamente  combine, las nuevas visiones e  innovaciones con la experiencia política, muchas veces la solución de lo  complejo, está en una solución simple.