Los dominicanos hemos aprendido a conocer “al tuerto durmiendo y al cojo bailando”. Que yo sepa, no hay estudios que puedan decirnos cuándo se creó esta frase o quién fue su autor, pero lo cierto es que no estaba descaminado. No podemos decir en qué gobierno se creó, pero fue en uno colonial y para uso de los intelectuales y  la gente común.

Quizá en otros ámbitos de la lengua, donde habitamos los hispanohablantes estará la misma frase, digamos en Colombia, México, Perú o Argentina. En alguna reunión de un pertinente cónclave podría iniciarse una investigación con los Académicos de la Lengua para decirnos de dónde viene tan creativa frase. Los académicos estarían felices de hacer esta reunión, siempre dispuestos a ofrecer luz en la oscuridad.

Otras frases son importantísimas en la estructuración de una postura política y ciudadana. Tal es el caso, por ejemplo, de “el corazón de la auyama solo lo conoce el cuchillo”. O también podemos citar la clásica “ya la pava no pone donde ponía” o “puerco no se rasca en jabilla”, o “no es más oscura la noche que cuando va a amanecer”. Y se llega entonces a la misma conclusión: en otros países puede haber frases similares a estas. ¿Cómo surge en un refrán? La población los fabrica en cualquier temporada del año.

Como deben saberlo algunos académicos, no es sencillo pasarse el día entero buscando en un diccionario. Hay especialistas que no siempre podrán hallar la solución a este asunto que más bien requiere de un compendio o un refranero, aunque tengan la ayuda del Diccionario panhispánico de dudas publicado en el 2005 y que ya tiene 7000 entradas. Más cercano a este concepto del estudio de los refranes populares, es el refranero multilingüe que promociona el Centro Cervantes.

Los refranes sirven para demostrarnos un montón de asuntos que no se expresan de manera tan sintética: la manera en que comemos, bailamos, compramos, nos divertimos o ejercemos la política.

Por ejemplo, en un libro de Joaquín Balaguer hay un poema del costumbrista Juan Antonio Alix que ejemplifica mucho de la estrategia política del hombre común. Con gran originalidad, este poema sirve para demostrar cómo se comporta electoralmente el ciudadano cuando tiene que elegir entre dos candidatos. Dice Alix en uno de los versos –parafraseo–, que el dominicano no apuesta al gallo hasta que no ve que el otro va a perder. Como muestran nuestras campañas electorales, muchos comportamientos criollos pueden ser entendidos en función de esa frase parca, cáustica y verdadera. Tiene que ser dicho: por eso es que las encuestas son tan importantes. La gente tiende a poner su dinero en el ganador de acuerdo a los números de las encuestas.

En el ámbito de las investigaciones de mercado, una de las ramas del marketing, podrían darse fenómenos electorales que muevan al asombro del analista por lo extraño del comportamiento numérico y sociopolítico electoral. Tal es el ejemplo de Colombia que anda ahorita mismo en un balotaje. Veremos el resultado de un “venir desde atrás” del candidato Hernández, que no era el favorito de las encuestas y que sería considerado como un fenómeno si gana.

En términos electorales, mercadológicamente hablando, algunos candidatos postulados –y que tienen buena perspectiva–, se quedan con la sospecha de que van a perder todo su dinero invertido en los medios, aunque puedan tirar una frasesita, como les ocurrió a los que apostaron a Saúl –el Canelo– Alvarez hace un mes.

Los espectadores cuidadosos de esta pelea, que hubo muchos millones metidos en ella, se asombraron de la vergonzosa derrota que sufrió el Canelo, algo que no se tenía previsto (la victoria del Canelo pagaba 1.8; la victoria de Bivol pagaba 4.50; el empate pagaba 16.00 en Betfair). Meses después, se nos habla de otra pelea entre los mismos contendientes, el ruso Dimitri Bivol y el, en lo que algunos catalogan como una vuelta a los mismos malabares. Una nota curiosa es que Floyd Mayweather ganó 10,000 dólares con la derrota del Canelo.

Por cierto, algunas frases vienen a dar testimonio de toda una realidad determinada: por ejemplo, “na e’ na y to e’ to”. Como otras, esta frase ha venido de lo más profundo del pueblo y refleja una postura filosófica que algunos entienden que no es la más adecuada moralmente. Alguno podría decirme que esta frase es muy usada en ciertos círculos.

En las redes sociales hemos visto el comentario de reputados analistas deportivos que critican al Canelo por su pelea, luchando contra un gran grupo de fans del tapatío. Lo que podemos decir es que esto ha provocado una pelea de muchas contradicciones. En Twitter hemos visto como mucha gente ha opinado sobre una pelea que parece que tendrá reedición en los próximos meses. Los apostadores estarán entusiasmados con ella, listos para poner su dinero otra vez y con mucho riesgo.

Finalmente, quiero destacar que parece ser que el Canelo, que ahora no está para malos negocios, tendrá que entrenar muy fuerte para vencer a su contrincante ruso. En el mundo del boxeo, se considera que no es sencillo este rival y otros sostienen –con cierta malicia– que el Canelo es más pequeño y que no tiene la potencia de otras épocas. Sin embargo, el Canelo tiene preparadas varias sorpresas. Lo veremos a pocos metros del ring.