Los ministros son funcionarios clave para llevar a cabo los planes de gobierno de cualquier presidente de la República; son los representantes más importantes de la administración pública después del jefe de Estado y el vicepresidente, por eso resulta imprescindible tener un buen gabinete, para evitar el retraso o el fracaso de proyectos y obras importantes para el gobierno y la ciudadanía.
Los ministros deben ser principalmente gestores, por esa razón tienen que tener la formación adecuada y la experiencia necesaria para planificar y manejar presupuestos cuantiosos, en donde los recursos tienen que fluir de manera ágil, ordenada, eficientemente, y con la trasparencia debida. Los especialistas en las áreas que tengan a su cargo los diferentes ministerios deben ser de los viceministros y directores de área. Esto no siempre se cumple, existiendo funcionarios con pocos conocimientos de los temas puestos bajo su responsabilidad.
Creemos que en el gabinete del Li.c Abinader, existen algunos excelentes ministros que manejan de manera eficiente y honesta sus carteras, pero tiene otros que verdaderamente no lo ayudan como deberían en sus labores de gobierno. Una evaluación de cada uno de los integrantes del cuerpo ministerial es necesaria, para determinar quiénes deben permanecer en el cargo y cuáles deberían salir.
Aquí en la República Dominicana, está muy arraigada la creencia de que el ministro de Salud debe ser un médico, el de Obras Públicas un ingeniero, y el de Educación un maestro. Esta manera de pensar, no tiene ningún sustento técnico, ni ninguna comprobación empírica. Somos de la opinión de que un profesional de la economía o la administración con el currículum adecuado y la experiencia necesaria podría desempeñar sin ningún problema las funciones a cargo de los ministerios señalados.
Por la importancia que tiene la educación para el futuro de la nación, este Ministerio merece un comentario aparte. Todos los presidentes de turno se han comprometido con mejorar la educación pública, sin lograrlo, estos han designado a todos los incumbentes de esa cartera, y han escogido profesores o personas ligadas al quehacer educativo, y si por los resultados fuéramos a juzgarlos, tendríamos que llegar a la conclusión de que todos han fracasado, pues la calidad de la educación ha ido de mal en peor, según los resultados de las mediciones que se hacen para evaluar el conocimiento de los estudiantes.
El actual ministro está ligado a la educación superior, luce ser una persona de poco hablar y enemigo del figureo, pero tiene una difícil tarea en sus manos, que es la de transformar ese Ministerio en una institución diferente verdaderamente interesada en mejorar la calidad de la educación y en manejar la inmensa cantidad de recursos que recibe, con eficiencia, inteligencia y honestidad. Además de tratar de eliminar la alta politización que allí existe.
Para lograr parte de esos cambios, es muy importante contar con la colaboración de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), la cual hasta el momento luce estar más interesada en sus asuntos particulares que en sumarse a una cruzada por la mejoría de la calidad de la educación, tan necesaria en este país en los actuales momentos.