I-Introducción:
El cine desde la imagen, los sonidos y los ambientes tiene sus relatos y, aunque, a veces, usted, no los pueda leer, los ve, los siente y los escucha, porque el relato cinematográfico va más allá de lo escrito, y para eso se vale de los guiones que van delineando el suceder de los hechos, en cada escena, allí nada ocurre al azar, porque hay una planificación previa del accionar.
Esa planificación previa, es la que puede evidenciarse en un guionista de la estirpe de Leo Silverio, autor de varios relatos para cine y televisión, en el contexto dominicano.
En este caso, tengo en mi espacio de lectura dos libros de microrrelatos del cineasta, Leo Silverio: "Sabores del bosque". Editora Búho, con la coordinación de Editorial Santuario. 90 páginas. Santo Domingo, República Dominicana. 2019.
El otro libro, también de microrrelatos, se titula "Aberrado Placer", Editorial Santuario. 104 páginas. Santo Domingo.República Dominicana. 2022.
Primero, iniciaré mi estudio con el libro "Sabores del bosque", y la parte II, se la dedicaré al libro titulado "Aberrado placer".
II-Desarrollo:
Hay una diversidad temática tratada desde una marcada brevedad comunicativa. Aquí, lo breve dice tanto… que deja al lector embebido o borracho de decires. La intensidad se convierte en esta obra, en un recurso insustituible, para querer atrapar al lector en su discursividad o en su narrar.
No siempre lo breve o corto, comunica más allá de lo planteado en el escrito, pero en esta ocasión, lo intensivo se convierte en flujo comunicativo que no reduce su valor comunicacional, hasta conllevar al lector a un proceso reflexivo intencional.
Hay en este narrar, una planificación de lo contado, con el objetivo de sorprender al lector, desde aquel decir que se escabulle por debajo, en el contar lo inesperado, a partir de un comunicar sucinto, expuesto en un relatar plurisemántico. Veamos:
"La guerra mató a más de uno/ a los vencedores también"//.
(Ver pág. 36, obra citada).
"Ella me pareció tan poca cosa/ yo le parecí tan poca cosa también/ que hoy somos felices"//.
(Ver pág. 56, obra citada).
"El hombre se me vino encima como una tromba/ni siquiera pude reponerme/cuando sentí el disparo fue que me dí cuenta que la mujer que llevaba en mis pensamientos era la suya"//.
(Ver pág. 59, obra citada).
"Aprendí tanto de las religiones/que ya Dios no sirve de nada"//.
(Ver pág. 70, obra citada).
El lector, si no se plantea un espacio de razonamiento, en torno al flechazo que le ha atrapado la memoria, no podrá comprender o entender, lo que el narrador le ha manifestado, desde su contar de insinuaciones o desde su narrar.
Son microrrelatos que, como tal, obligan a una descarga expresiva o comunicacional, desde el decir lacónico (breve o brevísimo), del narrador, como sucede en este caso.
Advierto que en el discurso usado en estos microrrelatos, el sujeto-autor puede jugar un poco más con las palabras, en busca de obtener más ritmicidad en su encadenamiento expresivo y comunicacional.
De todas maneras, hay un motivo que conlleva al lector a procurar entretenimiento, por la jocosidad abierta que emana de algunos de estos microrrelatos.
Son microrrelatos que nos convocan a la reflexión y ese es un dato pertinente, ante un universo de lectores muy pobre de imaginación y creatividad, para ajustarse a la comprensión del texto que leé y asegurar el valor estético de la discursividad que aquí se nos presenta.
Otro detalle que debo resaltar, es que el movimiento o la acción que el sujeto-autor encuentra en el cine, trata de situarlo en sus microrrelatos, aunque no siempre puede lograr ese recurso en su narrar.
De todas maneras, estamos ante una práctica narrativa que conlleva práctica constante y sagacidad expresiva, con el objetivo de sorprender al lector.
En estos microrrelatos hay sorpresas que permiten atraparnos, hasta quedarnos en estado de reflexión, buscando la multiplicidad semántica que fluye de estos microrrelatos.
-Ilustraciones del Dr. Odalís G. Pérez.