Aprovechando este asueto de Semana Santa, me viene al ánimo entregarles este breve ¨sermón¨ y no de la montaña.
Las sagradas escrituras recogen los eventos que rodearon a Jesus y, sobre todo, aquellos que lo llevaron a su crucifixión.
El principal de estos eventos fue la traición de Judas Iscariote, personaje controversial y poco documentado, por motivos ideológicos y pasionales, del Emperador Constantino, regidor de los trabajos del Concilio de Nicea, sanedrín donde se le dio forma a la Biblia que hoy conocemos.
Otros documentos surgidos, posterior a este conclave, han aportado significativas revelaciones donde inclusive se le atribuye a Judas la escritura de su propio evangelio; todos ellos revelan que éste fue un discípulo ejemplar de Jesus y que, por motivos aun desconocidos, lo ¨vendió¨ por 30 monedas de oro.
Lo anterior, apunta hacia un paradigma estigmatizante que ha perdurado por más de 2022 años.
Los Iscariotes de hoy día son muy variopintos y están en todos los ámbitos donde el poder penetra dentro del tejido social.
Estos Judas modernos cohabitan en la familia, los partidos políticos, las escuelas, los gobiernos, las iglesias, etc.
En toda familia existe un ¨Judas¨ que puede vender a su pariente por menos de 30 monedas; ya sea una indelicadeza del padre con la doméstica o el sorprender a uno de sus símiles en una autocomplacencia inesperada.
Los Iscariotes en el Estado, son muy creativos y siempre ¨resuelven¨ traicionando al que los nombró o aquellos que desde ¨afuera¨ compran información sensible y delicada, de sus jefes inmediatos.
Lo mismo sucede con otras instancias de la sociedad, donde prima el arribismo y el afán de lucro, sin tomar en cuenta que hay agradecimientos pendientes y confirmables.
Ahora bien: ¿Por qué este accionar de los Iscariotes?, veamos.
1-Los orígenes de esta conducta tan deleznable lo podemos ubicar en el seno de la familia. Hoy día, el afán de lucro, la infidelidad, el pachoteo y el To é To y Ná é Ná, son los patrones de conducta de muchos hogares sin importar su nivel económico.
Si a esto le agregamos el desamor por la lectura y el acerbo cultural, tenemos entonces un núcleo familiar débil y muy frágil ante los patrones de vida que existen hoy día.
2-No solo en el núcleo familiar se fomenta el iscariotismo, si no también en las escuelas, donde el Bullying o acosamiento, genera conductas antisociales que pueden fomentar ese iscariotismo entre los estudiantes. Además, también hay su ¨guerrita¨ entre los profesores por razones de envidia, inquina u otras razones.
3-Desde que se abandonó el sistema Hostosiano en las escuelas, la inversión de valores es alarmante; ya no se forman bachilleres para que puedan enseñar en los niveles primarios escolares, lo que consagraba la continuidad del sistema educativo dominicano y también la preservación de los valores morales y cívicos, de esa extraordinaria doctrina educativa.
4-En el ámbito laboral, el desarrollo de ¨competencias¨ reñidas con la moral y las buenas costumbres se ha convertido en el quehacer cotidiano del momento. Escalar a base de favores sexuales, infidencias, indelicadezas, etc, es el nuevo código laboral, tanto en los organismos estatales como en gran parte del sector privado.
En resumen, los ámbitos familiares, escolar y laboral han creado una nueva casta de Iscariotes: el Iscariote Familiar, el Iscariote Escolar y el Iscariote Laboral; los tres conforman la nueva casta social, la de los Iscariotes Funcionales.