El pasado siglo se vio matizado en sus primeros años por los hechos consecutivos al asesinato del dictador Ulises Hereaux. Una gran cantidad de luchas intestinas entre facciones opuestas politicamente mantenían en zozobra a la población. Esta situación motivo un alto grado de pacientes con heridas y politraumatismos. A su vez la escasez de servicios médicos producía epidemias. Un agravante a este situación fue que muchos médicos que provenientes de Cuba y Puerto Rico, ejercían en nuestro país se marcharon a otras tierras.

En 1883, durante el gobierno de Hereaux se promulgo la Ley sobre Juro Medico de la Republica, confirmando y modificando el reglamento del Juro Medico promulgado en 1882. Los antecedentes del Juro Medico se remontan a la invasión haitiana y el Dr. Moscoso Puello refiere que es una modificacion del Jure Medicalle francés. Esta ley estuvo motivada por la necesidad de organizar las funciones de médicos, cirujanos, farmacéuticos, dentistas y comadronas. También era necesario establecer la relación de estos profesionales con los municipios y otros estamentos legales. En esa ley, se establecía quien debía autorizar y como el ejercicio profesional, y se regulaban las farmacias y hospitales. A lo largo de la Historia de la Medicina las leyes promulgadas en cada momento nos dan un interesante visión de la realidad existente. Por ejemplo la ley del Juro Medico establecía que el Presidente de esa institución era el Medico en Jefe del Hospital Militar y lo completaban un medico de primera clase, un medico de segunda clase, un boticario y un secretario. Una de sus atribuciones era el verificar las credenciales y examinar a los extranjeros y nacionales para ejercer las profesiones de Medico, Cirujano, Dentista, Boticario, sangrador o comadrona. Esa ley regulaba el ejercicio de los profesores de medicina, tenia calidad para investigar los centros de salud y el ejercicio medico. Esta ley y su reglamento, tenían solo 6 paginas. El Juro Medico estaba subordinado al Ministro de Interior y Policía.

La situación de los Hospitales era precaria y como muestra tomemos la resolución del Poder Ejecutivo Num. 1102 del 1891 del Presidente Ulises Hereaux, que establecía que se concedía a la Sociedad La Caridad, fundadora del Hospital San Rafael el derecho de barcas sobre el Rio Yaque por un periodo de 50 años. Esa Sociedad, presidida por Ulises Franco Bido, se comprometía a dejar establecido un servicio de barcas eficiente sobre el Rio Yaque, desde el paso conocido como “Pastor” hasta la desembocadura del Rio Gurabito. Era una manera de poder conseguir los fondos para ese Hospital, que seguiría evolucionando hasta su cierre en el 1936. Esa medida no pudo llevarse a cabo y por esa razón en 1911 se hizo un préstamo a la Sociedad “La Caridad” de doce mil pesos.

En la revisión de los hospitales, clínicas y laboratorios del país, realizada por la comisión del Juro Medico en 1901 se reporta como dato importante la marcada escasez de personal. Pero el S. XX comenzó con la renuncia masiva de todos los miembros del Juro Medico.

En la inspección de junio del 1901 se visitaron las farmacias existentes en la ciudad de Santo Domingo y en las principales ciudades del país. En Santo Domingo funcionaban la farmacia “La Fe” propiedad de Alvaro Logroño, la “San José” de Juan Velázquez, la “Central” de Pedro Polanco, la “Legalidad” de Valentin Delgado, “Las Mercedes” de Alfredo Rodríguez, la “Nacional” de Felipe Urquiza, la “Serrati” de Luis Serrati, la “Francesa” de Fermin Goussard, la “America” de Julio Piñeyro. También funcionaba una farmacia en el Orfelinato Padre Billini y otra en el Hospital Militar.