Hace casi cien años Oscar Wilde escribía que la juventud de los Estados Unidos era su más antigua tradición, que contaba ya con varios siglos. Y algo de razón tenía, puesto que allí hay una gran reverencia por características típicas de la juventud como el espíritu innovador, la confianza en el futuro, la fuerza de los individuos y la poca insistencia en el pasado.
La semana pasada escribía sobre cómo el documental de Chris Rock, redactado como manera constructiva de responder a la “galleta con mano” que le dio Will Smith, mencionaba a numerosos personajes y sucesos actuales, mas solo tenía una referencia a una figura del pasado: Harriet Taubman, una mujer cuya vida merecería varios documentales. Recientemente me enteré de que hay una película del año 2019 (con cuenta de twitter y todo) sobre episodios de su vida. En vez del humor que a mí me hubiera encantado ver para retratar la vida de esta heroína, se usó la musicalidad, elemento que le aportó algo de ligereza. Tal vez por eso fue que Chris Rock la incluyó en su especial, porque podía relacionar su ejemplo con una película de la actualidad.
A la actriz principal, Cynthia Eviro, la llegaron a nominar al Óscar y la verdad es que su interpretación es muy convincente. El filme tiene un tono de prédica que al final funciona porque uno definitivamente recibe una lección sobre la mentalidad que mantuvo en funcionamiento un sistema de esclavitud. Se entiende, por ejemplo, por qué Malcom X, Dave Chappelle y muchos negros norteamericanos más se han convertido al islam ya que en la película se ponen escenas muy claras donde se ve el uso del cristianismo para justificar la esclavitud. No es una película maniqueísta. Se ofrecen suficientes ejemplos de blancos que contribuían a la emancipación y de negros que delataban y perseguían a los que trataban de escapar. Pero uno no deja de pensar que en el especial de Chris Rock, la referencia al pasado lejano se hizo porque un suceso reciente, la película, le confirió actualidad.
Otro tema de actualidad con respecto a la figura de esta gran mujer ha sido la propuesta a favor de que su foto sea la que se incluya en la denominación del billete de 20 dólares, actualmente ilustrada con Andrew Jackson, que participó en la independencia de los Estados Unidos pero que no favorecía una postura a favor de la independencia de todos los seres humanos. Su visión valoraba la independencia y autonomía de los blancos con respecto a la corona inglesa, pero nunca se refirió a los ahora llamado “americanos nativos” y veía como natural el poseer esclavos. Al hacerse adulto le tocaron por herencia nueve individuos, algo común entre las personas con cierto nivel de ingresos en el estado de Carolina, donde nació y vivió la mayor parte de su vida. Al crecer sus negocios, participó en la trata negrera y en su momento de mayor esplendor llegó a considerarse amo y propietario de 150 personas al mismo tiempo. Si se suman todos los que pasaron por sus manos, puede decirse que llegó a reclamarse dueño de 300 individuos.
La relevancia de usar a esta mujer en un billete actual es recordarles a todos que hoy en día la figura de una negra emancipada y emancipadora de otros es el símbolo de haber trascendido un pasado esclavista. Lo contemporáneo es la dignidad y el valor de todos los ciudadanos.