Por primera vez desde su vuelta a Palacio en 2004, y a días de las elecciones municipales, congresuales y presidenciales, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se tambalea y podría perder, salvo errores graves de la oposición.

La causa no es un descalabro económico, ni  el real desgaste natural de su largo ejercicio del poder (1996-2000/2004-2008/2008-2012/2012-2016), sino la arrogancia, la no disimulada vida de lujo de muchos funcionarios y el pésimo manejo comunicacional de influyentes del Comité Político, que solo sirve a la agitación de las pasiones y al desencanto, incluso de los morados.

El estado de opinión negativa en la población es muy alto, como muy altas las probabilidades de una conversión a masivas actitudes de rechazo en las urnas, el 15 de marzo y el 17 de mayo, únicas veces en que los votantes se sienten libres y con capacidad para cobrar facturas a los gobernantes.

Las salidas mediáticas de los desafiantes y burlones miembros del Comité Político, Temístocles Montás (Temo) y Félix Jiménez (Felucho), entre otros de igual o mayor cuantía, han agitado la caldera del malestar colectivo. Se muestran altaneros extremos en un momento que urge reflexión y humildad.

Como si fuera poco, han metido al mismo PLD en el centro de una tempestad que impide diagnosticar con precisión aceptable el nivel de satisfacción de su militancia, en tanto se ha instalado un silencio compulsivo parido por las cancelaciones de empleados de la administración pública al ser considerados simpatizantes del expresidente Leonel Fernández, quien ha renunciado del partido luego de considerar como fraudulentas las primarias del 6 de octubre de 2019, y ahora es un consistente opositor junto a su partido verde, Fuerza del Pueblo. https://www.diariolibre.com/actualidad/politica/leonel-anuncia-su-renuncia-de-manera-irrevocable-del-pld-y-nuevo-proyecto-FJ14842034.

¿CONSUMATUM EST?

Arrinconados y exhaustos a causa de los golpes de los últimos días, el gobierno y el partido oficialista se esfuerzan por tomar un segundo aire y zafarse de la esquina. Difícil porque la crisis institucional provocada por la cancelación inesperada de los comicios, después de 4 horas de haber comenzado, ha sido atribuida por la oposición a maniobras palaciegas con gran influencia en la Junta Central Electoral. Y crecen las protestas en diferentes modalidades (marchas, concentraciones, cacerolazos, memes).

Ante ese escenario, el opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha ganado terreno, pero insuficiente para pasar la barrera del 50% más 1, mínimo requerido de la primera vuelta de mayo. La segunda sería el 28 de junio. El padrón electoral es de poco más de 7,4 millones. file:///C:/Users/Bartolo%20Perez/Downloads/Datos%20Preliminares%20Padr%C3%B3n%20Primarias%202019%20al%207-7-2019%20(2).pdf.

Hasta ahora, no ha logrado capitalizar suficientemente la crisis del PLD y los devaneos de algunos funcionarios del Poder Ejecutivo, diestros en pavoneo, resentimientos y segregación.

Sin una alianza potente, no ganaría la batalla final, y parece que no lo sabe. Nada está consumado aún. El ambiente de triunfalismo fabricado por emotivos actores suyos, abre un boquete al oficialismo, suficiente como para colarse y dejarla “oliendo donde guisan”, si no se espabila y afina la puntería.

Fuera del poder, ya exhiben aires de autosuficiencia y un discurso sobre una “honradez” que no practicaron cuando manejaron dinero del erario. Verdaderos aguafiestas.

Las ausencias del expresidente Hipólito Mejía, su hija Carolina, candidata a alcaldesa del Distrito Nacional y otros dirigentes, en las concentraciones y en la caminata contra la JCE y el Gobierno, que su partido apoya, representan otro ingrediente de peso que mandaría una ominosa señal de fisura.

Una de las razones de su distanciamiento, aireadas en los medios de comunicación, sería un desacuerdo con el acercamiento del PRM a la Fuerza del Pueblo y aliados como la Fuerza Nacional Progresista. Otra versión ubica a Mejía como aliado no declarado del presidente Danilo Medina.   

El ambiente enrarecido por la dispersión de la oposición es, exactamente, el puente que necesitan el PLD y el Gobierno para cruzar el río revuelto.