Sin que me sorprenda, el gobierno dominicano niega que aquí se estén produciendo las violaciones a los derechos humanos indicadas en un reciente informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Pero es imposible tapar el sol con un dedo, las violaciones a los derechos humanos en RD son tan evidentes que negarlas, lejos de ayudar, condena además al gobierno dominicano como mentiroso e irresponsable, y evidencia su ausencia de voluntad política para revertir esta realidad.

Lo honesto, responsable, hubiera sido reconocer las acusaciones contenidas en este informe y recordarle al gobierno americano que no tiene calidad moral para dar lección en materia de derechos humanos, porque también en los Estados Unidos estos derechos son sistemáticamente violados.

También aprovechar para proponerle que, dado su “interés” en esta materia, ambos gobiernos deberían trabajar juntos para corregir algunas de las más groseras violaciones a los derechos humanos que se producen en ambos países.

No es una calumnia decir que los haitianos en RD sufren un trato degradante y abusivo de parte de los agentes de inmigración, sino una cruda realidad. Tampoco son calumnias las ejecuciones extrajudiciales (pena de muerte encubierta de supuestos o reales delincuentes), las detenciones arbitrarias, la generaliza violencia de género, la negación de los derechos sexuales y reproductivos, las amenazas y violencia contra las personas del colectivo LGBTQ+, entre otras.

Pero veamos lo que dice el informe 2022 de Ammesty International (organización que agrupa a más de diez millones de personas que defienden los derechos humanos en más de 150 países) sobre lo que acontece en los Estados Unidos en ese terreno.

  1. La drástica limitación de acceso al asilo sigue siendo la fuente de daños irreparables para decenas de miles de personas que llegan a la frontera con México en busca de protección.
  2. Los demandantes de asilo haitianos son arbitrariamente apresados y son víctimas de tratamiento discriminatorio y humillante de parte de las autoridades fronterizas.
  3. La violencia de género sigue siendo una epidemia, particularmente entre las mujeres autóctonas, víctimas de violaciones y violencia sexual. Son frecuentes las desapariciones y homicidios en este sector de la población.
  4. Se recula en materia de derechos sexuales y reproductivos. Principalmente, desde que la Corte Suprema puso fin a las protecciones federales de derecho al aborto.
  5. Abundan los estados con leyes dirigidas a niños y jóvenes provenientes del colectivo LGBTQ+. La Florida, en particular, adoptó una ley prohibiendo toda enseñanza o discusión concerniente a la orientación sexual.
  6. Se restringe la libertad de reunión, al menos 75 personas fueron arrestadas por haber participado en manifestaciones en reacción a la muerte de Jayland Walker, un negro abatido en Ohio por policías que dispararon 46 tiros contra él.
  7. Al menos 1093 personas murieron de manos de policías que hicieron uso de sus armas de fuego en 2022. La mayoría negros, como siempre.
  8. Se mantiene la pena de muerte en diferentes Estados. Varias proposiciones abolicionistas fueron presentadas en 2021-2022, pero ninguna fue adoptada.
  9. Entre 2021 y 2009, decenas de personas fueron detenidas en el cuadro de un programa de detención secreta dirigido por la CIA, dando lugar a violaciones de los derechos humanos, desapariciones forzadas, torturas y otros malos tratos.
  10. La violencia por armas de fuego no para de crecer en el país. Según las estadísticas de las autoridades públicas, cerca de 49 000 personas murieron por balas en 2021.
  11. En medio de esa carnicería, continúa en aumento la adquisición de armas de fuego no reglamentadas, incremento asociado a la pujanza del extremismo político, xenofobia y racismo. Las matanzas de masas se suceden unas tras otras.

¿Con que cara puede entonces un país que no protege el derecho más elemental de sus ciudadanos, el derecho a la vida, hablar de violación de derechos humanos? ¿Dónde está su interés por los derechos humanos de los tres millones de homeless que, según los investigadores de la universidad Johns Hopkins, mal viven en ese país?

Pero que los Estados Unidos violen estos derechos no debería ser justificación para que todos los países hagan lo mismo.

Por eso, la reacción del gobierno dominicano no es ni honesta ni inteligente. Lo correcto hubiera sido reconocer sus fallas en ese terreno y tomarles la palabra a las autoridades estadounidenses, recordándoles que ellos son los campeones en esa materia, y que ambos gobiernos deberían trabajar juntos para erradicar algunas de más alarmantes violaciones de estos derechos, tanto allá como aquí.