Las relaciones humanas son complejas y es justo por eso que el Derecho existe, para regular el alcance y límites de nuestras interacciones. Cuando se trata de los sentimientos, ciertamente la complejidad aumenta.

En un tiempo en el que se celebran menos matrimonios, los contratos de relación se vuelven cada vez más demandados y útiles para quienes valoran su individualidad. Solo hay que ver las publicaciones sobre “contratos de relación” en TikTok, las que alcanzan casi los 50 millones.

Hablamos de un tipo de acuerdo mutuo, que puede ser legalmente vinculante y en el marco de una relación romántica, que establece los compromisos que cada una de las partes está dispuesta a asumir.

Algunos de los temas típicos que se suelen incluir son: expectativas sobre comportamientos, acuerdos sobre fidelidad o exclusividad, resolución de conflictos, responsabilidades económicas compartidas, hasta límites en asuntos más delicados como la intimidad física o las interacciones con amigos y familiares.

Las relaciones han cambiado y me parece que para mejor. Pero además (en el caso de las mujeres), es un acto de empoderamiento y libertad que fuera impensable unas décadas atrás.

Aunque nos parezca algo extraño, no lo es tanto, puesto que todas las relaciones son inherentemente contractuales, ya sea en forma verbal o escrita. El matrimonio es el mejor ejemplo. Y no se trata solo del aspecto económico, que es una de las principales causales de divorcio, sino que estos contratos se extienden a un sinnúmero de cuestiones que, de no haber acuerdos, pueden poner en riesgo la relación.

Dirán que los sentimientos hacia una pareja no deben ser regulados, y menos por el Derecho, que puede morir el romanticismo y la espontaneidad. La realidad es que hay una generación que ya no se conforma con el simple despliegue de cariño, que tiene exigencias claras a ser satisfechas.

It’s a sign of the times”, como dicen en inglés. Las relaciones han cambiado y me parece que para mejor. Pero además (en el caso de las mujeres), es un acto de empoderamiento y libertad que fuera impensable unas décadas atrás. Estos nuevos modelos de relacionarse hacen repensar la normatividad patriarcal en el sentido de la sumisión y el conformismo que se espera de las mujeres.

No basta con decirlo, quizá debemos también escribirlo.

*Por si quieres crear el tuyo: https://eforms.com/relationship-contract/#5.