Me he animado a escribir esta nota inspirado por los recientes artículos sobre el proceso histórico de nuestro acceso a los acuerdo de Lome de los ex cancilleres José Augusto Vega Imbert https://listindiario.com/puntos-de-vista/20231007/felipe-gonzalez-nuestro-ingreso-convencion-lome_776344.html y Joaquin Ricardo https://listindiario.com/puntos-de-vista/20231009/convencion-lome_776494.html por un lado y por otro del ex gobernador del Banco Central Hugo Guiliani Cury https://listindiario.com/puntos-de-vista/20230930/francia-arbitro-relaciones-haiti_775286.html.
Estos artículos me hicieron viajar en el tiempo. Me veo a mis 26 años saliendo del aeropuerto de las Américas rumbo a Bruselas con el encargo de abrir esa embajada y negociar desde allá nuestro ingreso a la convención de Lomé IV, considerado entonces el sistema de cooperación más generoso y avanzado del mundo. Se caracterizaba por ser producto de un acuerdo donde los países del Sur decidían en que debían usar las donaciones que venían del Norte (la Unión Europa) , y que además daba acceso libre de impuestos al 99 por ciento de nuestros productos sin necesidad de ninguna reciprocidad.
Después de arduas negociaciones, bajo el liderazgo efectivo y presencia casi permanente de nuestro canciller de entonces, Joaquín Ricardo, este firmó nuestra adhesión al convenio en la capital de la República de Togo, en África, el 15 de diciembre de 1989.
Después de cuatro años en Bélgica y ya consolidados los esquemas de cooperación con el país, me tocó seguir vinculado a la convención, pero ahora con un rol regional y desde ahí tuve otro privilegio, la creación de CARIFORUM ( CARICOM + RD y Haití) en Georgetown, Guyana, con el encargo de coordinar el diseño y ejecución de la cooperación europea en el Caribe. Aquí conocí más sobre la complejidad del mundo caribeño, principalmente anglófono. La agresividad de Caricom en tratar de obtener la mayor cantidad de los fondos disponibles obligó a la República Dominicana a hacer un frente común y crear un programa de cooperación binacional con Haití que permitió un acercamiento extraordinario y el diseño de una cartera importante de proyectos transfronterizos como el mercado binacional, la reconstrucción de las aduanas, la carretera Cabo Haitiano Dajabón y el puente sobre el masacre, además de proyectos de medioambiente, cooperación descentralizada, comercio, turismo, educación universitaria, etc.
La vida me volvió a vincular al convenio, ahora desde una perspectiva nacional y de gestión de la cooperación a mi regreso al país en calidad de ordenador nacional delegado del 1995 al 2000, y más recientemente, de nuevo desde una perspectiva diplomática, como ministro consejero de nuestra Embajada y Misión en Bruselas del 2018 al 2021.
Hay que reconocer que las negociaciones de Lomé fueron uno de los procesos negociadores más complejos e interesants que le ha tocado desarrollar a la diplomacia dominicana, como se evidencia en los artículos mencionados más arriba. Hay que destacar que fue un esfuerzo mancomunado de muchos en el sector publico y de líderes políticos de entonces, y aquí debemos destacar la gran contribución al proceso del fenecido líder José Francisco Peña Gómez. También las contribuciones y participación activa e importante de nuestro sector privado. Aquí toca destacar la activa participación del ingeniero Samuel Conde en representación del CONEP, que ejerció de casi diplomático y se involucro totalmente en este proceso.
Esta negociación fue exitosa porque se logró la integración de todos. Fue una muestra de como cuando unimos nuestras fuerzas por una causa, independiente del partido a que se pertenece ,o del sector en donde se esté, se logran las metas.
Además, no hay que olvidar la contribución de la geopolítica entonces. No fue casualidad que lográramos el acceso precisamente en 1989. Recuerden que ese año caía el muro de Berlín, se comenzaba la apertura de los países de Este europeo. Con ese marco geopolítico los países Europeos reacios a nuestro ingreso cambiaron de actitud, pensando que podían usar nuestra adhesión como democracia establecida para influenciar al resto de países ACP y promover el proceso de transformación en el grupo hacia formas de gobierno cada vez más democráticas.
Para reforzar la percepción del país como democracia efectiva, antes de nuestro ingreso formal comenzamos, desde que conseguimos se nos diera el status de observadores , a incluir en todas nuestras participaciones en las asambleas paritarias ( reuniones de parlamentarios ACP y europeos) un diputado de cada uno de nuestros partidos políticos con representación en el congreso entonces ( PRSC, PRD y PLD). Y dimos también ejemplo de cómo administrar los fondos europeos, con efectividad y eficiencia, al crear una Oficina del Ordenador Nacional de Lomé IV, dándole rango de Ministro a su titular y haciéndolo acompañar de un selecto equipo de jóvenes de gran formación técnica y académica, que fue creciendo con los años. Aquí toca destacar al primer ordenador nacional Roberto Martínez Villanueva, profesional de altísimo nivel y naturaleza diplomática nata, y a Max Puig, otro diplomático natural que logró un extraordinario acercamiento con el caribe y con Haití y la creación de varias instituciones del acuerdo incluyendo la oficina comercial con mandato para el país y Haití, “ Caribbean Export”, y el programa regional a nivel universitario que tenia como objetivo luchar contra la fuga de cerebros e integró a nuestras principales universidades con la reconocida “ the West Indies University“ y con la “Université Quisqueya” de Haití.
Un efecto colateral de la cooperación de Lomé, fue la formación como técnicos y diplomáticos de muchos jóvenes que trabajaron en la oficina del ordenador o en algunos de sus proyectos nacionales y regionales y que hoy ocupan posiciones importantes en el Estado, en organizaciones internacionales y el sector privado. Ahora nos identificamos todos como de la “escuela de Lomé”.
Creo que no exagero al decir que nuestro ingreso a Lomé IV transformó nuestras relaciones exteriores de manera radical. Entramos a un club hoy conformado por 79 países ACP, ( 46 de África, 16 del Caribe y 15 del Pacifico, por un lado, y por 27 países de la Unión Europea). Hay que destacar el peso específico de cada componente de las siglas ACP en cada subregión representada. Nuestro grupo es mayoría en la Unión de Países de África, en la organización de Estados Americanos y la cuenca del Pacífico.
En estos años hemos visto el aporte al desarrollo del país con la contribución de miles de millones de Euros en donaciones y/ o préstamos en condiciones privilegiadas, para apoyar importantes proyectos nacionales, y regionales. De la misma manera se han multiplicado varías veces nuestras exportaciones hacia Europa y el turismo también fue positivamente afectado. Hoy disfrutamos de una relación cercana con los países líderes de la región del caribe. Y a pesar de sus altas y sus bajas el convenio a permitido el desarrollo de proyectos transfronterizos con Haití y a nivel regional también con proyectos a favor del comercio, turismos, cooperación descentralizada y la universitaria y medioambiental, para solo mencionar algunos.
La diplomacia dominicana ha sabido usar la convención de Lomé de manera espectacular y hoy vemos los resultados de manera más evidente, gracias a la transformación del servicio exterior dominicano y su profesionalización. Aquí me quito el sombrero ante el presidente Luis Abinader y el canciller Roberto Álvarez y su equipo, por su labor en MIREX estos últimos tres años. Para muestra un botón. Después de esperar 35 años con el mismo rango de ministro consejero, el pasado 18 de septiembre fui designado como embajador ante los Emiratos Árabes Unidos , concurrente con Etiopía, sede de la Unión Africana, el Reino de Baréin y la República de Seychelles. En el mismo decreto también son reconocidos y nombrados otros funcionarios de la carrera que también esperaban por décadas.