La farmacia Séjourné, en Puerto Príncipe, fundada en 1864. Edificio destruido por el terremoto de enero de 2010. Autor: Gilles Jean-Elie

A finales de diciembre fui al internista. Quería cambiar la marca de mi medicación antihipertensiva. Me di cuenta de que en los últimos cinco años mi fármaco había escaseado con frecuencia en el mercado. Tras cada periodo de escasez, el precio subía. Un farmacéutico muy al tanto me aconsejó sinceramente que tuviera mi propia fuente de suministro en Santo Domingo. Ciertamente, tomé la decisión de cambiar de marca tras la visita al médico. Sin olvidar que ese mismo año 2022 el amigo que dominaba el directorio de las agencias farmacéuticas en la República Dominicana acababa de fallecer de cáncer en un hospital dominicano. En mi agenda, el Sr. Paul Jean Baptiste fue una gran personalidad con quien era estimulante debatir sobre los retos de la formación médica y los mercados farmacéuticos en este siglo complejo.

Paul Jean Baptiste y su hija Raphaelle Jean-Baptiste; col. Familia

Al salir de la clínica, pensé en un lector dominicano que me había enviado estas palabras, a raíz de la publicación del texto «En voz baja desde Puerto Príncipe» (Acento, 13-10-2022):

«Un cóctel afrutado para ser consumido al paladar de quien desee.
Piropos a granel, con un dejo de humanidad, para hacer correr sus desaciertos.
A Trujillo lo sacamos de escena para construir lo que tenemos.
En voz baja, mataron a Moïse para producir el caos y la justificación.» (M. A.)

Todavía no se ha hecho ningún estudio riguroso sobre las estadísticas relativas a los accidentes cerebrovasculares causados directa o indirectamente por los llamados «amigos de Haití» (los embajadores de Brasil, Canadá, Francia, la Unión Europea, Alemania, el Representante Especial de la Organización de Estados Americanos, España, los Estados Unidos de América y el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas). Este poderoso club ya ha favorecido la increíble multiplicación de diversas patologías vinculadas a la alimentación empobrecida de los últimos treinta años. Haití está atrapado en las nuevas realidades neoliberales y no saldrá de ellas el mes que viene. A la importación de casi todo se suma el lucrativo comercio de armas y municiones…
Tras comprar dos cajas de mi nuevo medicamento, me pregunté en voz baja: «¿Y si el mes que viene las agencias dominicanas dejan de abastecer a las farmacias de Haití…?»

Si usted tiene la oportunidad de consultar un antiguo comunicado de este club se arriesga a sufrir cualquier ataque. En nombre de la dignidad humana. Pero, desde aquella famosa nota, han multiplicado sus declaraciones como para complacer a los sectores impresentables… «Mientras Haití se enfrenta a graves peligros, los miembros del grupo expresan su deseo de que todos los actores políticos, económicos y de la sociedad civil del país apoyen plenamente a las autoridades en sus esfuerzos por restablecer la seguridad en todo el país, incluidas las zonas actualmente asoladas por la violencia de las bandas, organizar elecciones legislativas y presidenciales libres, justas, transparentes y creíbles en el menor tiempo posible, y garantizar que todos los ciudadanos se beneficien de unos servicios estatales adecuados.» (17 de julio de 2021).