"Cuando te toque ser látigo sé cauto, llegará un momento en que tú también serás espalda". Esa fue la frase que le dijo Alexis Medina a Wilson Camacho. El representante del Ministerio Público reclamó que si él le estaba haciendo una amenaza y la hermana de Alexis Medina que estaba en el fondo respondió "Sí, es una amenaza".

Si la hermana de Alexis Medina no hubiese reaccionado confirmando que sí era una amenaza yo no hubiese tomado esa declaración como tal. Tal actitud ha sido interpretada como una evidencia de que ellos sabían que se iba a variar la medida de coerción porque nadie se atreve a hablar con tanta autoridad y hasta amenazar si no tiene certeza de que eso no va a repercutir en la decisión que está solicitando que era el cambio de medida de coerción.

Pero también formó parte de las conjeturas los que afirmaron que esta decisión era el resultado de la reunión de Luis Abinader y Danilo Medina cuando se encontraron en el funeral de la madre de Temístocles Montás y que conversaron por un espacio de treinta minutos según trascendió en la prensa.

Incluso hubo youtubers que aseguraron ya existía un preacuerdo pues la hermana de Luis había sido la emisaria para conversar con Danilo al respecto.

Al observar todas las conjeturas he reparado en que definitivamente estamos fritos. Tenemos una envidiable primavera jurídica en estos últimos años, pero de nada nos sirve tenerla si no sabemos qué hacer con lo que tenemos.

La gente sigue confundida y aturdida por el bombardeo de información y desinformación, la mayoría carente de juicio crítico y sustentación técnica.

Lo que sucedió no necesariamente fue la decisión de un acuerdo previo entre líderes, simplemente no había manera legal de mantener en prisión preventiva por 21 meses a una persona cuando 18 meses es el máximo.

La gente sigue con la idea de que no hay casos sin presos y confundiendo cambio de medida de coerción con libertad.

En su último libro “Infocracia” Byung-Chul Han afirma que la gente cree que se está informando cuando no es cierto. Con esto refuerza la crítica que se ha hecho a esta sociedad posmoderna de que es la época donde existe mayores medios de información, pero a su vez es la sociedad más desinformada que existe.

Hay una diferencia entre noticia e información. La noticia es una mercancía que, como tal, se compra y se vende. La información requiere exigencia ética, no lo hace cualquiera, ni lo recibe cualquiera. El que comunica cuenta con mensajes transformadores, quien escucha cuenta con habilidades para decodificar.

El que escucha la noticia repite como cotorra irreflexiva y consume como cerdo glotón las miles de informaciones que sobre un mismo hecho se ciernen en las redes sociales y canales de Youtube.

Es cierto que hay demasiado dolor social, la gente quiere presos y con justa razón, pero la justicia tiene sus procesos y eso debemos entenderlo.