(Publicado originalmente el martes 14 de enero del 2003, en la columna Pancarta del Listín Diario)

Remontarse al 12 de enero de 1972, en el escenario de las cuevas del kilómetro 14 de la autopista Las Américas, cuando fueron abatidos Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Pérez, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) y Ulises Cerón Polanco, impone recrear para los más jóvenes el régimen gobernante en aquel momento histórico.

Se registraba el 6to. de los célebres 12 años de Balaguer, caracterizados por la más cruel persecución política, donde cualquier opositor del régimen podía tener como destino la tumba, la desaparición, la cárcel o el exilio.

La Constitución de la República se aplicaba desde el Palacio Nacional bajo el confeso concepto de un ‘‘pedacito de papel’’, mientras instituciones como las cámaras legislativas, el sistema judicial, la Junta Central Electoral, y otras, se manejaban ‘‘de dedo’’, sin respeto alguno.

Dirigentes como Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez, que desde el propio sistema osaron denunciar las violaciones a los derechos humanos y a la institucionalidad, vivían con un pie en el exilio y otro en la clandestinidad.

Los herederos de ambos líderes que la complicidad ha llevado al disfrute del poder, tienen entonces millones de razones para postular por la canonización de San Joaquín de Navarrete.

Pero la historia de los 4 en el kilómetro 14 es imposible de borrar. Amaury, Virgilio, Ulises y La Chuta escribieron una de las más hermosas páginas de heroísmo que registra nuestra historia moderna, al enfrentarse a fuerzas combinadas del Ejército, la Aviación militar, la Marina, y la Policía, asesoradas por la CIA, y reforzadas por unidades militares enviadas desde Puerto Rico.

De extraordinaria calidad humana, Amaury, Virgilio, Ulises y La Chuta, son expresión de la generación de Manolo Tavárez y continuidad de la Raza Inmortal, estirpe que los consagra entre los valores y ejemplos de la juventud dominicana.

Los 4 del kilómetro 14, y cada uno de los que aportaron su vida por un destino digno para el pueblo, no se pueden tener como piezas de museo o motivos para lubricar la nostalgia. Amín Abel había proclamado que hasta después de muerto se sirve a la causa liberadora.

Por eso, la dignidad y las estrellas en la frente de los 4 del kilómetro 14, son manantiales de aliento para la iniciativa por la creación de un nuevo instrumento que enfrente los grupos politiqueros responsables de la corrupcracia dominicana.

*[Esta publicación es parte del Proyecto por la Memoria Histórica Raúl Pérez Peña (Bacho), auspiciado por sus hijos Juan Miguel, Amaury y Amín Pérez Vargas].