De entrada debo referir que de nada sirve una cosa trascendental si los receptores o beneficiarios de su logro no conocen la dimensión del objeto alcanzado en beneficio de todo lo que será su blanco de público. Lo dicho. a propósito de que la Junta Central Electoral se convirtió en este año en el primer órgano electoral del mundo en ser certificado por cuatro normas ISO. A propósito, cabe decir que una certificación de esta naturaleza es prácticamente una jornada que tarda varios meses o años. En este caso, la JCE le tardó más de dos años en cumplir con las exigencias del proceso de certificación, a decir del magistrado presidente del órgano comicial, Román Jáquez Liranzo. Y créame, estas hazañas requieren, además de una voluntad férrea, una disciplina enorme y, sobretodo, trabajo en equipo en atención a que la aplicación o cumplimientos de estas normativas en calidad total descansa sobre todos. Los estamentos de dirección, gerencia y en sentido general el personal de las instituciones que se embarcan en conseguir este sello de aseguramiento de la calidad en sus servicios se rigen por el criterio de hacer las cosas bien, desde la primera vez, todo el tiempo y justo a tiempo, y de reducir errores a tasas cero. Léase bien, control total de los errores, naturalmente, sin dejar de ser humano.
I: LAS NORMAS ISO: Desde el principio al fin, principalmente, ISO 9000, es una serie de normas universales para la administración de la calidad que ha sido adoptada por más de 90 naciones alrededor del mundo. Y las rigen principios, políticas y reglas que la prestigiosa Organización Internacional para la Normalización (por sus siglas ISO), consideran necesarias para asegurar la calidad de los productos y servicios de una empresa. En consecuencia, las empresas o instituciones, en el caso de la JCE, que cumplen con estas normas, pueden llegar a estar ¨registradas¨ o ¨certificadas luego de ser auditadas por una agencia de registro o un ¨registrador¨, a las cuales también se les llaman ¨Cuerpos de Certificación¨.
La organización ISO es una federación mundial fundada en 1946 para promover el desarrollo de la manufactura, el comercio y las normas de comunicación, y hace poco tiempo que se crearon normas en materia de aseguramiento de la calidad en la gestión de procesos políticos y electorales. El caso de la especie que sustenta esta entrega de hoy, y siguiendo la hilaridad del tema, ISO, cuenta con varios comités técnicos que se dedican al desarrollo, mantenimiento y actualización de normas en diferentes sectores, propiamente, el comité técnico identificado como ¨TC176¨es responsable por la normas ISO 9000, Y cabe decir, que estas norma se revisan cada 5 años. Pero como mayor se pueden explicar, las normas aplican a todas las instituciones-referían al principio, industrias-, y fueron desarrolladas primordialmente para situaciones contractuales entre clientes y suplidores, termino a la que no se sustrae la JCE, en virtud de que su misión principal es brindar servicios, en las áreas, de identidad, democracia y montar procesos electores, en los cuales, se convierte en especie de suplidora del principal producto que hoy me he permitido llamar; ¨órgano instalador de las elites gobernantes a través del aseguramiento de un registro de identidad y dominicanidad que sea sólido, autentico, creíble y, sobretodo, que obedezca a la calidad total de su responsabilidad registral¨
Su estándar es lo suficientemente general, de modo que se aplicar a todo tipo de organización; bien sea privada o pública, empresarial o multinacional de manufactura o de servicio, y finalmente, según QSI, Qualite Services International, como firma que funciona en New York, San Juan, Santo Domingo, los Ángeles y otras naciones, refiere que aunque el campo de la calidad está prácticamente repleto-citando la fuente-, de instrumentos, técnicas, normas y filosofías para mejorar la calidad, ninguna de ellas es como ISO 9000 (QSI-03-ISO), y finalmente, quiero cerrar el tema ISO propiamente hablando, refiriendo, que la propia fuente, exclama, ISO 9000, como soporte de la garantía de la calidad para otras normas, exige mucho con respecto al desempeño y documentación-se hace una fiesta cuando una institución recibe la acreditación-es un acontecimiento, palabras nuestras-, y finalmente termina diciendo, obtener y mantener la certificación ISO, no es fácil, pero no hay caminos cortos. Requiere,- matiza-, el compromiso de todos los empleados-y aunque no me gusta el termino-, junteros en este caso, incluyendo todos los niveles de servidores.
II. LAS CERTIFICACIONES DE LA JCE.- Sin lugar a dudas, visto lo anterior, un logro de esa naturaleza, tiene un significado para la identidad y democracia dominicana. Sin discusión, es un paso profiláctico de decirle al país, al sistema de partidos, al cuerpo electoral, tal como decimos más arriba, además de todos los junteros, se requiere de todos los actores del sistema democrático y, los que aspiramos a la garantía total de unos comicios como nos lo merecemos, acorde con la equidad, la transparencia, la certidumbre, credibilidad y confianza, debemos respaldar este gran esfuerzo del pleno de la JCE, que preside, Román Jáquez Liranzo. En consecuencia, me permito entonces, referir las cuatro certificaciones de referencias, son ellas:
- ¨ISO 9001, referente a Sistema de Gestión de calidad.
- ISO 27001, que trata sobre Sistema de Gestión de la información.
- ISO 54001, sobre estándares internacionales para realizar procesos electorales transparentes, y
- 27032, sobre Gestión de Ciberseguridad.
¿Y qué significa todo eso?. Algo descomunal para ver si se corrige la gran estela sombría que se cierne en el prontuario de grandes escándalos -serían unos doce-, empezando por el último, el caso de la suspensión de las elecciones del 2020, de lo cual he apostado simplemente, que si se hubiese montado teniendo esta herramienta de las normas ISO, no hubiera sucedido esa gran afrenta para el sistema democrático. Y por igual, los madrugonazos, los juntazos, los granadazos, la otra afrenta -por no decir, sabotaje-, de lo sucedido con los técnicos en el 2016, que dejaron los recintos solos y sin dolientes, respectos a las claves del escrutinio electrónico, etc.
Por lo tanto, como vimos al referir, en la parte inicial, el significado de las Normas ISO, ha de entenderse la intención responsable de las cuatro certificaciones, ya con ellas, se cubren los déficit de calidad de los principales pilares que debe caracterizar un proceso electoral. Por lo tanto, se asegura, la gestión de calidad en el proceso y los servicios, lo propio, se asegura una gestión de información, lo que significa, que esta parte ha de garantizar que lo que informes del órgano ha de ser sujeto a procedimientos comunicativos óptimos, del mismo modo, la transparencia, que ha sido espada de Damocles –por decir, colgado en pelo caballo en la cabeza de este- en especial obre la verdad de los sucesos-.
Por lo tanto, en razón de que ningún proceso contó con el aseguramiento de la calidad, y que solo el hecho de este gran desafío de la JCE, a leguas, da la sensación de que el aseguramiento de unos procesos de calidad está en acción y en carpeta, y más, por nosotros, declaramos, enhorabuena, esta certificación. Y mayor aún, me dan, como dominicano, un gran sentido de pertenencia, que nuestro país, o sea, la JCE dominicana, haya ganado un record güines en certificación, por ser; el primer y único órgano electoral del mundo en obtener estas cuatro certificaciones, todo lo cual indica, sin apología ninguna, pero, cabe decir, que tener esta honra, es para sentir orgullo y confianza en el venidero proceso electoral. Creo, que se casó con la gloria, y a pocos días de cumplir su primer centenario de ser creada y, que haya recibido cuatro (4) certificaciones en diversos renglones de los servicios que a esta entidad le corresponde garantizarle al pueblo dominicano. Y escribo este artículo, modestamente, como líder auditor de la calidad en procesos, certificado, por DNV, y sería un desperdicio, o que esa hazaña pase sin penas ni glorias, o que realmente la ciudadanía como principal receptora de los buenos servicios no asimile su alcance, respecto a las normas examinadas, y daría pena que, la ciudadanía no pueda interiorizar la trascendencia de su alcance, respecto a la información, o el impacto qué significa certificarse en calidad, como herramienta de trabajo. Enhorabuena.