El ala radical republicana vuelve a ensañarse en contra de uno de los suyos y como si se tratara de un déjàvu, el mismo histórico proceso que nombro al congresista Kevin McCarthy como presidente de la cámara de representantes –   luego de agotarse 15 intentos-. Ahora, ese mismo hemiciclo se reunió esta vez para destituirlo. En un hecho nunca antes visto en la historia republicana de esta nación.

Las razones son diversas las que llevaron a los congresistas ultraconservadores a tomar una decisión de esa naturaleza; pero dentro de las que saltan a la vista, fue el evitar un cierre total del gobierno federal, donde el diputado McCarthy colaboro de manera directa con la bancada contraria. Provocando su destitución de manera inmediata. Evitando el shutdown gubernamental.

Lo cierto es que los conservadores de línea dura han enviado un claro mensaje con la destitución de McCarthy, en medio de la euforia actual de quien será el nominado como candidato a presidente en las próximas elecciones; con la ausencia del principal líder del partido y posible candidato, el expresidente Trump. Ya que afronta cientos de juicios.

La reciente encuesta de la NBC afirma que el “59% de los votantes republicanos apoyarían a Trump”. Y al parecer, la salida forzada de McCarthy es parte de la agenda del GOP, para aseguran quienes están dispuestos a defender el control que tienen en la cámara. Mientras tanto, la situación se pone color de hormiga para el congresista luego de su expulsión y actual crisis generada.

Los republicanos demuestran que lo único que les importa es el preservar el fuerte liderazgo que poseen, junto al crecimiento del esquema opositor de los ultraconservadores del partido. Y de todo lo que están dispuestos a hacer de cara a las elecciones del próximo año. Quitando todo lo que pueda impedir ganar en el 2024. Aunque tengan que llevarse por delante a miembros de su propio partido.

Por el momento, el GOP sigue dando ejemplos de un partido con ganas de consolidar una agresiva agenda política; que no incluye otro proyecto que no sea llegar a la casa blanca y ampliar mayoría en ambas cámaras; aunque esto genere crisis al país; ya que el partido sigue apostando al caos generalizado en todas las estructuras nacionales.

Entre tanto, la moción que destituyó a Mcarthy marca un negativo precedente, sin lugar a dudas, envía un mensaje claro que los radicales republicanos desean se comprenda, sobre lo que están dispuestos a hacer. Y mientras la cámara de representantes estuvo cerrada.

Con todas las actividades legislativas suspendidas tras la destitución; el recién ataque a Israel “forzó” a los republicanos a celebrar un conclave para nombrar a un nuevo presidente. El legislador de Lousiana Steve Scalise. Ahora están atendiendo asuntos como el financiamiento al gobierno federal, así como aportar ayuda por el ataque perpetrado por Hamas a Israel. El presidente Biden comento “Debemos dejar de vernos como enemigos”.

Pero la peligrosa situación que atraviesa la carama de representantes, con la pone en sobre aviso a todos los republicanos que no sigan las directrices del partido. El GOP sigue con sus cañones listos, apuntando a todo aquel que se interponga y estos no saciaran la sed de poder, hasta ver concretado sus anhelos.

De momento se vaticinan, unas elecciones sucias y salpicada de una fuerte polarización de fuerzas y la sonada destitución que se produjo mediante una herramienta congresual llamada moción de destitución, se ha convertido en el elemento más simbólico de este hemiciclo y así lo será por mucho tiempo.