La artista: su mirada. El camino hacia el mundo, su creación artística. Se trata de una exposición que es testimonio de una artista devota y dedicada a buscar sus huellas artísticas. En sus pasos y recorridos por el arte, la artista reproduce lo que sería un homenaje a los grandes creadores universales buscando detalles estilísticos y estéticos en sus huellas, pero también en sus formas expresivas desde una memoria de los símbolos de la pintura y el pintar.

En su recorrido por el arte, la artista ucraniana hace del modelo, el color y la materia visual  un testimonio mediante el cual su mano impulsa  un propósito estético: reproducir modelos pictóricos y gráficos asumidos desde su propio oficio artístico.  Lo que supone una búsqueda en la propia línea formal y temática de los grandes maestros que escoge y visita para acercarse a piezas muy cercanas a su gusto y visión.

El ojo de la artista se apropia del modelo y el detalle para crear sentido  acercándose al espíritu de época de cada maestro escogido para esta expoindividual,  donde los títulos de cada pieza son reveladores de temas y formas que la propia artista trata como seguro valor de homenaje asumido con devoción y seguridad de la  imagen y sentido iconográfico.

Los variados formatos y técnicas que desde su formación aprendió en su lar natal y académico; sus pálpitos pictóricos hacen legibles y fluida la mirada y el mirar en el espacio cromático y direccional de lo pintado. Retratos en óleo y acrílica sobre cartón y tela, fluyen como valores humanizados junto a vuelos angélicos, corpóreas criaturas y cromatismos aplicados que permiten entender soluciones técnicas modernas y tradicionales conjuntamente con tratamientos mixtos y formales que la artista ensaya con esmerado cuidado, a partir de registros renacentistas , populares y modernos. Los mismos son ajustados mediante composiciones bien articuladas.  Además, la artista incorpora los signos de la cultura popular de su país de origen y el tipo de colorido presente en la pintura ucraniana (popular y culta).

También se hace observable la variedad colorista infusa y el trabajo delicado en cada título elegido. Sobresalen en este sentido piezas como “Mi Ucrania,  “Ángel de paz”, “Bodegón con escultura romana. Tres gracias”, “Bodegón con ave azul”, “Bodegón con autorretrato de Rafael Sanzio”, y, en otra tesitura, con acentos destacados, el “Bodegón con dama, a la memoria de Leonardo da Vinci”. Otras piezas pictóricas como “Ángel de luz” y “Ángel dormido”, hacen alusión a la tradición religiosa de Ucrania y otros países eslavos y orientales.

El retrato prolifera en su obra realizada hasta ahora, así como también en esta expocolectiva, como género visual tradicional ligado a homenajes de maestros; la copia que hace Balanutsa del artista francés William Adolphe Boughereau (30-11-1825/19-8–1905), “La imagen de Cristo del palio de Turín”, “Retrato de mi nieto”,  “Retrato de mi nieta”, “Retrato de Wolfgang Amadeus Mozart” y  “ Retrato de María de Mozart”, a la memoria de todas las mujeres talentosas excluidas de la producción artística y social, debido a las normas y prejuicios contra la mujer en la Europa occidental y oriental.

Es muy importante observar en esta Expo-individual el exquisito tratamiento de los temas y las técnicas desde el punto de vista del oficio de pintor- dibujante o artista gráfico. Pues los insertos y “citas” en los cuadros, a modo de relato y diálogo temático-formal constituyen la belleza del trabajo de esta artista. En efecto, Balanutsa posiciona su trabajo en la historia y tradición del arte ucraniano y occidental. Su obra guarda sus propios ritmos, lo que acentúa los gestos, rasgos formales y alegoremas de su creación visual.