Miércoles Santo en el que una canción te pincha, te desinfla, te saca esos aires pesados que luego se transforman en una taza en la que caerás, más pequeño y frágil que un cubo de azúcar en un té de Mumbay.
Vas cayendo con pedazos de tus mejores películas, los hoyitos en la cara de la niña más dulce con la que nunca pudiste ir al cine, los minutos finales en los que San Lázaro no pudo llevarse el campeonato de baloncesto, los brinquitos de imbéciles de los del Apolo 11 y tú luego haciendo lo mismo con tus tennis nuevos.
¿Qué hacer en este jodido país? ¿Qué hacer con el payaso ahí, en el mismo espejo?
¿Cuáles migajas seguiremos esperando entre ese chorro de conocidos todo-está-bienistas y no-tengo-tiempistas que desgranan fritoleys y caviares y cavas carísimas aunque medio tibias?
Y sí, Super. Y sí, adorado Charles, lo sé: me ahorro los mantras tan importantes como un secador de pelo en el Sahara. Nada existe. Somos sombras. Son los tiempos del Kaliguya. Maya sonríe. Hare Rama Hare Krsna Hare Krsna. Cálmate. Vuelve a la cervecería de la Sunny en la 27 y bájate tu cerveza belga y cálmate, que Charles te llamará, que su reunión acabará, oh, Om Om Om. Claro que son los tiempos del Kaliguya y del Ramayama. Oh Indie, qué camisa más bonita, y con flores inusuales. Oh. ¡Ohhhh! “Sombras nada más entre tu vida y mi vida”.
Sí, sí: jodido país con tantas mentiras, abusos, vainas que no funcionan, tapones, caras genéricas, frases que dan asco, como la de “aportar un granito de arena”. Cada día un ladrón nuevo, una elección cada vez más pésima del funcionarito tal, un corrupto soñando con Dubai aunque tenga que chuparse un par de meses en Navayo Varón o Hembra. Cada sábado Nuria destapando la olla de los desastres aunque dos horas después se vaya a su casa, se quite el maquillaje, chequee twitter, insta, llame a Alicia, Alicia va en coche, pero seguro que llegará el sábado y Nuria… ¿Eh?
¿Cómo es posible que los libretos del día a día dominicano sean tan consabidos, manidos, carcomidos, mal comidos? ¿Cómo salvarse de este fatídico calendario de héroes, fechas patrióticas, de miedo, de sangre, de enfermedades, de prevenciones, de instituciones, de todas las profesiones al altar, de todos los frutos del mundo como anillos de Saturno? ¡De qué manera se le echa agua al vino! ¿Encontraremos la clave de estos y otros misterios en la manera en que el dominicano le echa café al azúcar, esa obligatoria Cola con más hielo con Cola, esos peinados horribles de nuestras funcionarias, esos pelos engominados de nuestros chicos del banco? Y para colmo quieres ver a un posible Gurú mientras la secretaria te dirá que tejes tu número, que el Míster está en reunión.
¡Oh, Aquiles, Gran Hombre de Éxito, ampáramos!