Con la aprobación en primera lectura esta semana de la Ley de Extinción del Dominio, la República Dominicana resuelve en parte un letargo de más de una década de posposición de varios gobiernos.

Ahora, la nación se coloca a la par de paises que han tomado la iniciativa de ponerle “fin” a los bienes producto de transacciones ilícitas como resultado del crimen organizado.

La ley del extinción del dominio surge de la necesidad de que el Estado tome control/posesión de los bienes que han sido permeados por el crimen organizado.

Varios países de Latinoamérica en la actualidad, Europa, Canada, Reino Unido y Los Estados Unidos cuentan con legislaciones dirigidas a perseguir y confiscar la riqueza fruto de labores delictivas, ahora La República Dominicana decide girar en la misma órbita.

La confiscación de bienes y su redistribución por parte del Estado es algo que debió ser considerado por los legisladores. Hace años como una prioridad para acabar con los problemas que originan las fortunas alcanzadas.

La aprobación de esta ley proporcionará un respiro para que los miles de millones de dólares que son financiados por estas organizaciones al servicio del mal no se mantegan en Stadby por sectores que se benefician del comercio del mal y quienes no les interesaba que la misma se aprobara.

Los índice de crecimiento experimentados por la República Dominicana en los ultimos años son reales; pero no podemos obviar los nombres que figuran en la lista de La Administración de Drogas (DEA por sus siglas en inglés). Donde se encuentran Ramón Antonio del Rosario Puente, alias Toño Leña, César Emilio Peralta, alias César el Abusador, Jesús Pascual Cabrera Ruiz, José David Figueroa Agosto, Junior Cápsula. Rolando Florián Feliz, Jesús Pascual Cordero Martínez (El Chino), Manuel Mesa Beltré, alias El Gringo o Quirino Ernesto Paulino Castillo, entre muchos otros.

Alguno de los narcotraficantes que la combinación de sus fortunas podrían salir en la Revista Times como una de las celebridades “más influyentes” del mundo como se hizo con El Chapo Guzmán. No es necesario pensar el porqué la ley tardó tanto para hacerse realidad.

Lo trascendental aquí es no cuestionar cuál patido la apoyóy cuál la rechazó. La sociedad tiene memoria y el tiempo se encargará de evaluar los efectos de la legislación.

Lo importante ahora es llevar adelante la ley de Extinción de Dominio para reforzar el combate contra el crimen organizado.