En el intrincado devenir de la vida, en el caso de la política, que es el que ocupa estas líneas y nuestras existencias, hay nombres y mujeres que resuenan con fuerza, marcando épocas y transformaciones, unos en los ámbitos nacional e internacional, y otros en sus patrias chicas, como es el caso del autor de este artículo.

Entre esos dos personajes estamos Leonel Fernández y Rafael Méndez, desde dimensiones ni remotamente comparables, aunque nuestras vidas políticas se han entrelazado de manera significativa por la misión que nos ha servido de horizontes, y que encarnan y reflejan la complejidad y dinamismo de los escenarios y coyunturas política de los últimos cincuenta años.

Leonel Fernández ha dejado una huella imborrable en la historia política de la República Dominicana, con una impronta que trasciende lo nacional durante sus tres periodos como presidente de la Republica. Su liderazgo, carisma y visión han moldeado no solo el panorama político nacional, sino también su proyección internacional, medio en el que ha redimensionado el nombre de su país.

Durante los mandatos de Leonel Fernández, la República Dominicana experimentó cambios significativos en los más amplios y diversos ámbitos de la vida de la población, como la expansión de la clase media y la superaración de los niveles de pobreza de miles de dominicanos y dominicanas, y hay que destacar la modernización del estado como un inédito y relevante de su gestión en la superestructura del poder, la modernización del Estado.

Y como da vuelta el mundo

Por mi parte, he tenido el honor de servir como diputado durante tres períodos en representación de la Provincia de Bahoruco. Durante mi tiempo en el Congreso, he trabajado incansablemente para representar dignamente los intereses de mi comunidad y abogar puntuales y políticas que promuevan el desarrollo y el bienestar de nuestro pueblo, en el que idealice a la comunidad educativa como el horizonte que marcó mi impronta.

 

Leonel Fernández, y yo fuimos miembro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la más grande categoría política alcanzada en el partido, como la definía el fundación, líder y guía, Juan Bosch, el cómo fundador y yo que llegué y permanecí en las filas del PLD durante casi treinta años, compartiendo en las que compartimos ideales y luchas dentro, pero como todo en la vida, en la trayectoria de los seres humanos, llega un momento en el que las circunstancias imponen nuevos horizontes.

De ahí que Leonel Fernández, como líder tomo la decisión de abandonar las filas del viejo partido que lo vio crecer y evolucionar políticamente, y yo le seguí los pasos, una decisión que no resulta fácil para nadie, pero fue impulsada por la convicción de que era necesario un cambio, una nueva dirección que respondiera a las demandas y aspiraciones del pueblo dominicano en un contexto político y social cambiante.

Es así como ambos encontramos un nuevo hogar político en el Partido Fuerza del Pueblo. Esta nueva plataforma nos brindó la oportunidad de seguir adelante con nuestras convicciones y continuar sirviendo a nuestra nación desde una perspectiva renovada. Ahora, bajo la bandera de Fuerza del Pueblo, nos postulamos nuevamente para las mismas posiciones que ocupamos en el pasado, con el compromiso de seguir trabajando por el bienestar y el progreso de la República Dominicana.

El camino compartido con Leonel Fernández no solo refleja las vicisitudes y transformaciones inherentes a la política, sino también la importancia de adaptarse y evolucionar con los tiempos. Aunque nuestros roles y responsabilidades pueden haber cambiado, nuestra dedicación al servicio público y nuestro compromiso con el país siguen siendo inquebrantables.

En última instancia, Leonel Fernández y yo compartimos un vínculo más allá de la política: el profundo amor por nuestra patria y el firme compromiso de trabajar incansablemente para su bienestar y desarrollo. En este nuevo capítulo de nuestras vidas políticas, estamos listos para enfrentar los desafíos que se presenten y seguir construyendo juntos un futuro mejor para nuestro pueblo.

Más allá de lo nacional

Nuestros caminos políticos no solo se han cruzado en el ámbito nacional, sino también en el seguimiento de la geopolítica, la comunicación social y la defensa del multilateralismo. Ambos compartimos una visión global de la política, reconociendo la importancia de entender y actuar en el contexto internacional para promover los intereses de la República Dominicana y contribuir a un nuevo orden mundial.

En cuanto al seguimiento de la geopolítica, tanto Fernández como yo hemos sido conscientes de la importancia de comprender las dinámicas globales y sus implicaciones para nuestro país. Desde los desafíos de la seguridad regional hasta las oportunidades de cooperación internacional, hemos trabajado para mantenernos informados y tomar decisiones políticas fundamentadas que reflejen una visión amplia y estratégica.

Además, ambos compartimos un compromiso con la comunicación social como herramienta para informar, educar y empoderar a los ciudadanos. Reconocemos el papel crucial de los medios de comunicación en una sociedad democrática y hemos abogado por políticas que fomenten la libertad de expresión, el acceso a la información y la diversidad de voces en el espacio público.

Asimismo, tanto Fernández como yo hemos defendido fervientemente el multilateralismo como el marco ideal para abordar los desafíos globales, en un mundo cada vez más interconectado, creemos en la necesidad de fortalecer las instituciones internacionales y promover la cooperación entre países para enfrentar problemas como el cambio climático, la pobreza, la migración y las crisis sanitarias, la paz, la independencia, soberanía y autodeterminaciones de los pueblo y naciones del mundo.

Nuestra coincidencia en estos temas trasciende las fronteras partidistas y refleja un compromiso compartido con el bienestar y el progreso de la humanidad en su conjunto. Ahora, bajo la bandera del partido Fuerza del Pueblo, nos postulamos nuevamente para servir a nuestro país, con la convicción de que junto a nuestro pueblo podemos enfrentar los desafíos del presente y construir un futuro más próspero y equitativo para todos los dominicanos y las dominicanas.