La elección y la reelección presidenciales son dos tópicos del ideologema mayor voluntad popular, el cual comporta otros tópicos de importancia. Ese ideologema a su vez, forma parte del entramado del sistema democrático, el cual comprende en su parte sustantiva, además, los ideologemas Estado de Derecho y Justicia social.

La elección y la reelección son los temas más dinámicos e importantes de la política en las sociedades democráticas. En de la actualidad, en nuestro país se vive la fiebre de la campaña electoral para las elecciones de mayo de 2024.

Y entre los elementos más interesantes, estamos ante la expectativa de la decisión de Luis Abinader, presidente de la República, acerca de si buscará o no la reelección para el venidero cuatrienio. Es seguro que se repostulará, pero lo que no sabemos mediante cuáles argumentos y estrategias.

Qué cosa agregará al “gobierno del cambio” para que haya más cambio. El mecanismo está en marcha,  pero la narrativa reeleccionista apenas comienza. Por eso, la que aquí quiero compartir es la que puso en marcha Leonel Fernández para lograr la presidente de la República durante tres períodos.

El reelecionismo de Leonel Fernández

En el período 1996-2012, en los discursos de Leonel Fernández es evidente que el Estado de Derecho y la libertad son, en la dimensión política, los dos tópicos que encierran la mayor carga semántica del ideologema progreso.

Esos tópicos son las manifestaciones más trascendentes en esos discursos . Pero, los conceptos de voto popular y elecciones marcan la vía mediante la cual se llega, en forma democrática a esas metas. Son la vía “razonable”, “civilizada”, “iluminada”, que el liberalismo, hermano del iluminismo, apunta como progreso de las ideas y las prácticas políticas en las sociedades modernas.

Las explicaciones de la actitud reeleccionista de Fernández permean sus discursos desde 1998, siendo presidente, cuando expresó que no era partidario de “satanizar la reelección”. Están presentes también en los discursos de campaña, como en el 2002 y 2004, pero como oposición a la reelección de Hipólito Mejía, por ser ética y constitucionalmente nefasta.

Ese es, en general, el pensamiento del discurso político democrático, en el sistema de la democracia representativa.  Fernández ha defendido la vía de la voluntad popular y las elecciones para acceder al poder político.

Elección y reelección son dos conceptos presentes en forma repetitiva en los discursos de Fernández del pasado. Elección es alternabilidad. Y reelección no es necesariamente ausencia de alternabilidad y dictadura. Para él, lo distintivo de la voluntad popular, aún en forma de reelección, es que garantice el Estado de Derecho, la libertad y el progreso.

Las elecciones son así, en el discurso de ese líder político, una herramienta de progreso. Progreso democrático y progreso económico y social.

En ese contexto,  Fernández consideraba su reelección como parte del proceso democrático liberal que debía hegemonizar la política en el país, pues hasta aquellos momentos, había regido gobernar indefinidamente en la dictadura o en por períodos muy breves en la democracia inestable de la historia del país.

Así, en 2007, en el discurso de proclamación de su candidatura para las elecciones de 2008, él recurre a un vocabulario y a una semántica de la reelección favorables a sus proyectos:

–Reelección: parte consustancial del sistema democrático.

–Antirreeleccionismo: carece de razones de principios.

–Reelección por un segundo mandato: es constitucional y válida históricamente y por principios.

–Reelección en los 12 años de Balaguer: reelección nefasta por las condiciones en que se daba. El país vivía en una contrarrevolución.

–Reelección suya en el 2008: es una consolidación de la democracia y del Estado de Derecho.

El discurso del 27 de febrero d 2008, fue el último de rendición de cuentas de la gestión de gobierno 2004-2008. En ese discurso, Fernández presenta un balance altamente positivo del estado de la economía del país usando las metáforas de la salud y la enfermedad . En ese lapso la crisis fue superada y se logró el progreso económico y social .

Con el reconocimiento de los logros de su gobierno por el FMI en la superación de la crisis económica heredada del gobierno de Hipólito Mejía, Fernández da de “alta al paciente de la economía dominicana”, la República Dominicana, en su último discurso de rendición de cuentas de su gestión 2004-2008, pronunciado l 27 de febrero de 2008.

“Esas palabras del directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional equivalen a dar de alta al paciente de la economía dominicana, que bajo signos de cuidados intensivos había sido internado, a finales del año 2004, para ser sometido a múltiples terapias, todas dolorosas, intensivas y mortificantes”.

La plétora del progreso

Esa comparecencia es un balance general del progreso alcanzado en ese lapso, cuyo símbolo y realidad principal es la terminación del Metro de Santo Domingo. La palabra progreso aparece tres veces, pero los signos de ese ideologema se multiplican al por mayor y al detalle, haciendo de este concepto la base de una estructura discursiva elaborada para mostrar el apogeo del país duran su sus gobiernos.

El progreso es un figura pletórica que enlaza sus piezas discursivas. Aunque es una hechura que se crece en pleno proceso electoral viaja y se extiende en los discursos de juramentación y en los de ejecución presidencial.

En ese sentido, la estrategia es por un lado mostrar el fracaso del PRD en el período 2000-2004, al sumir el país en una grave crisis económica y social, y por el otro, glorificar los éxitos de la gestión del gobierno del PLD, al lograr, en cuatro años de gobierno, 2004-2008, la superación de la crisis, mediante dos grandes manifestaciones de progreso: el desarrollo económico y la justicia social.

Así, ese discurso debe leerse como una ecuación semiótica que distribuye todo el contenido en dos polos. Uno negativo, el PRD, 2000-2004; otro positivo, el PLD, 2004-2008. La estructura ordena explícitamente los datos, las cifras, los conceptos, las ideas y todos los signos del atraso y del progreso.

Toda la referencia a 2004 hacia atrás, lleva signos de menos. Toda la de 2004 a 2008, signos de más. Veamos algunos enunciados sobre el progreso en el área agropecuaria.

Durante los últimos tres años:

–La producción de pollos pasó de 9 millones a unos 15.5 millones de unidades al mes

–La producción de huevos, de 90 a 150 millones de unidades mensuales

–La producción de arroz pasó de 8.2 millones de quintales a 10.7 millones

–La producción de cerdas madres, de 35 mil unidades a 80,000

–La producción de leche, de 384 millones de litros a 600 millones de litros el año pasado

Por ser tan significativo –por lo simbólico y por la eficacia– ese discurso merece ser estudiado como ejemplo de exhibición del ideologema progreso en los discursos de Leonel Fernández. En él, hay varios momentos.

1.El primero expone los éxitos alcanzados en el crecimiento y el desarrollo económico. Obsérvense estos enunciados con significación de progreso económico.

“Todo eso ha cambiado drásticamente durante los últimos tres años. Los logros alcanzados con el crecimiento económico de los últimos tres años han sido el resultado de la disciplina y la responsabilidad con las que el Gobierno, desde el inicio de su gestión, ha procedido a aplicar el conjunto de políticas macroeconómicas. Pero haber restaurado la estabilidad, haber recuperado la confianza y haber reactivado el crecimiento y sostenido de nuestra economía, no es un mérito que sólo corresponde al Gobierno”.

“En el 2004 las reservas internacionales fueron tan sólo de 352.2 millones de dólares. ¡Cuánto ha evolucionado el país desde entonces hasta la fecha! ¡Cómo se ha restablecido la confianza y reactivado la inversión! ¡Cómo se ha consolidado la estabilidad y el crecimiento! ¡Por eso han crecido las reservas internacionales!

“En resumen, al pasar revista a los distintos indicadores del comportamiento de la economía nacional, podemos decir, con absoluta certeza y entera satisfacción, que en la actualidad, al día de hoy, estamos mejor que cuatro años atrás”.

El triunfo se corona en estas voces de algarabía y entusiasmo:

“Al haber crecido la economía, estamos mejor.

Al haber disminuido la inflación, estamos mejor.

Al haberse reducido y estabilizado la tasa de cambio, estamos mejor”.

En el ámbito de la justicia social, el progreso no es menos. Es una consecución directa del progreso económico, Leonel Fernández así lo explica.

“Sabemos que el objetivo de todo plan estratégico de desarrollo económico es precisamente el de mejorar la condición de vida de las personas, reducir los niveles de pobreza y desigualdad social y crear oportunidades para que todos los seres humanos puedan disfrutar de condiciones dignas y justas”.

  1. Luego, diversos enunciados sintetizan el progreso social durante los años transcurridos desde 2004.

“Aún falta un largo sendero por recorrer para erradicar la pobreza en la República Dominicana, pero el camino de estabilidad y crecimiento productivo es el único históricamente conocido por el género humano que puede conducir a la conquista de tan nobles ideales.

“¡Y por ese camino es que nos dirigimos!”

“En resumen, podemos afirmar, sin lugar a equívocos, que, durante esta gestión de Gobierno, el pueblo dominicano come más y mejor que cuatro años atrás”.

“En definitiva, los avances mostrados en la recuperación del sector eléctrico nos permiten asegurar que a más tardar en el año 2012 se habrán erradicado definitivamente los apagones, se habrá terminado de electrificar todo el país y se habrán reducido significativamente los precios de la energía a los consumidores. Sólo entonces podremos realmente decir que la República Dominicana entró al siglo XXI”.

“Como puede apreciarse, no creo que pecaríamos de exagerados si dijésemos que, en la República Dominicana, en materia de educación, definitivamente: ¡E’Pa’lante que vamos!”

“Hace tres años no existía el Seguro Familiar de Salud del Régimen Contributivo. Su entrada en vigencia fue pospuesta en múltiples ocasiones. Se requirió de mucha voluntad y de mucha firmeza para que finalmente su aplicación se iniciase en septiembre del año pasado. En la actualidad, ya hay más de un millón 350 mil afiliados. El sistema se ha ido perfeccionando y continuará perfeccionándose con el tiempo. Su plena consagración significará la más profunda revolución jamás imaginada en el sistema de salud en la República Dominicana. Estamos convencidos que así será”.

3.Un tercer grupo de enunciados recoge, en forma enfática, el resultado general del maravilloso progreso alcanzado en todas las áreas. El lenguaje del superlativo se combina en esa evaluación con el lenguaje exacto de los datos, las cifras y los porcentajes. Es un ejercicio de sueño y realidad.

“Señores legisladores, ilustres invitados:

“A pesar de estos indudables logros alcanzados durante los últimos tres años, sería un gravísimo error creer que la República Dominicana, de repente, se ha convertido, por arte de magia, en el Paraíso Perdido de John Milton, o en un lugar idílico que sólo existe en el mundo del ensueño y la ficción”.

“Nosotros, como sociedad y como parte de una civilización, avanzamos permanentemente hacia el cambio; y ese cambio se acelera a favor del progreso y el bienestar, en la medida en que actuemos unidos como nación”.

“Señoras y señores:

“Al cumplirse 164 años de la fundación de la República, nunca antes nuestra bandera había ondeado con mayor intensidad. Nunca nuestro escudo había brillado con mayor esplendor y nunca nuestra dominicanidad se había sentido con mayor orgullo y con mayor sentimiento patriótico”.

“Hoy somos más fuertes que nunca. Tenemos presencia en todos los continentes del planeta. Tenemos compatriotas ilustres que se han destacado más allá de nuestras fronteras. Tenemos atletas, tenemos poetas, tenemos artistas; tenemos hombres y mujeres laboriosos. Tenemos un pueblo honrado e inteligente, dotado por Dios, el Creador, de virtudes excepcionales”.

El Metro de Santo Domingo es el apogeo de ese “progreso y bienestar” acelerado. La colocación de ese tema al final del discurso busca doble efecto en la eficacia del gobernante: un final apoteósico de la oratoria y una prueba práctica de la llegada del progreso.

“Como parte del avance y de la prosperidad experimentados por nuestro pueblo, el año pasado, en este mismo recinto, ante esta misma augusta Asamblea, hice una grave y solemne promesa. Hoy he venido a cumplir mi promesa. Les pido que me acompañen. Que subamos al Metro. Que subamos al progreso”.

Con esa invitación y con la analogía Metro igual a progreso, el discurso del 27 de febrero dejaba abierta la perspectiva reeleccionista para los próximos años.

La disyuntiva en las elecciones de mayo de 2008, expuesta en discursos anteriores, estaba presente nueva vez en estos términos dilemáticos y realmente trágicos en el discurso reeleccionista de Fernández: sin mí en el poder nos esperan momentos de crisis y atraso del país; conmigo en el período 2008-2012 se garantiza la continuación del progreso y el bienestar del pueblo .

De esa manera, el discurso reeleccionista y el discurso progresista fueron recursos decisivos para la permanencia de Fernández en el poder hasta el 16 de agosto de 2012.