“Un lider que aspire a dirigir un país en la presente coyuntura debe poseer una visión amplia u una formación integral que le permita comprender la interconexión entre los diferentes aspectos del panorama mundial, desde los conflictos regionales hasta los avances tecnológicos globales”.
Los dominicanos y las dominicanas parecemos colocados de espalda a la compleja y desafiante incertidumbre y convulsa realidad que sacude a una parte importante del mundo, y cuyos efectos impactan de manera negativa a todo el universo, siendo la más preocupante la situación volatilidad matizada por la competencia entre las grandes potencias.
Pero al mismo tiempo, nos encontramos ante una insoslayable realidad caracterizada por los indetenibles y vertiginosos avances tecnológicos, liderados por la inteligencia artificial, que están supuestos a dar un vuelco positivo a todo el mundo, a tal dimensión que ni siquiera los más experimentados gurúes se arriesgan a vaticinar de hasta donde podría impactar a la humanidad en el corto plazo.
“Es en medio de esa insoslayable realidad mundial, con efectos locales, que los líderes del siglo XXI deben ser visionarios, adaptables, resilientes, diplomáticos, comunicadores excepcionales, emocionalmente inteligentes, y que posean una visión amplia y una formación integral que le permita comprender la interconexión entre los diferentes aspectos del panorama mundial, desde los conflictos regionales hasta los avances tecnológicos globales.
“Sólo aquellos líderes que posean esta combinación de habilidades podrán conducir a sus países hacia un futuro más próspero y seguro en medio de la incertidumbre geopolítica y geoeconómica actual”, es una advertencia socorrida por quienes siguen el día a día el acontecer mundial, en término de los conflictos bélicos y los avances indetenibles de las nuevas tecnologías, liderada por la inteligencia artificial.
Y acotan lo siguientes: “En resumen, la situación geopolítica y geoeconómica actual del mundo es compleja y desafiante. Se observa una mayor incertidumbre y volatilidad, así como una creciente competencia entre potencias. Es necesario un enfoque multilateral y cooperativo para abordar los desafíos globales y construir un futuro más sostenible y próspero para todos”.
Leonel es el lider para este tiempo
Se necesita de líderes experimentados, “capaces de pilotar sus naciones en medio de los cambios en el orden internacional a los que asistimos”. Líderes que tengan “una visión comparable a la que se obtiene desde lo alto de una montaña", establecen los destacados políticos norteamericanos Henry Kissinger, en su último libro “Liderazgo”, y el fenecido expresidente Richard Nixon, de su libro “Lideres”.
Retrotraído a la presente coyuntura de la República Dominicana, y sus perspectivas de mediano y largo plazo, me encuentro que la descripción, advertencias y condiciones del líder que definen Kissinger y Nixon encuadra perfectamente con las cualidades excepcionales que adornan al ex presidente Leonel Fernández, por lo que en la lectura de ambos textos “entre líneas me aparece el líder de la Fuerza del Pueblo”.
Nadie en este país regatea que el ex mandatario es un líder estratégico, “necesario para estos tiempos”, y como lo establece Kissinger, portador de una “dimensión intelectual que le cabe el país en la cabeza”, con un profundo y amplio dominio de las complicadísimas situaciones en las que está envuelta el mundo actual, pero también un Leonel que tiene “la dimensión intelectual que le cabe el mundo en la cabeza”.
“Es en esas situaciones, que algunas cualidades de liderazgo aparecen como fundamental: las dotes de análisis, la capacidad de inspirar a otros, la de comunicación, la firmeza de carácter para mantener ese camino, incluso frente a la adversidad, o la habilidad para gestionar riesgos, dibujan un retrato del líder ideal.
Sobre la base de estas cualidades esenciales, Kissinger define una tipología del liderazgo articulada sobre los dos modelos básicos del «estadista» y del «profeta», “en la que ambos deben aspirar a reunir todas las cualidades propias de un líder, pero, mientras el primero es, ante todo, un buen gestor que aplica su esfuerzo a la preservación del modelo de sociedad que lidera, por el contrario, el profeta está orientado al futuro que no se conforma con gestionar el statu quo, sino que aspira a transformarlo”.
Reacción del doctor Pedro Mendoza a uno de mis artículos
“Como el actual régimen utiliza la filosa daga de la corrupción en el Estado contra el PLD, pero simultáneamente no ha tenido una iniciativa o plan claro y propio contra la carestía de los alimentos y las medicinas y otras mercancías de alto consumo.
“Es altamente probable que los votantes en el 2024 redirijan sus votos y preferencias hacia Leonel Fernández al considerar que ya una vez tuvo acierto en interpretar correctamente el camino que debía seguir la economía lo que contribuyó a una mejoría sustancial del nivel de vida de la gente en sentido general”.