La Corte Suprema de Justicia fue creada en el 1789 y es uno de los poderes más importante del sistema de justicia Estadounidense, cuyas sentencias son consideradas un legado para la historia de la nación y mucho más. Para el proceso de selección de los jueces, cada uno de ellos deben pasar por el escrutinio público y del consentimiento del senado.
Pero la selección de algunos de magistrados se ha visto empapada de escándalos y cuestionamientos. Por ejemplo, el juez Clarence Thomas, fue el segundo afrodescendiente elegido para el alto tribunal, cuya elección estuvo matizada por un supuesto escándalo de acoso sexual a hecho por Anita Hill que hasta el día de hoy le persigue.
En la actualidad, tanto él cómo su esposa Virginia Thomas vuelven a la palestra pública, siendo sujetos de una investigación que revela el supuesto conflicto de intereses entre ambos para deslegitimar las pasadas elecciones presidenciales.
Otro de los casos, fue el del juez Brett Michael Kavanaugh, que fue impuesto por el partido republicano con el marcado interes de hacer del organismo un círculo cuyas decisiones se inclinaran a la rama conservadora. Kavanaugh, fue acusado por la educadora Christine Blasey Ford y otras mujeres más de acoso sexual; pero al final el poder lo impuso.
“Cuatro características corresponden al juez: escuchar de manera cortés, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente”. Sócrates.
En tanto que, en el caso de la devota católica Amy Coney Barrett, su llegada al máximo tribunal no se produjo por ningún tipo de escándalo en particular, más es bien sabido que ella es la máxima representación de todo lo que los de la derecha enarbolan: apoyo al porte y tenencia de armas, penalización del aborto, políticas antimigratoria, leyes que segregan el voto de las minorias etc.
Se da por seguro que los hombres y mujeres que representan este tribunal, deberían ser un ejemplo solemne de integridad, ya que las sentencias que emanan constituyen un precedente que sujeta a los demás poderes y la propia constitución a respetarla. Como una transcendental pieza de valor histórico y legislativo, por el principio de plenitud hermética del derecho.
Histórica, porque se convierte en un referente relevante que decora la judicialidad dentro del estado de derecho del país y dependiendo el context, hasta del mundo y legislativa, porque se las mismas son sujeto de amplio análisis dentro del marco judicial.
Sin embargo, la solemnidad que debe acompañar la imagen de estos representantes desde hace años se ha visto empañada desde el proceso mismo de la elección de los jueces y consecuentemente por las decisiones de estos. Que no representan los intereses de la mayoría, sino los de un sector.
Deberían mantener la independencia, creando sentencias que puedan servir de soporte legal dentro del régimen democrático Estadounidense, contribuyendo al fortalecimiento de los principios constitucionales y ciudadano.
Pero los últimos escándalos han puesto en entredicho la finalidad con la que fue creada la Suprema Corte de Justicia. Es necesario que tanto el partido Demócrata como el Republicanos analicen el origen de para qué fue creadaa una institución de esa naturaleza en la nación
Que los jueces reconozcan que su papel y desempeñó prevalecerá por siempre y que independientemente de su preferencia política o vida privada, su legado es tomado como punto de partida por las generaciones que le sustituirán.
Jóvenes que anhela emular su “ejemplo” y que algún día ocuparan la silla que ellos dejarán. Y que como dijo el filósofo griego Sócrates, existen “cuatro características corresponden al juez: escuchar de manera cortés, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente”.