En un reciente discurso durante la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA 2024) en Nueva York, en la Ceremonia Anual de Liderazgo en el Servicio Público el pasado día 17, el Sr. Lee Hsien Loong, ex primer ministro de Singapur, destacó tres pilares esenciales para un gobierno eficaz: buenas políticas, un servicio público competente y una relación adecuada entre el liderazgo político y los funcionarios públicos. Aunque estas ideas se expresaron en un contexto internacional, resuenan profundamente con la realidad política y administrativa de la República Dominicana.
El primer aspecto clave abordado por Lee fue la importancia de las buenas políticas. Según el exministro, un gobierno exitoso es aquel que transforma las aspiraciones de sus ciudadanos en realidades tangibles a través de políticas sólidas. En la República Dominicana, se han diseñado políticas prometedoras en áreas cruciales como educación, salud y desarrollo económico. Sin embargo, estas políticas a menudo enfrentan el reto de una implementación débil o ineficaz. Para evitar este obstáculo, es fundamental diseñar políticas que respondan a las necesidades reales de la población, con una estrategia clara de ejecución y seguimiento. El éxito de cualquier política depende no solo de su diseño, sino de su implementación efectiva, un proceso en el cual un servicio público competente es esencial.
Este segundo punto —un servicio público competente y profesional— es especialmente relevante en el contexto dominicano. Lee Hsien Loong destacó la importancia de un servicio público independiente e imparcial, capaz de ejecutar políticas con eficiencia. En contraste, en nuestro país, el servicio público suele verse afectado por la politización pero peor aún por la falta de meritocracia. Esto es algo que, como dominicanos, hemos visto repetidamente: cada cambio de gestión institucional trae consigo rotaciones masivas de personal, pudiendo afectar la continuidad de proyectos clave. Aunque algunos cambios pueden ser naturales por el contexto político, es preocupante cuando los nuevos nombramientos carecen de la preparación técnica necesaria para cumplir con las funciones asignadas. A menudo, vemos casos de allegados, amigos de juventud o familiares sin competencias técnicas ocupando puestos clave, lo que ralentiza el progreso de instituciones que podrían ser más efectivas con un enfoque meritocrático y profesional, lacerando además la dignidad profesional de quienes si están capacitados y quieren trabajar en las instituciones.
Para garantizar un desarrollo sostenible, es crucial que fortalezcamos la estabilidad y profesionalización de nuestro servicio público. Además, los partidos políticos (todos) deben capacitar a sus miembros para que, al asumir funciones públicas electivas o designadas, puedan trabajar con un enfoque técnico y sin interferencias que perjudiquen la gestión.
Finalmente, el exministro de Singapur abordó la relación entre el liderazgo político y el servicio público. Señaló que los altos funcionarios deben comprender las políticas que supervisan para liderar eficazmente a su equipo. Esta afirmación es vital para nuestro país, donde en la historia se ha observado alguna que otra desconexión entre las decisiones políticas y su implementación técnica. Algunos líderes o titulares de instituciones, con poca experiencia gerencial probada y solo una carrera política, se enfocan en el discurso y las apariencias, sin una verdadera comprensión de la ejecución práctica. Un liderazgo político que no solo busque la popularidad, sino que esté dispuesto a colaborar con el servicio público, es esencial para que las políticas respondan a las necesidades reales de la población. Como siempre digo, no se puede liderar desde un despacho; es necesario salir a la calle y entender las realidades que vive la gente.
La transmisión de este discurso en el marco de la Asamblea General de la ONU me ha permitido reflexionar sobre las similitudes y diferencias entre la gestión pública en Singapur y en la República Dominicana. Las mejores gestiones institucionales que he observado, a mi juicio comparten un enfoque en la ejecución, en los resultados y en la mezcla de experiencia técnica con habilidades políticas. Las instituciones más eficaces son aquellas cuyos líderes no se limitan a los discursos y las fotos, sino que se comprometen a ejecutar políticas y proyectos que mejoren verdaderamente la vida de los ciudadanos.
Las lecciones de Singapur son un ejemplo claro de que el éxito en la gestión pública depende de una combinación de políticas bien diseñadas, servidores públicos capacitados y una colaboración efectiva entre líderes políticos y técnicos, viendo a los técnicos como luces no como sombras. Solo así podremos avanzar hacia un desarrollo más sostenible y equitativo.