Shonei Ohtani, el MVP del Clásico Mundial de Baseball 2023.

Kenzo Hiromitsu es un «sansei», es decir la tercera generación de japoneses en tierra dominicana, su abuelo nipón es un «issei» y su papá, un «nisei». Es mi nieto y le dedico estas “Divagaciones”, ya que con él gocé las peripecias del Clásico Mundial de Baseball. La paradoja es porque este escribidor nacido en China, pero que por las vueltas de la vida, me han hecho abuelo de Kenzo. A mucha honra y dejémoslo de ese tamaño para concentrarnos en la hazaña japonesa y de su “Most Valuable Player” en el reciente «V Clásico Mundial de Baseball».

Shonei Ohtani es el segundo pelotero nipón que recibe la presea del MVP del Clásico Mundial de Baseball y la tercera ocasión que un jugador de dicho país lo obtiene, ya que en 2006 y 2009 fue Daisuke Matsuzaka quien lo recibió. El que para muchos es el jugador de beisbol más completo de la actualidad, Ohtani acompaña al antes mencionado Matsuzaka, a Robinson Canó de la República Dominicana y Marcus Stroman, entonces lanzador de Estados Unidos, en la lista de Jugadores Más Valiosos del Clásico Mundial de Beisbol.

Para el cierre debía salir el estelar lanzador de los Padres de San Diego Yu Darvish, pero el escenario que en ningún tablero de juego se había calculado se concretó, cuando apareció en el montículo la estrella nipona Shohei Ohtani, un pitcher abridor acostumbrado a trabajos largos, pero no al oficio fulminante del cerrador.

Comenzó concediendo una base por bolas a Jeff McNeil, pero de inmediato se recompuso. Mookie Betts bateó para doble play, dejando cara a cara para hacer el último out, a Ohtani frente a su compañero de los Angels de Los Ángeles, Mike Trout. Lo trabajó con velocidad, soltando lanzamientos cercanos o por encima de las 100 millas por hora, y lo ponchó para apuntarse el rescate y desatar el festejo de Japón, que ahora es el equipo más ganador en la joven historia del Clásico Mundial.

¿De dónde tomé esas citas para destacar al MVP del Clásico Mundial de Baseball 2013? De France24 en siguiente enlace: https://www.france24.com/es/deportes/20230322-jap%C3%B3n-gana-cl%C3%A1sico-mundial-de-b%C3%A9isbol-velocidad-ohtani . Un extraño caso de lo universal del baseball: diario francés analizando un evento en la tierra donde creen que son los “uniquitos” grandes ligas en esa disciplina. Pero, Japón ha sido campeón dos veces y acaba de lograr la tercera. Estados Unidos conquistó la última y quería repetir, luego de que Dominicana lograra su trofeo en 2015. Por esa razón Robinson Canó tiene su título de MVP de ese año. Por eso estamos entre los grandes.

 

Compartimos las ansias de los estadounidenses por igualar a Japón al tener dos trofeos del Clásico, ya que antes de la V Edición, sólo ellos eran bicampeones. A Dominicana le duró poco las ínfulas para merecer ese honor; a Estados Unidos hasta el último “out”.

 

¿Alguna explicación plausible? Orgullo y humidad.

 

José Luis Mendoza, uno de los analistas durante el partido final del Clásico Mundial de Baseball, luego del triunfo nipón, estuvo dando unas explicaciones de lo que hizo el baseball japonés luego haber ganado dos trofeos seguidos, que bien nos valen a los dominicanos como a los estadounidenses.

 

  1. Japón decidió renovarse y para eso se tomó el trabajo de, a partir del balance de las características del pelotero nipón, preparar las nuevas estrellas para diez años después: para el Clásico del 2023. Crear una pléyade de atletas multivalentes, dedicados en cuerpo y alma al equipo y queriendo demostrar que “más vale maña que fuerza”.
  2. Esta renovación no fue captada por estos lares ya que el circuito del Pacífico se publicitó poco y nos dimos cuenta de la límpida carrera de llegar invicto hasta el juego final –que sólo Dominicana lo había hecho.
  3. El énfasis en la disciplina del carácter japonés se destaca en la indisciplina y el protagonismo de los dominicanos que, ni en lo dirigencial ni en lo deportivo destacaron por la armonía. Del lado norteamericano, aunque parecida estrategia fue la que desarrollaron para el partido, nos pareció percibir un cierto dejo del individualismo en la ofensiva que fue controlada por un picheo nipón que dejó el bofe en el terreno de juego.

 

Evidentemente, el comentario de José Luis Mendoza fue más extenso y prolijo. En algún momento espero que lo convierta en texto y así tendremos las verdaderas lecciones que diera Japón. Quizás, la lección global es que la mente fue superior al impulso emotivo de la sangre caliente y los pagos millonarios que representan los jugadores de Grandes Ligas. Eso, a pesar de que el valor de Ohtani en el mercado, dijo José Luis, es de US$ 500 millones, el equipo fue primero, ¡siempre! Recuerda la lección, Kenzo.