A propósito de los debates sobre la pertinencia o no de una reforma constitucional y las demás reformas anunciadas por el presidente de la República, así como las opiniones acerca del método más adecuado para hacerlas, creo que es importante poner atención a los resultados de la encuesta de opinión realizada recientemente por el Ministerio de Economía, en la cual afloran opiniones sobre la corrupción, la confianza en las personas e instituciones, que deben tenerse en cuenta al momento de discutir y decidir sobre las mencionadas reformas.
Opino que debemos tomar en consideración cuáles son las verdaderas realidades en la República Dominicana y qué clase de país queremos. Me parece que estos son puntos básicos que se deberían tener en cuenta:
Somos una democracia aún débil, afectada por una herencia histórica de autoritarismo, paternalismo y clientelismo, cuyas consecuencias son la fragilidad institucional y la pobreza.
No existe una sensación de orgullo nacional y las esperanzas de superación son escasas.
En la situación existente la responsabilidad recae sobre el liderazgo político, pero la ciudadanía es pasiva y poco demandante, ignorando que el poder lo otorga el pueblo.
La burocracia estatal está hipertrofiada y es lenta e improductiva, convirtiéndose en fuente de parasitismo.
La corrupción propicia el clientelismo político y, como revela la encuesta del Ministerio de Economía, la sociedad la acepta y la tolera, convirtiéndose en un mal endémico que refleja la falta de ética en el manejo de la administración pública.
El modelo económico existente reproduce la inequidad social, necesitándose cambios radicales que modifiquen esa realidad.
La sociedad está temerosa con el imperio de la delincuencia, cosechándose los frutos de años de complicidades y silencios.
La educación dominicana sufre grandes desigualdades en la calidad educativa, destacándose la pobreza de la enseñanza en la educación pública.
El país tiene una deuda con el sector salud que no se resuelve solamente construyendo hospitales, es necesario emprender una renovación que trascienda los gobiernos, para la organización de un sistema sanitario más eficiente y justo.
Uno de los retos que enfrentamos es el del calentamiento global y sus consecuencias, nuestro país tiene un gran desafío: suplantar los esquemas tradicionales de desarrollo que utiliza, por modelos sostenibles, que concilien la conservación ambiental y el uso racional de los recursos naturales.
La modificación constitucional propuesta, me luce razonable, pero más importante que tener una excelente constitución es el cumplimiento habitual de sus preceptos.
En cuanto a las demás reformas, solo se conocen los detalles de la laboral, los cuales no complacen a todos los actores involucrados.
En lo que se refiere a la fiscal es poco lo que sabemos, pero parece que habrá un importante cambio impositivo.
Parte de las opiniones que aparecen en este artículo corresponden a un trabajo de investigación realizado por Minerva Isa y Eladio Pichardo, titulado “Quienes Somos y Hacia Donde Vamos”.